Índice:
Viaje en el camión de la noche
Potencia constituyente
Andrógina Patria-Matria
La ilusión de Narciso
Mi amigo Tano
Juan el anarquista
Nadie sabe lo que pude el cuerpo
Amor indomable
Cantante sefardí
Danzantes de tango
Pareja de tango
BY Bruno Di Maio
Reflexiones de la muchacha solar
Viaje en el camión de la noche
La noche fría residente de nuestros pómulos
Alumbrados por la melancolía de la luna
Aposentada en nuestra piel entumecida
Instalada en los dedos agazapados
Durante el adormecimiento del viaje
El camión llevaba en la carrocería cargas de bienes
Y humanidad contraída
Defendiéndose contra la insondable soledad
Del abismo
Cuerpos apegados aprovechando el fuego
Todavía ardiente de las morfologías
El polvo acompañaba el silencio reflexivo de todos
Los circunstanciales compañeros de viaje
Ella estaba tan cerca de mi clamor
Tan caliente, dulce, como hogar acompañado de ponche
Sus trenzas largas como la historia antecedente
Sus ojos pensativos buscando horadar en el transcurso
Para encontrar las vetas minerales de sus preguntas
Su pollera clara cubriéndole las piernas tibias
Demandantes de ternura no donadas
Sus noches fueron de agobiado descanso
Después del trajín del trabajo
Testigos de raptos intrépidos en la oquedad del sueño
Quise tomarte en el viaje
En la isla móvil del camión compartido
Sentir tu calor, tu sorpresa
Tus defensas demostrativas
Mientras avanzaba en una invasión imprevista
Te observe esa noche fría
Me miraste tímidamente
Como adivinando mis pensamientos
Sabía no te defenderías más allá de las preguntas
Mientras las estrellas lanzaban sus gritos intermitentes
En las lejanas distancias del vacío sin enunciados
Mujer de la noche
Montada en la carrocería del camión
Cuidando tú carga
Acompañada por viajeros rudos
En la dureza de las labores del intercambio de los pueblos
Trueque de ferias anticipándose a las madrugadas amarillentas
Mujer de poco hablar
De silenciosa meditación
Esa noche amé tu cercanía
Tus pies quietos rozando los míos
Tu manta protectora arrullándote los hombros
La espalda delgada iniciada en las faenas cíclicas
De intermediaria de mundos
Quise abrasarte sin explicar nada
Era ternura y necesidad de cobijarse
En tu maternal calor femenino
Esos viajes en camión han desaparecido
Substituidos por flotas modernas abrigadas
Microclimas de transporte asilado
Sin contacto con el frio y el viento de la noche
Ni acompañados del polvo turbado levantado por el camión
Nunca más estaremos cerca
Tocándonos los pies
Con ganas de acercarnos para abrigarnos juntos
Sin hablar ni decir nada
Me sentí tuyo
Ama de mi soledad viajera
Dispuesto a ahogar mis deseos
En tu boca aymara
Mujer de trenzas enredadas
Transcripción de ideogramas antiguos
Protegiendo significados perdidos en la huella
Olvidada de los tiempos ancestrales
Mujer de las comunidades añoradas
Ocultas en la explanada inmensa del Altiplano
En las quebradas heridas de la cordillera descomunal de los Andes
Mujer poseída por la agonía cóncava de la noche
Por los incesantes recuerdos guarecidos en tu cráneo
Por mi mirada suplicante
Sembradora erótica
Cultivadora de la quinua real
Plantada en tu piel morena
Hoy recuerdo esa noche interminable
Viaje en la carrocería del camión
En caminos de tierra polvorientos
Horadando la rocosa meditación de las montañas
Amo esta tu huella inscrita en mi memoria
Encontrándola en las mujeres de trenzas largas
Poemas dilatados bajando en la extensión de tu espalda
Hasta tocar tu cintura
Cuando vuelvo a hundirme en tus ojos negros
Amo a las mujeres de pollera
De pómulos salientes
De habla pura
Como el agua brotada de la cordillera
Amo su lenguaje nativo
Discurriendo como brisa
En una atmósfera llena de recuerdos
Hablando con la acústica de los jaqi
Chacha-Warmi complementándose
Amo tu tristeza antigua
Tu alegría momentánea
Amo tu fortaleza constructora de redes interminables
Amo tu cuerpo caliente, mineral
Corteza suave de cobre
Veta de estaño, de plata, de oro
Explorada por los mineros de ojos entornados
Acullicadores persistentes de la hoja de coca
Veta mineral
Explotada por enclaves corporativos
Destructores de los secretos de la mancapacha
Mujer de corajes heredados desde las abuelas
Herencia labrada de las culturas ancestrales
Mujer encanto de las comunidades resistentes
No olvidare ese romance sin palabras
En el silencio helado de la noche
En la carrocería de un camión solitario
Remontando la demoledora explosión fijada
Como fotografía eterna de las convulsiones de la tierra
Amo nuestra complicidad muda
Una noche gélida
Cuando nuestros pies se tocaban insistentemente
Sin separarse
Como corroborando el entendimiento de dos cuerpos viajeros
Vulnerables ante la infinita caverna del cosmos
Habitado por el desierto del vacío
Y la primorosa ebullición de las constelaciones lejanas
Potencia constituyente
Dedicado a los y las constituyentes
Cuando se existe
La señera manera posible de hacerlo plenamente
Es entregando el cuerpo al instante
Dilatando su concavidad eternamente
Las calles cenicientas se colmaron con marejadas de movimientos
Somáticos, humanos, multitudes frenéticas
Dibujando itinerarios inquietos surcadores del espacio metropolitano
Desde la reciedumbre de la ciudad emergió la hermenéutica inmanente
Sedimentada en la geología de su memoria
Desde las entrañas mismas del acaecimiento
Esta emanación se desplegó propagándose en el aura
Al aspirarla todo se transmutaba
Hasta los pigmentos mismos de las moradas, de las edificaciones
Hasta el discernimiento mismo de las entidades
Las miradas eran categóricas, fulminantes
Como si los ojos se encontraran con la colosal hendidura abierta
Forjada a bramidos de protesta en la atmósfera enardecida
Descubriendo de pronto la insondable soledad secuestradora
De nuestras vulnerables certezas, población de ilusiones
Afincadas en la fugacidad del espacio-tiempo
Del universo cada vez más esparcido y alejado de sí mismo
De su propio preludio explosivo
Comprendiendo en la intuición de la acción multitudinaria
Lo único tenido al alcance de la mano
Es este presente ocupado por las masas
Multitudes victoriosas ya en su forma de sublevarse
Como compactos efluvios de fervores atesorados
Diluvio hídrico ahogando la metrópoli enmudecida
Petrificada ante el acometimiento impoluto plebeyo
Surgiendo de los bordes brumosos
También del mismo interior turbulento
Saliendo de todas partes simultáneamente, juntándose
Convirtiéndose en una gigantesca serpiente alada
Ora sobrevolando la urbe de Chuqui-apu
Ora moviéndose reptando por las calles adoquinadas
Ora rugiendo como dragón enfurecido
Ora arrojando fuego como flamas de canciones emotivas
Heridas inscritas en la carne
Las multitudes escriben con sus pasos acompasados
Con sus ropas multicolores, ropas raídas, arrugadas por días no planchados
Ropas apegadas a los cuerpos absorbiendo el sudor intenso de los ánimos
De los animus masculinos desprendiendo coraje
De las ánimas femeninas desprendiendo ensoñaciones
Ánimos inventores de horizontes ambulantes
Gramática de las multitudes, escritura del leguaje más antiguo
Idioma rítmico y gestual corporal
Enfrentaron con sus rostros al tiempo
Enfrentaron con sus pechos a la realidad
Enfrentaron con su sangre al poder
Enfrentaron con su presente intenso todo el pasado de oprobio
Enfrentaron con sus alegrías toda la tristeza guardadas
Enfrentaron la historia con sus manos rudas
Haciendo emerger lo imposible de la matriz de los posibles
Creación heroica de los sublevados de la tierra
Cuando esto pasa
Cuando los hombres y mujeres de la tierra se amotinan
Con las armas de sus órganos
Con la sangre circulante
Con el argumento inmenso esférico de sus pasiones
Con el espesor carnal de sus ideas
El éxodo del caosmosis se detiene
Vuelven las constelaciones sobre sus propios pasos
Desandando el laberinto
Las lejanías se contraen
