Índice:
Recordando a Vallejo
Las palabras
La vida
La pregunta por la vida
¿Aprender a vivir o vivir intensamente?
Mirada retrospectiva
Víspera de los combates
Cruzando la cordillera
Volver a los 16
Retorno
Pachacuti
Marcelo
Félix Santos
Expectación, a pesar de todo
Nostalgias de Miraflores
Primer amor
Búsqueda desiderativa
En el umbral de todo
Muchacha de tez morena
Inscripción en la piel de mi memoria
Una tarde ardiente
Guerrera celta
Momento
RECORDANDO A VALLEJO
Cesar Vallejo era mi almohada
Dormía sobre su poesía serrana
Mundial a la vez
Combatiente y sentimental
Supe que la poiesis era eso
Amor a la tierra con sus montañas
Sus ríos y animales sedientos
Los humanos, animales que se peinan
Mientras se combatía en España
Una guerra perdida de antemano
Y en los Andes se sembraba en terrazas
Y se cosechaba en muchedumbres
Se amaba las trenzas de las noches
Los rostros candorosos alumbrados
Por las velas de cebo y el pan de la puerta del horno
Mientras Cesar moría contemplado por los ojos de la ciencia
Azores sin alma
Un jueves de lluvia en una ciudad sin luz
Enterrado después
Piedra negra sobre piedra blanca
LAS PALABRAS
Como dije alguna vez
Las palabras son los gusanos
Se comen la fruta
Preguntan socavando
Sólo tienen respuesta cuando acaban
Al final cuando todo ha terminado
La respuesta dice
No queda nada
Ni la fruta, tampoco tú
Ni la huella, tampoco el olvido
Nunca ocurrió, ni los gusanos hambrientos,
Ni la fruta exuberante
La Vida
Preguntemos ¿la vida? ¿Nos pertenece acaso?
¿Cuál vida? ¿La resumida en mí
Presente, subjetiva, aparentemente individual?
¿La de los próximos y cercanas, compartida a pedazos?
¿La de todos, desconocidos, humanos, convocados por la palabra?
¿La de los animales y plantas, tan extraños y parecidos a la vez?
¿La del cosmos, estallido y diseminación?
¿La de la partícula, habitante de la nada?
¿Cuál vida?
La vida viviente
La vida vivida
La vida viniendo
Sensación misma
Temblor implorante en la inmensidad del vacío
Habitado por bulliciosas fogatas viajeras
Y palpitaciones melódicas de coros estelares
La vida como pasión y muerte
Como entrega y lucha
La vida como pregunta dibujada en el gesto
De tu rostro religioso y transgresor
La pregunta por la vida
¿Qué sentido tiene?
¿Destrozar la piedra en busca de su comienzo?
La vida no pregunta, pasa
Nos empuja la fuerza de sus aguas
La angustia de sus torbellinos
Valsas a la deriva, mariposas fantasmas
No hay pregunta, solo instancia apresurada
Desnudo conmovedor, cuerpo martirizado
Memoria del viento, hojas desoladas
Nostalgias de miradas ausentes
Rumor incandescente poblando el olvido
Conservando la brisa en su caricia insistente
Masiva retórica de la lluvia, vaporosa luz solar,
Diseminando nuestros sueños
Murciélagos asustados
Habitantes de la oscuridad insondable
¿Aprender a vivir o vivir intensamente?
¿Cómo tomar la vida?
¿Cómo tomar las cosas?
Lo presentado, lo dado, dándose
¿Tomarla con seriedad teatralizada?
¿Cumplir un plan trazado de antemano?
¿Caer en el drama arrastrados por el abatimiento?
Formalizarla, cumplir con el croquis corporativo
De lo contrario
No tomarla en cuenta
Jugar al azar
Peor aún
Dejar suceder, ser presa del estereotipado modelo
¿La vida es este desierto o aquél frondoso urbano?
Ni lo uno ni lo otro
Tomar la vida como es
En su brotar colorido, aromático, gustoso
En la proliferación de sensaciones
Nacidas en los socavones del cuerpo
Nacidas en el trenzado de las percepciones
En el afuera capturado por los azores ojos
Los oídos, la nariz, la piel, la lengua
Siempre atentas, cazadoras felinas
Tomar la vida en su fonética diligente
En su turbulencia y recorrido vehementes
Acogerla en cada accesorio
En cada gota de la lluvia
En cada roce de la brisa
En cada rayo de sol edificándose en la piel
Tomarla del brazo e ir a comer con ella
Un viejo antojo acompañándolo con una cerveza fría
Tomarla de la mano y llevarla a ver a algún amigo postergado
Mostrarle la ansiedad luminosa embriagando los ojos de los niños
Convencerla de ir juntos a una manifestación
Presentarle a tu novia, alabándola por la elocuencia
De sus encantos
Como queriendo alegrarla por sus frutos
Los de la vida misma rutilante
Sobre la vida no tienen razón los dogmáticos
No tienen razón los fundamentalistas
No tienen razón cuando le otorgan un sentido trascendente
No tienen razón los filósofos
Mucho menos los políticos
Tampoco la tienen cuando no la toman en serio
Como si nada
Tampoco cuando se desgarran las vestiduras
Por verdades olvidadas
Como si la vida fuera un axioma
Aciertan los niños
Cuando danzan de alegría al menor entusiasmo
Por conquistas tan simples
Empujados por goces espontáneos
Arribando con preguntas inesperadas
Compartiendo secretos inocentes
Con los cuates de ese albor primaveral
La tienen las abuelas
Después de haber vivido tanto
Cuando se ríen de las travesuras de los nietos
Se ríen de rancias poses señoriales
Cuando hubiera sido mejor
Deleitarse de las transgresiones
No efectuadas
La tienen los combatientes
Cuando terminada la guerra conjurada
Victoriosos
Ven surgir de nuevo la figura de sus enemigos muertos
En los amigos vivos investidos de poder
La tienen las mujeres
Cansadas de entregarse sumisas
Descubren la importancia de ser
En la plenitud de su albedrío
Creativo
Emancipando saberes inhibidos
Abriendo senderos en el bosque
Con el esplendor de su manos tejedoras
La tienen los árboles quietos de los bosques
Conocedores de los minerales diseminados en el subsuelo
Fabricantes de oxigeno
Robándole al sol el secreto del fuego
Como poblaciones verdes de prometeos
La tiene el agua
Corriendo apresurada cristalina
Desde las altas cumbres
Hasta las orillas del mar
Bañando con su murmurante reflexión
Las rocas, las tierras, los valles y las selvas
Enseñando los enunciados copiosos
Devenidos del origen
La vida es creación permanente
Invención constante de la vida
Cuando pienso en esta enseñanza acuática
Comprendo, intuición inmediata
No tengo intensiones contigo
Ni planes, ni proyectos
No tengo nada para ofrecerte
Solo el alegrarme de tu existir
De tus ojos viajeros
De tu voz refulgente, clara
De tu cabellera oscura batida por la brisa
Cascadas de rizos, pensamientos ancestrales
Gozar de esa presencia intensa
En sus ademanes
Apreciar la ingeniosidad de tus gestos
Como ideogramas de una antigua lengua desvanecida
Solo quiero hacer eterno
Este estar contigo
En la concavidad urdida de sus instantes
Aprender de ti
El saber y sabor de las mujeres reflexivas
Descubrir los nuevos horizontes
Alumbrados por la tibieza de tu piel
Solo quiero comprender
Otra vez
Como la espontaneidad de los niños
Como las veteranas abuelas
Como el aprendizaje de los combatientes
Como las mujeres versadas
No se aprende a vivir
Se vive aprendiendo
En la humildad de la perplejidad
Y del asombro
En la hondonada sencilla
De los detalles
Solo vivir contigo
La trama tejida por ambos
Narrando desenlaces posibles
Como cuento abierto
Constantemente inventado
Mirada retrospectiva
Contemplar desde el paraje
Donde me emplazo