Atraídas por esta incalculable gravedad de las emociones
Es la herida abierta en la desolación viajera
Por donde brota la secreción oculta del vacío
Rociando su lluvia de lágrimas astrales
Sobre los cuerpos exaltados de los y las combatientes
Estos cuerpos constituyentes se rebelaron contra las escrituras
Nada está transcrito todo se narra de nuevo
Extraños recorridos se tejen con los hilos de hebra emotiva
Expelida de las movilizaciones
Los representantes de la potencia social
Se congregaron en la ciudad de los cuatro nombres
Ciudad blanca, de la Plata, Charcas, Sucre
Llevando el nombre del libertador
Encomendados por la consternación de los siglos
A redactar las tablas del nuevo Estado en transición
Descifrando las tramas compuestas por la subversión de la praxis
Fueron dieciséis meses largos, intensos en sus deslizamientos
En sus quebrantos dramáticos empujando a la agonía repentina
A una Asamblea Constituyente opuesta simétricamente
A la primera Asamblea inaugural
De la república perdida entre las montañas colosales de la cordillera
En la meditación insomne del Altiplano
En la exuberante sensualidad de los trópicos
En los desparramados llanos interminables
Recorridos por acuáticos pensamientos brotando en las cumbres
Resbalando estrepitosamente por las quebradas laceradas
Descendiendo copioso hasta los valles fértiles
Internándose por la Amazonia boscosa, selvática
Para entregar sus relatos al océano de un azul cálido
Hombres y mujeres devenidos de todos los cobijos
Investidos por sus historias locales, por sus memorias territoriales
Era como si fuese la primera vez visible de reconocimientos
Autoconciencias dramáticas
Verse en sus múltiples disonancias colectivas
Las lenguas del país se encararon confluyendo con sus exégesis
El país concurrió al encuentro en su pluralidad diversa
Con sus contrastes heterogéneos, dicotómicos
Con sus saberes regionales, erudiciones urbanas y rurales
Estos hombres y mujeres pusieron en el escenario histórico
Todo el vigor de sus cuerpos
No tenían otra posesión para responder al desafío
Se amaron y se odiaron, se interpelaron, acusándose
Retomando la memoria oral transmitida por los padres y los abuelos
Peleando unos por retener la diseminación del cronograma
La muerte de los relojes
Peleando los más por enterrar al tiempo
Inventando en vez una sinfonía temeraria
Compuesta en un pentagrama de varias capas
En Sucre quedó depositado el ajayu de cada quien
La capital quedó marcada para siempre por la presencia tenaz
De estos delegados de los rincones y los territorios
Estos hombres y mujeres quedaron marcados para siempre
Por esta experiencia constituyente
Cuántas veces chorrearon lágrimas incomprensibles
Cuántas veces estuvieron cerca de golpearse
Cuántas veces terminaron abrazándose
Cuántas se vieron en las calles de esa ciudad blanca
Ciudad albergue de muchedumbres solitarias
Cuántas veces ahora se acuerdan de ese lapso crucial
En cualquier momento inesperado de nostalgias
La mayoría hegemonizó la ocupación del espacio deliberativo
Impuso su presencia cobriza, sus leguajes plebeyos,
Sus modales rústicos, sus idiomas nativos
Las mujeres de trenzas largas como la memoria
Hablaron primero
Narrando medio siglo de colonialidad
Mujeres recias, apasionadas, guerreras
Hermosas como la noche refulgente
Robustas en el trabajo del campo, en la pelea, en la palabra
Después hablaron los hombres de sombrero anacrónico
De ala ancha, reteniendo en la perennidad la moda de la década de los veinte
Hablaron asombrados de ser escuchados
Hablaron a punto del llanto, apoyando la versión de las mama t’allas
Hablaron interminablemente convirtiendo a las palabras
En serpientes luminosas
Son estos hombres y mujeres el substrato emotivo de la inscripción de las letras
En el texto inaugural del horizonte abierto
Han pasado años desde entonces
Su aliento quedó en Charcas removiendo la atmósfera de los recuerdos
Su soplo ansioso quedará allí para siempre
Virtualidad de una memoria construida con el cincel escultor
De las rocosas experiencias sin nombre ni signos
Parte de sus vidas fue derramada en la escritura del texto partero
No se puede interpretar la Constitución sin descifrar estos alientos,
Hálitos emotivos, ajayus desprendidos
Sin interpretar a partir de la vida derramada
En la dramática construcción del pacto político
No se puede entender el texto inicial sin decodificar
Las eclosiones corporales, los desgarramientos sentidos
No es posible entender la gramática somática transferida
A las lechosas hojas donde quedó rasgada la pronunciación normativa
Primordial, anterior a las leyes
Por eso es conveniente preguntarse antes de leer
No qué conceptos, sino qué pasiones plasmaron su huella
Si se hace posible construir la utopía bosquejada en la Constitución
Se lo hará sobre el substrato de este espesor de pasiones y vidas
Congregadas para escribir la narrativa de un nuevo comienzo
Andrógina Patria-Matria
La Patria es una invención nuestra
Por eso más propia
Pues nace de nuestras entrañas
Somos sus padres y sus madres
Progenitores de la Patria
Idea concebida como aspiración
Convertida en recuerdo de un pasado ausente
De un pasado no dado nunca
Un pasado posible de hallarlo en el futuro
Patria hermafrodita
Masculina por sobrevenir del padre
Femenina por transfigurarse en mujer
Matria pues es el útero apetecido
Por nosotros los supuestos hijos
Paridos en su ausencia
Nosotros hijos de la virgen
Copulada por sus propios deseos
Sin embargo, no somos fantasmas
Sino corporales seres sufrientes y alegrantes
Las únicas certezas materiales del ausente padre
De la ausente madre
Inventores de nuestro pasado, de nuestros orígenes
Llamado padre primordial
Llamada madre cardinal fecunda
Esta es la maniobra para guarecernos del desamparo
Inconmensurable, secuela
De la explosión inicial progenitora de los universos proliferantes
Pasión repentina de virtuales partículas
Aborígenes de la nada
Por eso improvisamos madrigueras, nichos de refugios
Hogares abrigados, residencias territoriales
Después urbes atiborradas
Ideas mecanizadas como la de Estado
Inventamos fines y predestinaciones
Para darle un sentido al universo sin-sentido
Donde navegamos perdidos en el vacío
Alumbrado por extraordinarios incendios inapagables
Estos relatos humanos son apenas consuelos momentáneos
Pues el mito es incapaz de vencer esta contienda cruenta
Entre el azar y la necesidad
Es mejor regocijarse de este entusiasmo cósmico
Esparcido desde el accidental estallido de afecto
De las partículas virtuales
Amar como ese primer amor
Sin buscar explicar abstractamente este nacimiento emotivo
Intrépido, improbable, imposible
Encerrando el infinito inacabado
En la resonancia inútil de las teorías
Es mejor comprender intuitivamente
Se trata de la fuerza desbordante
De los descomunales enardecimientos incontrolables
De las partículas virtuales
Haciendo crujir su nada
Diseminando sus restos
En universos, constelaciones
Agujeros negros
Somos desde las partículas virtuales
Creadores de la poesía física
Poiesis cuántica
Del devenir vida
Como constancia de la potencia sin límites
De la fogosidad inaugural
Somos creadores de las conmovedoras narrativas contingentes
De la abundancia copiosa de sociedades fraguadas
A fuerza de caza, de recolección
A fuerza de fuego, de cultivos
Por eso mismo no podemos ser
De ninguna manera
Nuestros propios sepultureros
Amemos esta explosión inicial
Amemos nuestras vulnerabilidades
Nuestras debilidades
Nuestros errores
Pues esta humildad
Es la sabiduría intérprete
De este viaje osado
De la detonación germinal
De la emoción primigenia
La ilusión de Narciso
¿Hay acaso algún centro en esta proliferación de trayectorias
De propagación de ciclos, desplazamientos múltiples
De marcas, huellas, hendiduras, inscripciones
Inventores de lenguajes y de vidas?