Este contemporáneo añejo
El epigrama de uno mismo
No es más sino una quimera
De las nostalgias irrenunciables
Excéntricamente selectivas
Pues te ofrendan iconografías
De acuerdo a las inquietudes del intervalo
Propicio en su manifestación fluyente
Se ha vivido es cierto
Pero también se han dejado evadirse
Otros desenlaces asistentes en la concurrencia
De la estación en la espera del tren
Otras peregrinaciones verosímiles
Otros amores impetuosos
Mirar retrospectivamente
Con ojos escrutadores
Acaecimientos vegetados en la geología
Del cuerpo
Desaparecidos actualmente
Partículas viajeras de la memoria
Rostros fijados para siempre
Retratos imborrables
Lémures invencibles del espacio-tiempo
Descifrar desde el ahora
Inquiriendo sobre las simbolizadas biografías
Conjugadas en las vicisitudes
Hallando, mas bien, la relatividad de la diseminación
La fugacidad de la corporeidad del momento
La miscelánea despejada de las constelaciones
De significados, sentidos, sensaciones, imágenes
Tejidos de hilos y colores propios
Composiciones únicas en el universo
No hay pues una constitución coagulada
Un soporte arborescente
Como esqueleto sosteniendo una misma trama
Todo es fluir, convulsión perseverante
Plasticidad creativa de la vida
En el juego de esas contexturas múltiples
Disyuntivas del azar y la necesidad
Desembolsamos una narrativa
Entre muchas encubiertas
Creyéndola única
Cuando el engendro alterativo
Está en nuestras manos
Mirar lo vivido
Explorando las emanaciones alegóricas
Arribando a nosotros como remembranzas
Interrogando nuestro presente
Sin embargo, vigoroso, enmarañado
Abundante y en deslizamiento
¿Acaso quieren volver a ser?
¿Acaso envidian la exuberante presencia
Irrefutable, palpable?
¿Acaso quieren llevarme a ese pasado nebuloso?
Reminiscencias tan mías como esta piel mía
Remembranzas evidentes según su talante
Espectros enardecidos por la perpetuidad
Vienen a mí recorriendo el trayecto inconmensurable
Inapelable
Señalando el horizonte inverosímil
De la fábula de alguna vez ocurrió
Cuando lo acaecido fue un estallido enigmático
Sin silueta propia
Si no, mas bien, deflagración frenética
Dando lugar al magma incandescente
Adquiriendo perfil propio en el enfriamiento
Así lo vivido se fija cuando se serena
Cuando ya no está
Ya no es vida
Tampoco muerte
Sino el eterno retorno al mundo de las añoranzas
Al contemplar con ojos curtidos
Lo vivido
La mirada se tiñe de tonalidades vespertinas
Asombrándose los iris
De la pronunciación de esos habitantes virtuales
De sus voces inextinguibles
Agudas como la luz
Cincelando la roca de mí reposar vigente
Tengo, sin embargo, el resguardo de la calma
La simulación de la erudición
Templado
De alguna manera complacido
Por haberme rebelado
Manteniendo el amotinamiento
En la perduración del tiempo y del espacio
Llego a la conclusión
Nada se resuelve
Todo queda abierto
El pasado no nos abandona
El presente se aferra como barcaza en naufragio
Acometiendo regir las pujanzas
Hostigando su raigambre
Su viaje intrépido
El presente es este cuerpo vivo
Perceptivo
Contemporáneo de acometimientos
Obsequio de donaciones
Actualidad de amor
Muchedumbre heroica
Desafiando el desvanecimiento del tiempo
Al contemplar retrospectivamente
Descubro
Soy la travesía de itinerarios
Huella indeleble
Inscripción en el cuerpo
Evocación de episodios
Importa entonces asumir
La contingencia
Con la constancia de la interpelación
Interrogando a las instituciones
Intimando su arrogancia
Destrozando sus apariencia
Importa comprender
La realidad es artesanía de las interpretaciones
Es producción de la subversión de las multitudes
Es el alba cuando despiertan los y las jóvenes
Heterodoxos, iconoclastas
Destructores de imperios
Forjadores de nuevas exhortaciones
De nuevas insurrecciones
Víspera de los combates
Fuego
Ritmo ondulante del desierto
Pulsaciones sostenidas por el corazón
El sol y el viento se depositan en la piel
La mirada desafía al horizonte
La vida y la muerte sostienen su batalla
Interminable
Impulso vital
Brotando, empujando, creando
Inventando mundos a su paso
Energía de ciclos turbulentos
Órbitas, sin embargo, siempre distintas
Como si todo se alejara a pesar de sus retornos
Como si todo se aproximara a pesar de sus alejamientos
No se es el mismo tampoco algo distinto
Siempre en tránsito
Viajando a no se sabe dónde
Viniendo del terruño de nuestras nostalgias
Dispuesto
Entregando el cuerpo a su propio derroche
A la experiencia intensa de la explosión volcánica
Constelaciones de sensaciones
Buscando comprender si es posible la armonía
En esa vorágine de diseminaciones
No hay sentido
Solo la danza seductora de los cuerpos
Ritmos curvos y melodiosos
Lanzando sus redes invisibles
A los dioses desaparecidos
Hace mucho tiempo
Tan lejano
Quedando enterrados en el olvido sideral
Lo hermoso es esto
La danza y cantos humanos
Atrapando en su remolino a la propia algarabía
Seduciendo a la concavidad infinita del universo
Inventando sentidos brotados de sus alientos
Sentidos de corta vida
Sin embargo, congregando en su desaparecer
Las alegrías momentáneas profusas fluidas
Esto es lo importante
Detener el instante en la compulsión eterna
De la pasión desatada
Nómada sin fronteras ni normas
Es acoplamiento el sentir el roce en la piel
De los secretos guardados en la cueva de los átomos
Roce de los verbos materiales de los ciclos de los elementos
De la brisa viajera
De la prisa del agua
Del clima acogedor
De la presencia sólida
De los entornos acompañantes
De seres con quienes compartimos
Esta congregación y diseminación de la materia
Es afecto el espesor tejido por los entrelazamientos
De los seres diversos
Habitantes del efluvio de deseos
De estos organismos sorprendidos en su existencia
Apresurados por colmar su ansiedad
En la voracidad de sus cuerpos
Remontando la extensión dibujada
Por la percepción
Compartiendo la ocasión
Del viaje
Un afuera y un adentro gemelos
Atravesados, la una y el otro
Por sus propias irradiaciones somáticas
Erotismo desenvuelto
Germinador de ensueños
Camino
Bailando al ritmo de la sinfonía emanada
De la piel de los cuerpos
De la corteza de los arboles
De la superficie cristalina del nacimiento de los ríos
De la energía brotada de los encuentros
En los bucles migrantes de la vida esparcida
En la atmósfera voluptuosa de los enlazamientos
Ciclos de vida y muerte
Las humanidades se preguntan por el sentido
No creen no puede haber
Todo tiene significado
Cada ente puesto en la extensión
Cada ente desaparecido en el transcurso
Cada ente por aparecer
No saben
El sentido no mueve la vida
La vida se hace a sí misma
En todas sus formas
Desde sus partículas ínfimas
Hasta las constelaciones inmensas
Desde la pulsión por crearse
Hasta las innumerables reproducciones versátiles
La vida no es concepto
Es creación
Voy a la batalla
Armado de los arpegios
Producidos por los combatiente muertos
Armado de las canciones
Germinadas en los corazones soñadores
Armado por la gramática somática
Huella inscrita por las lecturas sediciosas
Armado de convicciones
Compartidas con los y las compañeras
De fuego
Curtidas por la tenaz obstinación de las luchas
Armado de amor
Por la vulnerable condición humana
Por la exuberante tierra
Hogar entrañable de los seres
Cruzando la cordillera
No olvidaré las cumbres nevadas
Ni la planicie nocturna alumbrada por la ternura selenita
La fogata de tolas abriendo la sensibilidad de invierno
Tampoco la compañía del grupo nómada
Dos jóvenes quechuas y un mestizo
Otro como yo, barroco, artefacto de arcilla