La mirada aposentada en algún lugar podría engañarnos
No es ese el núcleo ni ningún sitio lo es
No hay un lugar privilegiado
Todos los son a la vez
Todos los parajes son los focos tácitos
Fue Narciso quien se creía ser el espejo del universo
Enamorado de su rostro flotando en el agua cristalina
Ahogado por este amor a sí mismo
Donde creció la flor llevando su nombre
En memoria de este encantamiento del espejo
Ese meollo ilusorio es un refugio
La cueva donde se ocultan los temores
Lo miedos, los terrores, las vulnerabilidades
Madriguera convertida en la médula del mundo
Como si desde allí se lo inventara
Pretensión de autoridad a partir de profundos quebrantos
Sólo la violencia puede convertir el pavor en aparente bravura
La recóndita vacilación en aparente solidez
La lasitud en fortaleza
La abulia en actividad
La equivalencia en pujanza
Por otro lado, sólo la violencia
Puede convertir la asociación espontanea
En jurisdicción
Sólo la violencia puede persuadir
Sobre la procedencia sagrada
De esta médula ilusoria
Convencidos por la leyenda
Los humanos se dejan embrujar por el dinero
Se dejan hechizar por el poder
Creen en la quimera de la sede
A la cual se accede con dinero
Se conquista con poder
Espejismo infausto
No hay centro alguno
El dinero solo compra su ausencia inclemente
El poder sólo conquista el vacío
Huecos exorbitantes de la nada
Abismos donde se despeña la fábula
Como luz fugaz tragada por el agujero negro
Desintegrándose cuando cree haber conquistado todo
Historia de sociedades empujadas a orbitar un centro ficticio
Anillos embriagados por la atracción enigmática
De esta colosal fantasía del centro y del orden
Órbitas forzadas por la obligación de cumplir
De circular todos los días alrededor de los ejes
De los establecimientos instituidos
Alrededor del corazón mismo del meollo
El arquetipo del gobierno de cuerpos
De ciudades, de territorios
Idea absoluta de Estado
Como si de esta manera dieran vida a su propio delirio
Rito y ceremonia por lo desconocido
Rito y ceremonia por el mito del cetro
Falo erecto del patriarca inicial
Transmitido de generación en generación
Símbolo de mando, de dominio
Cetro asumido democráticamente
En la época de las máquinas, de las industrias
De los comercios ultramarinos
Del desvanecimiento de lo sólido
De la velocidad y de la vertiginosidad de los cuerpos
Cetro quimérico
Fósil de la primera erección convertida en dominio
Elegido libremente por los y las subordinadas
Mito patriarcal de la transferencia masculina
De fraternidad a fraternidad
Siguiendo la ruta sacerdotal y de la guerra
Mito de la verdad oculta, mito del poder aplastante de las armas
Invistiendo a eunucos como cuidadores de la virginidad de la verdad
Invistiendo a guerreros como cuidadores del inmenso territorio
Cuerpo extendido del déspota
Ya no hay eunucos cuidadores ni guerreros insomnes
Tampoco el cuerpo del déspota se extiende
Simbólicamente en el territorio
En sustitución están los funcionarios
Encargados de velar por el cumplimiento de las normas
Están los celosos especialistas de armas
Encargados de mantener las líneas dibujadas de las fronteras
Están los celosos vigilantes de las urbes
Encargados de mantener la limpieza y el orden de las ciudades
Están los comisionados de transmitir relatos
Sustituyendo a los cuentistas de la noche
Destilando su imaginación alrededor de la fogata
Reuniendo a niños, a mujeres y hombres
Todos vulnerables ante el acoso de la infinita concavidad
Del universo incomprensible
Los de las voces e imágenes eléctricas
Como rayos capturados en cables de cobre
Manteniendo en contacto a inmensas poblaciones
Están los competidores por representar al pueblo
Hablar a su nombre en el magno Congreso
Entregando las tablas de Moisés
Constantemente renovadas, multiplicadas
Proliferantes, productos de la industria legislativa
Regulando los mínimos detalles de las conductas
Están los gobernantes de turno
Esmerados por parecerse al primer patriarca
Haciendo gala de sus sacrificios
Salvadores del pueblo y de la patria
Son otros personajes
Sin embargo, el centro sigue siendo el mismo
El mito del falo erecto del mando
Como viril ausencia de un origen inventado
El centro del poder vacío
Circundado por ocupaciones provisorias
Queriendo demostrar con estas circulaciones reiteradas
La médula del poder existe
Dirigiendo las vidas y los destinos
Persistencia fanática en invertir el juego de la vida
El devenir alegre de los ciclos
Por convertirlo en cronograma reiterado
En cumplimiento moral
En obediencia de leyes y disciplinas
Por convertir al mundo en imagen narcisa
De los señores del dinero y del poder
Enamorados de sí mismos
Se ahogaran en las aguas de su propio espejo
No crecerá después ninguna flor en su recuerdo
Mi amigo Tano
Una mañana, primero de mayo
Conmemoración de la masacre de Chicago perpetrada
Por parte del régimen capitalista contra los anarquistas
Quienes se rebelaron contra la explotación absoluta del equivalente general
Dios oro de la burguesía dominante
Salimos con mi amigo Tano llevando banderas negras
Fue de los primeros años de la dictadura militar
Impuesta a sangre y fuego
Frente a un pueblo ilusionado al repetir su indómita rebelión
Frente a un proyecto de Asamblea Popular
Subversión de la praxis
Contra la historia, la realidad y el poder
Contra la oligarquía señorial
Autogestión, cogestión y consejos populares
Los obreros conmemoraron su día
Recordando a los caídos, la trayectorias de las luchas inolvidables
Entrañables de la memoria de los condenados de la tierra
Llegamos a la Plaza San Francisco donde se concentraban los sindicatos
Cuando la marcha pasaba sigilosa
Cantando estribillos acostumbrados
Nosotros, adolescentes, sin instinto de sobrevivencia
Enarbolando las banderas negras gritamos
¡Los obreros al poder!