Cocida al calor de la dramática pasión de los fantasmas
Recuerdo la macurca de los músculos
Exigidos en la aventura del viaje
El sudor del tiempo resbalando por la superficie sorprendida
De la memoria joven abriéndose a su inscripción deshabitada
La sequedad granulosa de la voz reflexiva
Acallada por los pasos de escultores de vientos
No olvidaré tampoco sus inmensas trenzas
Tejido de achachilas y de pétreos deseos no cumplidos
Su traje negro resguardando su cuerpo como coraza
Defendiendo la inocencia del ataque intrépido de los sueños
Se quedó sola en la soledad inmensa de la puna
Habitada apenas por el perfil orgulloso de las llamas
Y la lucha tenaz de los arbustos de tola
No olvidaré la luz esparcida del rebaño perdido de las constelaciones
Acompañadas por la canción de cuna de una luna desnuda
Haciéndome recuerdo a tus pómulos sobresalientes y luminosos
A tus senos bebidos por los recién nacidos
Ocultos a la vista de los forasteros
No olvidaré la miel de la lengua de los valles
Trepados a la meditación profunda de los volcanes apagados
Tampoco cuando escuchamos en el fragor oscuro
El crepitar de las aguas descolgadas
Río agitado, intrépido, desafiando la madurez osificada de las rocas
Al bajar de las montañas
Bebimos agua fría de las manos tenues
De la serpiente alada
Diluida en una pronunciación incomprensible
Narrando el mito del eterno comienzo
Volver a los 16
Volver a los 16, ¿Quién pudiera?
Éramos dos muchachos intrépidos
Sin instinto de conservación
Cruzamos la cordillera para encontrar el puerto
Un barco llevándonos a la isla de nuestra utopía
Para aprender a combatir en los montes de nuestro país
Queríamos ser guerrilleros
Adolescencia rebelde
Entregándose a la aventura
Sin miramientos
Volver a sentir como entonces
Entregándolo todo a cada respiración
Arrojándose a cada instante
Intrépidamente
Sin medir consecuencias
Creer en cada minuto
Se juega el destino de la humanidad
En cada gesto, en cada paso, en cada palabra
Buscar en cada escrito leído
Las claves
De las rebeliones
Sea novela o teoría
Sea poesía o historia
Creer, todas son señales a descifrar
Todos son umbrales a cruzar
Los libros son incendiarios
Volver a la fraternidad
Afectuosa, encontrada en el descubrimiento
De la otredad, de la alteridad humana
En sus dramas cotidianos
En sus vestimentas raídas
En sus cabelleras despeinadas
En sus miradas risueñas
En sus mesas casi vacías
Enfrentando la contingencia, sin embargo,
Con alegría esparcida en todas las pobrezas
Ricas en esperanzas
Ricas en valores
Ricas en afectos
Pobres en la pobreza preservada
Sosteniendo la riqueza de las minorías
Volver a cruzar cordilleras
Encontrando en las cumbres nevadas
Las palabras congeladas
De olvidadas sabidurías
Cruzar fronteras inexistentes
Burlando las barreras burocráticas
Las vigilancias estatales
Cruzar acompañado por dos jóvenes quechuas
Campesinos de las apachetas
Volver a sentir el viento helado de la noche altiplánica
Acompañados por el murmullo colectivo
De la multitud agolpada en el camión
Volver al cuartel de frontera
Donde caímos presos
Por enseñar a un soldado
El libro rojo de Mao
Volver a caminar en la noche interminable
Por la explanada inmensa de la puna andina
Teniendo en el horizonte al Sajama
Volver a encontrar al amanecer
A las muchedumbres de chinchillas
Tomando señoronamente los primeros rayos de sol
Volver a develar
Hay más tierras y montañas
Menos ciudades y pueblos
Volver a la sed
Al sudor del caminante
A pesar del frio
La macurca de los músculos
En plena travesía
Volver a amar al país
En esos pueblos de adobe
En esos caminos de tierra
En esas solitarias escuelas alejadas
En los corregidores
Los últimos hombres del Estado
Volver a hablar imitando a los oradores de las concentraciones
Volver a la convocatoria de los estudiantes
A la adolescencia impetuosa
Atrevida
A las discusiones conspirativas
A las reuniones clandestinas
A los amores en la fogosidad de las luchas
Veo en los y las jóvenes de hoy
Cuando vuelven a movilizarse
Nostálgicamente
Aquélla arronjada adolescencia
Circulación del dar
Sin pedir nada a cambio
Salvo el trastrocamiento buscado
El alba es la repetida invención del día
Forjada a luz y colores
Son los y las jóvenes rebeldes
Los encargados de prender el fuego todas las mañanas
De cada nuevo periodo
Las nuevas generaciones no sólo toman la posta
Sino inventan nuevas subversiones
Volver a los 16
Quién pudiera
Si solo supiera
Esta edad se repite en la memoria
En cada acto donde no nos damos por vencidos
Intentando en cada gesto indomable
Retomar el recorrido nómada
De todos y todas las heterodoxas
Iconoclastas
Bárbaros destructores de imperios
RETORNO
Retorné cuando supe
Mataban a los cultivadores del choclo
Dejando viudas a las maceradoras de la chicha
Supe
La poesía se hace en la rebelión de las calles
En la suspensión de los caminos
Crucé el océano
Distancia infranqueable, tiempo atormentado
Corrientes de plantón y de peces
De carabelas conquistadoras y de barcos piratas
Al volver
Amé la sensualidad mestiza de las muchachas
Bachilleres en viaje de promoción
Dulces como la caña y bulliciosas como la luz de la mañana
El vetusto tren luchando en el asenso
Las declaraciones de amor, las amistades provisorias
Imágenes inscritas en la brisa del día
En la voluptuosidad inmensa de la noche
Supe
No podía desandar el camino
Los terruños me seducían con su canción de bronce
Descubrí los socavones donde la razón moría
Más acá del tiempo y de la luz
Mineral sin memoria, crueldad indiferente
Amé también allí, en las montañas desnudas
La rebelión exuberante de las mujeres quechuas
Apoteósicas heroínas, sensuales contestatarias de los tránsitos,
De los intercambios sin rumbo
Supe
La intensidad emerge de la piel
Sudor de tiempo, lengua erótica
Había viajado antes al frío de la noche
En camiones polvorientos, cargados de pueblos
Dormí en camas de piedra, colchones de piel de oveja,
Frazadas de awayo
Cobijado por comunidades eternas
Y corregidores caciques
Intermediarios silenciosos de mundos
Supe
En la cordillera se guarecen las minas clausuradas,
Los guerrilleros fugitivos, los profesores olvidados,
Las jóvenes pastoras de llamas,
Hermosas como el pasado que golpea las puertas
Mientras enseñan profesoras y docentes abandonados
En las escuelas perdidas de la reforma
Supe
Me quedaría
Quedándome en la inquietud ruda de los labradores
En la memoria excavadora de los mitayos
En la intrepidez sin límites de los estudiantes
Supe
Del eterno retorno a la tierra
A sus grietas insondables
A su olor mojado y ceniza esparcida
A su miel sensual y jubilosa
A sus troncos inmensos
Memorias del fuego viajero y del sol insistente
Guardadas en las escrituras vitales de la madera
Registros de luz y velocidades
De pasión intensa estelar
Supe
De los míos
De su persistente rubrica carnal
Perfil de ancestros y de códigos corporales
De cariñosas incomprensiones y copiosas tolerancias
Cuando la horda misma se extendía
Tejiendo genealogías con su recorridos voluptuosos
Supe
No se hace otra cosa sino retornar siempre
Por distintos caminos a diferentes lugares
Al mismo sitio de la metamorfosis reiterada
Pachacuti
Llegué la noche de San Juan
Cuando las hogueras abrasaban las nostalgias de la metrópoli
Otra villa morada de espectros
Como siempre, cada año, en la noche más fría
El fuego devoraba los enseres de la tradición
Chucutas reunidos, congregados en guerra civil de los fantasmas
Contemplaban asombrados el anagrama candente
Fugaz embrujado de la conflagración primordial
La flota terrestre nos depositó en la Churubamba