Una multitud de voces retomó la resonancia histórica
Gritando estruendosamente lo mismo
Convencidos de lo que sentían
En lo profundo de su carne expoliada
Saliendo el grito desde adentro, desde su intima morada pasional
Quedamos sorprendidos, ante esta apoteósica voz multitudinaria
Como sinfonía colectiva contestataria
Proletaria, remontando la atmósfera
Ocupando el aire y arrebatando el cielo por asalto
El principal dirigente de la Central Obrera
Propagó el grito del proletariado
¡Los obreros al poder!
Los comisionados por la dictadura
Militantes decrépitos del descompuesto movimiento nacionalista
No pudieron controlar el desborde prodigioso de los trabajadores
La pronunciación categórica de la tesis de Pulacayo
Quedaron anonadados ante la espontaneidad de la consigna asumida
Vencidos, a pesar del peso de las armas de la dictadura
El general Banzer fue derrotado en la Plaza San Francisco
Un primero de mayo, día del proletariado internacional
Dos adolescentes, con sus banderas negras desplegadas
Quedaron asombrados, sus miradas perplejas
Volaron como mariposas primaverales en el clima paceño
Ante el acontecimiento de masas sobresaltadas
Felices de desencadenar el grito contenido por las multitudes
Aparentemente rendidas en un agosto aciago de 1971
Ese otro día, como resarcimiento intrépido
Destronando a la dictadura, a pesar del peso de sus armas
Otro amigo, sin bandera negra desplegada
Ocultando su bandera roja, queriendo extenderla
Se acercó a nosotros disimuladamente
Nos dijo deberíamos guardar los blasones
Convendría tener precaución
Nos protegió con los procedimientos del bolchevique clandestino
Los tres, dos anarquistas y un bolchevique maoísta
Nos fuimos deslizando por la avenida Mariscal Santa Cruz
Después del grandioso evento imprevisto
Insólito, un día de azul abierto
Mientras los cóndores como mallkus enardecidos
Aleteaban contra las ondas
Intangibles del torbellino de la concavidad ardiente del cielo
Batiendo una mañana, un medio día, a la dictadura militar
Compartimos la intrepidez anarquista y la sensatez comunista
Hoy recuerdo a mi amigo Tano
Ya no está con nosotros
Fue como fue, apasionado e inorgánico
Desplegando banderas negras
También recuerdo a mi amigo Fidel
Fue como fue, clandestino y orgánico
Lo sigue siendo, en su reflexión profunda
En sus responsabilidades humanas
Habiendo dejado su huella en una universidad recuperada
De la huestes fascistas
Habiendo dejado su rastro
En la vinculación con el proletariado minero
De los estudiantes entregados a la resistencia
Desde un partido bolchevique propugnando la guerra prolongada
Tano era bohemio, con ojos descomunales
Inmensamente negros como los gitanos
Brillantes como el ritmo fogoso del flamenco
Cabellera vasta como sus aspiraciones
Botas manifiestas a la usanza de los alquimistas
Inventores de la piedra filosofal
Acullicador nocturno, actor de teatro
Amante de los recovecos de la noche de La Paz
Tanto como el mismo corazón poético de Jaime Sáenz
Ya no está con nosotros, pero sigue todavía
Como el viento de Van Gogh, con el molino desaparecido
El molino ya no está, pero el viento sigue todavía
Las banderas negras siguen desplegadas
En todos los primeros de mayo
Cuando el proletariado grita
¡Los obreros al poder!
Juan el anarquista
Sebastiano Monada
Lo conocí en el café universitario
En tiempos cuando los gobiernos se sostenían
Sobre las bayonetas caladas
Hablaba con voz aguda timbrada, sonido de violín
En las Cuatro estaciones de Vivaldi
Argumentaba desde los libros desentrañados
Con la avidez descifradora de la coyuntura
Desde la historia asumida como memoria a-gramática
Herencia de siglos de luchas de los condenados de la tierra
Me conmovió su pasión, su entrega a cada fonación
De las palabras rebeldes, analíticas, críticas
Parecía estar hablando a los moradores eternos
De la remembranza de las asonadas incesantes
Lo estimo tal como es
En su intrepidez soñadora
En su fe en los libros heterodoxos
En los tenaces albañiles del discurso nacional-popular
En Sergio, el investigador sin sueldo al servicio de la patria
Defensor de los recursos naturales
Guerrero de la soberanía ultrajada
Eres el militante absoluto
Entregado a la causa emancipatoria
Tus huesos están para eso
Tú sangres, tus órganos, tus conceptos
Están dispuestos para el combate
No hay otro sentido en el universo
Sino el dado por la rebelión
La libertad de evadirse de toda captura institucional
Me regalaste la Esperanza de Malraux
Estaba ahí la narración del acontecimiento pasional
De un pueblo indomable
Escrito por un aviador bombardero
Por un novelista de las revoluciones
Por un espíritu galo aventurero
Defensor de la república desgarrada
Debatiéndose entre la libertad total
Pregonada por las comunidades anarquistas
Y el fascismo patriarcal sacerdotal de los terratenientes
De las iglesias, de las fraternidades masculinas
Entre la continuidad de la democracia formal
O el desborde creativo de las pasiones ibéricas
Una vez, apoyando a Marcelo
Con un colectivo, con un periódico llamado Pututu
Vocero de lucha en la explanada andina
En la descomunal cordillera desafiando al cielo
Subimos en grupo a la ciudad de El Alto
Llevamos cinco centenares de ejemplares
Volaron como tropel de palomas en cielo azul abierto
Te subiste a una caja de madera de manzanas
Desde allí hablaste como en las películas
Sin pretender ningún protagonismo
Era tu pasión por los acontecimientos repentinos
Inaugurando épocas con la palabra intempestiva
Con el gesto arronjado
Mitos de los rebeldes iconoclastas
Como si la historia respondiera a la apoteosis de la plebe
Al corazón vehemente de los poetas
Como si la historia emergiera de los poros
Emanación embriagante
Surgiera de la piel lisa
Efluvio creador de atmósferas y climas libertarios
Nunca dejaste de exponer febrilmente
Entregando el cuerpo en cada frase
Cimbreante, sacando la voz desde el fondo de las entrañas
Despejando la niebla como luz incandescente
Nunca dejaste de ser militante total
De creer en la fuerza de las multitudes
Del proletariado nómada
De las comunidades ancestrales
Nunca dejaste de confiar en el ímpetu evocativo transparente
De las palabras sinceras
Nunca dejaste de ser la consagración de la revuelta
Hay pocos como tu
Otros se creen predestinados a dirigir y mandar
Convierten a la revolución en una idea de poder
Convierten la lucha, la victoria de los pueblos amotinados
En un antecedente impetuoso del Estado renovado
Propagan el poder en vez de destruirlo
Hablan como burócratas o demagogos
Justifican todas las infamias con argumentos realistas
Minimizan el drama recurrente de las contradicciones