Las dos plazas cunas de Nuestra Señora de La Paz
En las polleras de la pacha-mama sideral
Hogar de labradores de piedra y de aventureros de metal
Plaza de indios y plaza de ibéricos
Dos plazas del pacto traicionado por los federales
Dos plazas, dos orbes, dualidad irresuelta, oculta por volcanes
Achachilas taciturnos meditando el ciclo eterno del retorno
Lava guarnecida esperando la señal
El tiempo no transcurre, permanece agazapado como leopardo
Tiempo-felino atrapado en la emboscada
Perpetrada por las montañas
Tiempo circular, remolino inicial
Bucle de nacimientos y muertes
Turbulencia de comienzos y desenlaces
No hay pasado ni futuro
Solo espesor, energía inagotable, eternidad presente
Presencia cambiante, repetida como anhelo tenaz
Chuqui-apu, donde repite la conquista su apocalipsis montado
Simétricamente, sitio de la serpiente luminosa
Conquista y sitio, dragón mordiéndose la cola
Imperecederas ambas, constelaciones, pléyades y llama
Mirando desde sus gigantescos ojos, lágrimas oscuras
Agujeros donde desaparece la materia, la luz y el tiempo
Insinuaciones vírgenes, danza de amazonas
Amigo incondicional, el mismo, adhesión intrépida
Hecho de capturas fugaces, episodios extravagantes
Así lo he querido, en su fraternidad cómplice
Una travesía nos ensambla, un itinerario de emanación
Un éxodo, una evasión curvada
Un millón de trancos dados inventando alejamientos
Un millón de pisadas
Deshilvanando la órbita coreada, usanza habitual
Un millón de callos
Desflorando la planicie interminable, meditación del cóndor
Aldeas desoladas, chacras terracotas, testimonios melancólicos
De la pérdida y el destierro
¿Cuándo volverán a morar las voces de bronce?
Las semillas de papa, los arados de madera, las chontas arcaicas, los afectos cocidos
Cerámica ancestral
¿Cuándo volveré a dormir apacible
Colchón de piedra cubriéndome de awayos?
¿Cuándo Chuqui-apu se encontrará de nuevo en sus dos plazas?
Chakana de culturas y civilizaciones
Puente cruzando firmamentos soñados
Marcelo
Conocí a Marcelo
Silueta espigada, de ojos resplandecientes
Semblante destacado como en una pintura renacentista
Orador prodigioso, escultor de enunciados convocantes
Dejando fluir volcánicamente el vigor del lenguaje
La interpelación tajante
Devenida del aquelarre de las contiendas
La lúcida convocatoria al pueblo, al país interior
Mediterráneo, sin embargo, de intuición oceánica
Adivinando los acontecimientos territoriales, diversos
Haciendo de substrato de sus pasiones
Contenidas en sus músicas, canciones y romances corporales
Una noche clandestina
Alumbrada por las luces de la ciudad de la hoyada
Se congregaron dirigentes campesinos, líderes mineros
En una casa cobijo de un hogar inaugural
Militantes curtidos en el transcurso de los embates
Escuchó atentamente a todos, queriéndolos en sus voces
En sus modales plebeyos
Habló reposadamente depositando en la mesa su versión
La importancia de aglomerar una vanguardia estratégica
De liberarnos de la opresión del imperio
De lograr una democracia luminosa
Profundidad participativa, pedagogía colectiva
Recuperar nuestros recursos de manos extranjeras
Nacionalizar el gobierno y el Estado
Eran las consignas empuñadas
Por un combatiente imperturbable
Salvaguardia de los arcanos del subsuelo
Su conducta y su palabra franca
Afable e intempestiva a la vez
Su devoción por la constancia y tenacidad
Su consagración fervorosa a la causa
Romanticismo encarnado
Llegó a seducir al proletariado cobrizo
De manos rigurosas, semblantes bronceados
Pómulos destacados
Llevando en la boca el bolo del acullico
Conexión con la mancapacha
Profundidad insondable
Donde duerme la memoria del planeta
Proletariado insomne
Ya formado en dilatadas y estoicas luchas
Enjuició a dictadores