Ocultan los contrastes entre el paradigma y la realidad
Hacen denodados esfuerzos por convencer
Está en marcha la revolución
Solo los ciegos no pueden verla
Solo los conspiradores la niegan
Solo los renegados critican
Estos pragmáticos no tardan en repetir
La ruta de la decadencia de las castas dominantes
No tardan de mostrar las mismas conductas
Dibujadas por el derrumbe ético y moral
De los gobernantes de siempre
Condena de la Ley escrita por los vencedores
Obligados a actuar siguiendo el libreto
Trama redactada por las hilanderas de la luna
Tragedia mitológica
Drama trivial del dominio
Deseo fálico de los estériles
Temerosos de la potencia social
Del debate, de la polémica recíproca del pueblo
Monjes escudándose en la representación
Ficción moderna de la encomienda de consentimientos
Malla impidiendo el autogobierno de la sociedad
Fabula imaginando la infancia imborrable del público
Haciéndolo eternamente dependiente de patriarcas otoñales
Guerrero constante
No dejas de movilizarte
De formar gacetas de reyerta
Conformar grupos activistas
Componer como los escritores de manuscritos
Del siglo de las luces
Tienes una versión escrutadora de la formación boliviana
Lucidez demoledora de narrativas oficiales
Destructora de escudos, desveladora de máscaras
De ostentaciones aparatosas
Te gusta ir a la nuez de los problemas
A partir de ese núcleo construir un relato propicio
Dispositivo de batalla
Lo importante de la teoría no es tanto su verificación
Sino su facultad alterativa
Tu qamasa es la de los nómadas destructores de imperios
Leí uno de tus poemas
Talento heredado de la madre poetisa
Alegoría de la guerra inicial
Anterior al estallido inaugural
Creador de universos fugitivos
Metáfora del combate implacable entre el ángel y el demonio
Sobresalía por la prolijidad metafórica parecida a la de Hölderlin
El ángel se defendía valientemente
Con todas sus fibras francas
Sin embargo, la embestida agresiva, incansable
Cruel del demonio
Terminó venciendo toda resistencia seráfica
El ángel cayó derrotado, abandonado a su suerte
Esperando en el suelo la estocada final
El demonio se acercó arrollador
Embadurnado de reciedumbre
Se aproximó ardiente al ángel
En vez de estocada le dio un beso erótico
Posesivo, profanador
Esta fue la derrota del ángel
No sé porque no publicaste tus poemas
Bastaba quizás la poesía elocuente de las acciones
Gramática efectiva material
Intuición exhaustiva pasional del acontecimiento
Épica en acción derrumbando baluartes de las dominaciones
Escribes en la espontaneidad de las inspiraciones
Lejos de cualquier pretensión
Menos para la cofradía de lectores cultos
Escribes no para consagrarte
Sino como parte de tus corrientes sanguíneas
Extendiendo tus manos como armas de lucha
Para ti la poesía es celebración auténtica
La potencia destructora
La potencia creadora
La transformación permanente
El devenir, la metamorfosis
La transvalorización de los valores
No te aprecian las cofradías cultas
Las corporaciones políticas
Las grises instituciones
Son los jóvenes rebeldes quienes te siguen
Te escuchan, deliberan contigo
Conspirando contra los polimorfos armazones de señorío
Otros jóvenes mañana apreciaran tus trayectorias intensas
Tu vida derrochada, gasto heroico
Es una pedagogía política
Líneas de fuga escapando de las capturas institucionales
Amas la vida
Por eso dejas fluya intensamente
No ocultas tus pasiones
No guardas tus pensamientos
Desbordas con la elocuencia
Aunque no dejes hablar a veces
Te emociona el curso de la pronunciación amotinada
Cuando escuchas lo haces apreciando cuánto hay de crítica
En las palabras lanzadas
No concedes ni las más mínimas reticencias
Conservadurismos recónditos
Hasta en los discursos sediciosos
No eres hombre de los medios
Maquinarias comunicacionales despojadoras de lo común
Maquinas productoras de artificios
Superficies vacuas sin sentido inmanente
Robots porfiados en la fama provisional
Para ellos es lo único reinante
Tu existencia es inscripción en el espesor del territorio
Huella en las densidades de la memoria
Durara como anagrama por siglos
En tanto la fama postiza mediática
Solo sirve para edulcorar egos narcisos
Vacantes, sin corpulencia afectiva
Solo sirve a la farándula publicitaria
Banal de la prensa cotidiana
Amigo, hermano guerrero
Me acuerdo de ti rememorando en tus gestos
Las historias olvidadas de los y las combatientes enterrados
Cuyas emociones se convirtieron en climas
En corrientes de aire
En corrientes de agua
En humus de suelos
Brotaran nuevas generaciones batalladoras
En la guerra interminable contra los alcázares absolutistas
Contra los sacerdocios de todo tipo
Eunucos custodios de la verdad
Sin embargo, fortalezas y sacerdocios
Incapaces de detener el devenir impetuoso de la vida
Nadie sabe lo que pude el cuerpo
Nadie sabe la potencia del cuerpo
Tesis del gran pensador inmanentista
Del gran contra-filósofo panteísta
Perseguido por las religiones trascendentales
Teórico judío-ibérico
Pesadilla de las filosofías dialécticas
Superadoras imaginarias de las contradicciones efectivas
Doctrinas estatales afanadas en desterrar
Al hereje iconoclasta y ácrata
Este pensador supo poner en su sitio al cuerpo
Colocándolo como núcleo de la percepción
Espesor vital lazo carnal con Dios
Entendido como inmanencia infinita
Pues está en nuestros huesos
En nuestra memoria sensible
En nuestras células, moléculas y átomos
En las ínfimas partículas componentes de la paradoja
Lo indivisible dividido
Fragmentado en partículas asociadas
Cada vez más mínimas
Hasta llegar a la nada creadora
Baruch Espinoza
Aguijón clavado en el corazón de la metafísica
Abriéndole una herida mortal
Dejándola sin pulso, sin argumentos
Reencontró la creación en la espesura corporal
La sabiduría en la morfología somática
El secreto de la vida en el organismo
Nadie sabe la potencia del cuerpo
Cuando te veo danzar
Corroboro las tesis de Espinoza
La elocuencia melódica de tus contorciones
El manejo sinfónico de las vibraciones de tu complexión
Haciendo de cada músculo una tecla de piano
Ocasionando los tono de la música somática
Composición poética narrada en códigos anatómicos
Pronunciados en la ondulación de movimientos rítmicos
Seduciendo a las miradas escrutadoras de los dioses mitológicos
Plurales imágenes de la Divinidad
Idea absoluta, pasión del ensueño
Estallido intrépido de ese comienzo sin origen
Nombrado por las religiones trascendentales como Providencia
Al que el silencio de Buda no denomina
No importa el nombre ni el concepto
No importa si las culturas
Persistan concibiendo al patriarca primordial
Ansiedad y esperanza de su demanda
De su imaginación habitual
Muy lejos del imaginario radical del acontecimiento
Importa comprender
El estallido creador
Venciendo a la nada, derrotando a lo imposible
Idea de Dios
Voluntad enardecida
Deseo desbordado
Afecto rebelde
Contra la quietud, el silencio, la inexistencia
Explosión inicial
Creadora aleatoria de los universos
No importa el código, tampoco la representación
Importa la intuición absorbente
Saber perceptual, comprensión inmediata
De este avatar
Diseminándose como curvatura pasional
Del espacio-tiempo proferido
Grito compuesto, intensidades galopantes
De unicornios alados exploradores desaparecidos en el vacío
Rebaños de pasiones inscribiendo en el paisaje
Su nomadismo liso, flexible, lúbrico
Deslizándose como invención territorial
Cuando veo tu cuerpo danzar
Tallando en la atmósfera los códigos anatómicos
Melodía voluptuosa ancestral
Efluvio de deseos vaporosos
Emanaciones climáticas de la contextura estética
Sonata de compases sensuales
Notas ondulantes del pentagrama musical
Encanto femenino transmitido por milenios
Tus caderas ondulan fecundando el entorno
Percusión irradiante de erotismo
Al ritmo del flujo y el reflujo de las olas
Hechizadas por la luna vestida de plata
Dibujando el ritmo pausado y serpenteante del desierto
Tus caderas fértiles
También se adelantan y retroceden
Empujando a la imaginación al desvarío
Mientras tus piernas se mueven dibujando círculos
En el suelo aplanado por las plantas delicadas de tus pies desnudos
Narrando en el tablado historias interminables
De amor y de muerte
De vida y de pasión
Tu vientre oscila, agitándose
Tempestades minuciosas recorriendo la piel
Textura candorosa acariciada por sueños delirantes
Conmoviéndose ante la invasión de los timbales
Percusión aguda rítmica insinuante
Transgresores de tu existencia expuesta
Tus senos se mueven alusivos
Al compás de la música
Acompañando a la serpenteante vibración del cuerpo
Mientras las manos y los brazos aletean lentamente
Alzando vuelo como cóndores custodios de la cordillera
Ahora comprendo
Somos como las flores de la primavera
Consagración alegre de las partículas viajeras
Invención proliferante, juego heracliteano
Travesura cosmológica de Tunupa
Amarrado a la balsa de totora hundida en el río
Conector de lagos sagrados
Hasta encontrarse en las profundidades de la mancapacha
Con el hierro fundido de la gravitación terrestre
Expulsado como lava volcánica
Arañando la piel del cielo en el acto de amor
Antes de caer como lluvia encendida
Abrazando, besando, diluyéndose
En la piel, en las intimidades del planeta
He aprendido de ti mujer danzante
La poesía escrita en códigos corporales
El pensamiento apasionado seductor de los seres
Trovadores románticos en la diseminación del universo
En la disolución de la materia
Danza gitana migrante del desierto
Danza de la fecundidad dejando asentarse a la acuarela selenita
En el vientre erótico convulsionando la atmósfera nocturna
Con movimientos demandantes de caricias
Atrayendo a la lluvia de semillas
Enterrándose en la intimidad de los ciclos vitales
Eterna bailarina, pasión desbordada en flujos de energía
Irradiando ondas seductoras
Atravesando percepciones asombradas
Destrozando certezas, vulnerando costumbres
Desatando tormentas en los cuerpos enardecidos
Dispuestos a invadir los territorios fulgurantes
De tu fragancia incandescente
Las sociedades antiguas conocían más del cuerpo
La modernidad pretensiosa enterró sabidurías elaboradas
En la contemplación y el asombro
En la meditación y en la experiencia sensual
Convirtió el amor en una irrupción provisional, violenta
Fugaz, desesperada
Derrotada en la premura del comercio
Por eso danzante ondulante
Amo la memoria de tus pasos
La remembranza erótica de tus caderas orbitando
Alrededor del eje radiante de tu sexo
Sol húmedo, gravitación milagrosa
Del comienzo eterno de la vida
De la intensidad placentera
Imaginación radical del origen
Las danzas han mutado
Sin embargo, no dejaron la huella de su comienzo
Ceremonial y ritual
Hermenéutica corporal
Interpretando las fuerzas creadoras del universo
Amor indomable
¿Cómo podemos seguir adelante?
Después de abrir senda
Inventando el camino al amar
¿Acaso no tenemos en las manos nuestros destinos?
Quizás no sea así
Quizás dependamos de los juegos del azar
No creo en la fatalidad, ni en el destino
Estamos en plena albedrío de elegir
Aunque dentro del cerco dado por el mundo
Contando con la opción de desbordar el cuadro
¿Ostentamos en las manos, en los pies
Las trayectorias por recorrer?
Especulemos
Es así, de alguna manera
De todas los modos verosímiles
Sin embargo, conjuntamente, fuera de los cuerpos
Tan nuestros como los sueños
Otras circunstancias compiten
Con los dados de Stéphane Mallarmé
Dados tirados al cielo para caer en el suelo de la tierra
Como dice el poeta
Sin contar con el pentagrama donde escribe
Jugando con la melodía y los espacios
EL AZAR
Deja caer
la pluma
rítmica suspendida de lo siniestro
sepultarse
en las espumas originales
de donde otrora disparó su delirio hasta una cima
marchitada
por la neutralidad idéntica del abismo
A pesar de voluntades propias otros lances interceden
Las recolectadas en las peregrinaciones
La mecánica implacable de las situaciones
La travesía territorial disyuntiva de nuestras densidades
La gravitación de lo vivido
Aprendizaje almacenado sedimentándose como memoria
Nuestros recorridos distintos tropezándose en la encrucijada amorosa
El torbellino de la ocasión tempestuosa
Flagelando urbes babilónicas
Pretensiones de residencia permanente
Sin embargo, empujadas a reconocer su vulnerabilidad innata
Si se ama sin brida, sin espuelas
Galopando sin contención por la llanura
Atravesando todo confín
Sin detenernos
Navegando como los marineros renacentistas
Viejos lobos de mar
Quienes decían
Lo importante no es vivir sino navegar
Llevando tan lejos las naves
Empujadas por el viento y las corriente marinas
Transportándonos al continente hermético
Oculto a los ojos acostumbrados a ver lo alumbrado
Por el sol de todos los días
Cuyos rayos no logran descubrir el espesor de la alteridad
Camuflada en las apariencias
¿Debemos dejar este amor desamparado ante la persuasión
De la manía ruda de los hechos?
¿Dejar convertirla en cosa, en fetiche
En número
Artefacto mágico colgado en las paredes
Congoja familiar de los vencidos
Gobernada por las legislaciones establecidas
Rebosar en la tragedia de las parejas heroicas
Sacrificadas para mantener el mito
En el drama de las parejas sometidas
Domesticadas para mantener el orden
Renunciando al ardor del entusiasmo amoroso?
¿O de modo sedicioso evitar esto acontezca
Donando la pasión como posibilidad eterna?
Escapando a la tirada de dados
Al azar de la jugada
También a la necesidad
Resumida en el número fatal
El relato de nuestra devoción diría
Estos amantes querían redundar
En el fervor primordial del universo
Anhelaban salvaguardar el amor inconmensurable
Sobre todo
Sin reconocer hado y eventualidad
Sin examinar estatutos
Salvo las disposiciones sobrecogidas por el entusiasmo
Su amor fue colmado en el ímpetu creativo
Se rebeló contra las teorías de la existencia
No dejó desamparado el sueño cosido a fuego
Se convierta en un incidente
Conferido en el tablado de los eventos cotidianos
En el drama acostumbrado por los humanos
Víctimas de las narraciones improvisadas
Quiero no dejes de ser la huella inscrita en mi piel
No dejes de ser la voz acuática explorando mis meandros
No dejes ser nunca el advenimiento revelador
Transformando en el obsequio
La exégesis del epigrama de la biografía
No quiero dejar de idealizarte nunca
No quiero la realidad se apodere de mi sueño
Imponga sus reglas
Mostrando nuestras vulnerabilidades expuestas
Al chantaje de las necesidades
Quiero seguir soñando
Sin acatar el precepto de presencia
No dejaré de amarte
Como lo hubiera hecho
De todas maneras
Si jugaba a la subsistencia
Encontrarme contigo en un aquí y ahora
En el mundo alumbrado por el sol
No quiero la realidad se imponga con su sentencia
Diga los amores utópicos son inalcanzables
Quiero vencer a la certidumbre común
Expresándole
Pudo haber sido
Lo es en su eterna posibilidad
Este amor derrotó a la evidencia
A la providencia
A la necesidad y al azar
Me he rebeledo antes sin arquear ramificaciones
Desde entonces sigo este impulso romántico
Ahora, después del aprendizaje atesorado
No puedo ceder despojándome de utopías
Por alguna verdad constatada
Como las anteriores veces
Oportunidades de amor eterno
Derrotados por las premuras de la cotidianidad
Debemos vencer a la realidad
Haciendo irreal esta conmoción corporal
Haciendo de nuestro amor imposible en la posibilidad
Posible en la imposibilidad
Paradoja terrible
Aporía incomprensible
Para tenerte cerca debo dejar efectuar tu alejamiento
Para no perderte debo evitar hallarte
En algún paraje
Encontrándote en todos los lugares posibles
De la imaginación prodigiosa
Debemos ser más fuertes
Contrastando con la realidad
Debemos inventar caminos
Más allá del azar y la necesidad
Más allá de la prueba
Debemos hacer de nuestro amor
Un sueño imaginado por cualquier Dios o Diosa legendaria
Ocasionado en el delirio compulsivo del amor interminable
Imprevisto, dado contra todo pronostico
Contra toda moral sacerdotal
A estas alturas de la vida
No quiero una capitulación
Quiero batir a los avatares
Quiero tenerte en la eternidad de las posibilidades
Guardadas en la memoria literaria de los firmamentos
Volviendo al poema escrito en pentagrama
Atormentado por el golpe de dados
El poeta canta entrecortadamente a la diseminación
Canto recuperado en uno de sus mensajes
Recortado por nosotros
NADA
HABRA TENIDO LUGAR
SINO EL LUGAR
en estos parajes
de lo vago
en que toda realidad se disuelve
EXCEPTO
QUIZA
UNA CONSTELACION
Todo Pensamiento lanza un Golpe de Dados
Cantante sefardí
Mujer del desierto, nómada sefardí
Tez canela, ojos oscuros
Percepción penetrante horadando el horizonte
Labios escarlatas placenteros
De voz impetuosa esparciéndose armónicamente
Por los entornos conquistados por tu gracia
Como reflexión sinfónica
De los instrumentos vivos anidados en tu vorágine
Cuestionando la aflicción de los advenimientos
Voz conmovida golpeando la apatía del ciclo
Voz rubricada, genealogía inscrita por tradiciones orales
Por donde se evaden animus y anima
Jugando lúdicamente sus combinaciones sonoras
Surcando como águilas rapaces las corrientes de los céfiros
Turbados
Alas melódicamente agitadas, polifónicas
A ritmo de guitarra, asonancia de flamenco
Dilatando las vocales candorosamente
Cavando artísticamente en los espesores de la atmósfera
Inquietud gitana
Acompañada por el repiquetear pronunciado de las manos
El zapateo delicado, corto, recurrente
Como galope rítmico apresurado de herraduras de unicornio
Tus cabellos oscuros largos nómadas
Acentúan tu sedición anatómica
Cabellos abultados rizados como hondas de balada
Consonancia musical
Desenvuelta, penetrante, arrastrándome hacia confines desconocidos
Donde el ondulante desierto dibuja sus preguntas móviles
Al paso elegante lento de los camellos sosegados
Sobre la arena devastada por el transcurso impasible
De las épocas y las civilizaciones pretéritas
Hay como una plegaria en tu fragor trovador
Escalando la entonación clamorosa
Dilatando dulcemente las vocales
Cobijo de las sensaciones labradas
Como emplazando a Dios por la existencia
Acompasas rítmicamente las letras de las canciones
Estirando seductoramente sus notas
Dejando dar paso al lamento andaluz
Mezclado con el ladino judío-ibérico
También dejas fluir el lenguaje sin letras de las ondas musicales
Desprendidas de las intensas rebeliones de tus emociones
Cantas con todas las historias itinerantes de los sefardíes
Pueblo sin paisaje inmóvil, sin embargo, lleno de recorridos ambulantes
Inventando en las peregrinaciones azarosas
Los panoramas dinámicos de la permanente transición
Por eso, cuando cantas retomas los anales acumulados en tu piel
Sefardíes acosados por los imperios
Urgidos por las religiones trascendentales
Diseminados por el mundo
Como flujos de evasión zafándose de toda residencia
Tu mirada interpeladora atraviesa las épocas
Tus ojos brillantes luminosos nocturnos
Albergue de la propagación arrebatada del universo
Miran desde la misma lejanía de todo
Fuera del tiempo y del espacio
Desde la eternidad misma de las preguntas sin respuesta
Esto explica tu ardiente estampa
La abrasadora cadencia de tu frecuencia aguda
Tu enigmática fisonomía hechizante
Embrujo gitano, belleza mística
Magia ancestral somatizada
Torbellino creador recorriendo anhelante
Tu morfología enérgica, estética conservada
Por la persistencia de las culturas antiguas
Descubrí tu voz luminosamente melódica
Una noche de insomnio interminable
Llegó tu congoja musical acuosa cristalina
Inscribiéndose en mi cuerpo combatiente
Como saetas crepusculares rezagadas
Devenidas de arcaicas guerras olvidadas
Conflagraciones desaparecidas
Ya no están, pero sus ojivas llegaron agotadas
Mensajeras de los pueblos hostigados
Convocándome melancólicamente
Llamado de las tribus dispersas
Amo esa combinación tenaz de coraje y ternura
Escondiendo el sutil desplazamiento de una tristeza inmortalizada
Consagración de la esperanza
Cuando no se deja de batallar
Cuando no se deja de confiar
En las sabidurías guardadas de las humanidades desoladas
Danzantes de tango
Sebastiano Monada
Cuerpos entrelazados acompasándose
Alianza pasional
Al ritmo de una armonía melancólica
Alegrada por la voluptuosidad
Pensamiento triste enunciado en baile
Como dice Santos Discépolo
Filosofía melancólica compensada
Por goce somático
De los ritmos corporales
De los pasos circulares
Perseguidores, huidizos, conquistadores
Resistentes
Lucha y entrega
Hombre y mujer envolviéndose
En el efluvio romántico
De la danza de los tambos
Lugares de reunión de las humanidades africanas
Devenidas del Congo, el golfo de Guinea y de Sudán
Según Rodríguez Molas
Traídas a Abya Yala por los comerciantes de esclavos
Tambos de tumultos, refugio de migrantes
Constelación de pieles portuarias
De los arrabales
Tango prohibido por la iglesia y el Estado
Temido por la moral conservadora de las castas dominantes
Las oligarquías locales
Añorando, en el fondo, abrazarse
Como lo hace el pueblo
Liberándose de sus corsés
Danzantes de tango
Maravilla corporal de la música de los puertos
De las mezclas culturales
De las composiciones sensuales de la plebe sublevada
En la densidad de sus sentimientos
Componiendo poemas sin letras
Usando el compás de los cuerpos como notas
De una memoria polifónica encarnada
En las profundidades íntimas
De trayectorias de vida
Interpretada en el candor del baile
Monstruo bicéfalo, bestia cuadrúpeda
Lánguida y vivaz, fugaz
Cuya existencia dura una canción
Muere asesinada por el último compás
Como interpreta Dujovne Ortiz
Pasos pausados del compadrito persiguiendo a la china
Pasos fugitivos de la parda envolviendo al cobrizo
En una emboscada sensual
Lucha y entrega
Donde el macho cree dominar tomando la iniciativa
La hembra lo ilusiona mientras lo seduce
A lo largo de la danza
Después de tantas vueltas
Cruces de piernas, roces de rodillas
La hermosa pierna femenina rodeándole
Alrededor de la cadera
El macho no se da cuenta
Estar envuelto en la trama
De lianas invisibles
Preso y vencido por su conquistada
Danzantes de tango
Sus cuerpos movedizos rememoran
La genealogía carnal
De los arrabales rioplatenses
Diseminada por el continente y el mundo
Narran las historias de las multitudes mezcladas
Empujadas hacia los bordes de las urbes
Donde el arte popular se libera de las ataduras impuestas
Cantando con los cuerpos
Bailando milonga, malambo y candombe
Contando con los roces estrechos de las pieles
Apenas detenidas por la ropa
Ahora bailan los caballeros y las damas
¿Saben, sus cuerpos están hurtados
Por la sensualidad popular?
Liberados de una moral artificial
Aunque sea por un momento
Ahora bailan artistas sofisticados
¿Cuánto les deben a los mulatos la herencia
De esa estética de los puertos?
Puentes de continentes separados
Por tragedias planetarias
Estética corpórea
Aparentemente aprendida en academias
Repetidoras de un formato constituido
En fervores plebeyos
Cuando bailan auténticamente entregando
El cuerpo a su desintegración
Repiten el encanto seductor
De la artesanía somática popular
Retomemos estos conductos recónditos
Estos espesores vehementes
Cuando los cuerpos nos recuerdan
Vivimos el mismo mundo solitario
Acogiéndonos maternalmente
En los climas emanados por las sensaciones
Somos criaturas provisionales en el decurso
De las sinfonías cósmicas
Dedicadas a las búsquedas sin preguntas
Navegando en la diseminación del universo
Danzantes de tango
Concibiéndose en el abrazo estrecho
La caminata, el corte, la quebrada
En el firulete repentino
Sello singular de los danzantes
Escuchándose mutuamente sus pulsaciones
Adivinando anticipadamente las curvaturas
De los movimientos eróticos
Parejas complementadas en su torbellino
Cobijadas en una misma comprensión anatómica
Tejida por desafíos corporales
En la inmediatez de la algarabía de la cadencia
Y la armonía melancólica
Compensada por la alegría de los bucles
Remolinos apasionados de la disolución corporal
Poética popular
Liberando a los cautivados por su candor
Abriendo espacios emancipados por las emociones
Pareja de tango
Sebastiano Monada
Guapa morena caminando altiva y sagaz
Agarrada de la mano por el galán al acecho
Detenida en ese impulso mira a su pretendiente
Deja la acerque flexiblemente a su pecho
Es el momento del baile
Cuando ambos cuerpos se someten
A un interminable juego de circuitos
Y de forcejeos tenues
Donde el macho busca rendición sin comedimiento
Y la hembra no se deja conquistar por el intrépido
Conquistador de los arrabales
Compadrito joven y atrevido
Orgulloso de su gracia y su prestancia altanera
Arriesgado en las navajas
Osado en las noches de fiesta
La china le opone el cuerpo
Danzando como fragancia de balletista espontanea
Escapando a los ataques del mancebo engreído
Envolviéndolo con sus encantos
Sus pasos dulces y provocantes
Cruzando las piernas hermosas de doncella
Con las fuertes y robustas del conquistador
Moviendo las caderas al ritmo rápido
Dado por el bandoneón
Ciñendo como soga su desnuda pierna
En las caderas viriles del danzante
Obligándole a cruzar sus pies
Juntos como siameses
Mientras ella arremete con las curvas de su cuerpo
Y las piernas esbeltas rutilantes
Estrechando pecho a pecho
Rostro a rostro
Como entrega dulce e inquieta
Sin embargo, ya lo tiene dominado
En un efluvio dorado
De movimientos embriagados
Del arte seductor del coqueteo plebeyo
Esa es la danza del tango
Danza sensual y de compulsa
Danza de pasión y vida
Entregada en el instante
De la música tejida
En las nostalgias del puerto
Satisfecha se retira
La pareja empedernida
Mientras otros llegan a ocupar la escena
Dejada por los rondadores
La noche suma y sigue
Canción tras canción tanguera
Olvidando se aproxima
El día siguiente
De luz y de trabajo
Olvidando hubo un día
Anterior a la noche inmensa
De luz y de sensatez
—————
Umbrales y limites de la episteme moderna, apertura al horizonte nómada de la episteme compleja.
Cursos virtuales, participación virtual en el debate, acceso a la biblioteca virtual, conexión virtual colectiva. Control de lecturas a través de ensayos temáticos. Apoyo sistemático a la investigación monográfica. Presentación de un borrador a la finalización del curso. Corrección del borrador y presentación final; esta vez, mediante una exposición presencial.
Contenidos:
Modulo I
Perfiles de la episteme moderna
1.- Esquematismos dualistas
2.- Nacimientos de del esquematismo-dualista
3.- Del paradigma regigioso al paradigma cientifico
4.- Esquematismo ideológico
Modulo II
Perfiles de la episteme compleja
1.- Teórias de sistemas
2.- Sistemas autopoieticos
3.- Teorías nómadas
4.- Versiones de la teoria de la complejidad
Modulo III
Perspectivas e interpretaciones desde la complejidad
1.- Contra-poderes y contragenealogias
2.- Composiciones complejas singulares
3.- Simultaneidad dinámica integral
4.- Acontecimiento complejo
Modulo IV
Singularidades eco-sociales
1.- Devenir de mallas institucionales concretas
2.- Flujos sociales y espesores institucionales
3.- Voluntad de nada y decadencia
4.- Subversión de la potencia social
Temporalidad: Cuatro meses.
Desde el Inicio del programa hasta la Finalización del programa.
Finalizaciones reiterativas: cada cuatro meses, a partir del nuevo inicio.
Defensa de la Monografía. Defensas intermitentes de Monografías: Una semana después de cada finalización.
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Inscripciones: A través de la dirección:
Pluriversidad Oikologías
Avenida Andrés Bello. Cota-Cota. La Paz.
Teléfono: 591-69745300
Costo: 400 U$ (dólares).
Depósito:
BANCO BISA
CUENTA: 681465529
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