Poniéndolos en el banquillo de los acusados
Puso en evidencia
Sus ultrajes a la patria
Sus corrosiones vernaculares
Sus violencias descomedidas
Sus sometimientos al extranjero
Sus ligeras e inauditas concesiones
De lo público y lo común
De los recursos, seres despojados
A la angurria privada de los consorcios
Siendo pertenencia del pueblo
Y de los hijos de sus hijos
No le podían dispensar su osadía
Su raigambre y amor al terruño de todos
No podían aceptar su integridad invulnerable
Contrastante con sus conductas ignominiosas
No podían escuchar su voz aguda
Su elocuencia erudita
Su interpelación certera
Lo asesinaron
Obligándolo a morir
Como dice Cesar Vallejo
Matando al hombre, al esposo, al hijo
Al escritor, al artista, al combatiente
Cuando andaba cerca ya de todo
Según sentencia el poema
Tramaron su muerte
Desde su recóndito encono
Furia de patrones señoriales y de oficiales crueles
De gendarmes y patriarcas otoñales
Aprovecharon la eventualidad premeditada
Una reunión de la legendaria Central Obrera
Defensa improvisada de la democracia confinada
Contra el golpe militar perpetrado
Lo hirieron de muerte
Clavando en su cuerpo la metralla implacable
Verdugos a sueldo
Sin máscara ni capucha
Se lo llevaron al Cuartel General
Teatro de operaciones de los motines
De los gobiernos sostenidos por bayonetas caladas
Agonizando
Contemplando el resplandeciente cielo paceño
Con ojos preguntando a la concavidad celeste
Lo arrebataron ante la mirada estupefacta de los compañeros
Carlos flores, dirigente estudiantil, interpuso su cuerpo entero
Valientemente arriesgándolo todo para siempre
Una mañana paceña orillando el medio día
Recibió también la inclemente metralla
Quedando tendido mortalmente en la eternidad del instante
A la hora del fuego, al año del balazo
Como a Pedro Rojas
Solía escribir con su dedo grande en el aire
¡Vivan los compañeros!
Quedando su sueño acostado en la piedra
En la acera ensombrecida del Prado
Dejando el cadáver lleno de mundo de Carlos
Se llevaron a Marcelo
Para descargar su furia y sus miedos atroces
En el cuerpo martirizado del héroe
No encontramos ni sus huesos
Tampoco su sombra memorable
Ni sus vestigios perdurables
Ni su huella inscrita en el aire acongojado
Hasta ahora
Nadie responde por el crimen
Nadie responde por la sangre derramada
Un silencio cómplice encubre la medrosa hazaña
Amparados los homicidas
Por las componendas furtivas
De los cuarteles con el Palacio quemado
Amparados los ejecutores torturadores
Por una tutela prolífica en demagogias
Sólo nos queda
Recordarlo en su gramática fecunda
Encontrándolo de nuevo
En su pasión por el substrato de nuestra procedencia
Prosiguiendo su arquetipo
La abnegación vehemente
La perseverante interpelación
Continuando su lucha por los recursos
Sin creer en la retórica populista
Presunción embustera de la nacionalización efectuada
Cuando dejaron en el camino su consumación
Recordar a Marcelo
Su rostro anguloso desafiante impulsivo
Su mirada escrutadora navegante conceptual
Su manera afable de dirigirse a los compañeros
Sus gestos audaces, sus rasgos inscritos
Trama de la narración dramática de nuestra historia
Félix Santos
Félix Santos
Aymara de Aroma
Uno de los fundadores del katarismo
Propósito político cultural civilizatorio
De la segunda mitad del siglo ultimatista
Fue dirigente campesino en los escabrosos años de resistencia
De combate contra las dictaduras militares
Incondicional del ajayu, de la qamasa compartida
Profesamos el retorno cíclico al Ayllu
Territorialidad y descendencia consanguínea
Alianza complementaria de markas y suyus
Encomendamos el ensamble de la academia con las comunidades
Haciendo compartir a los jóvenes de la ciudad y del campo
La tierra, la utopía, el entusiasmo por lo alternativo
La pelota de futbol, la cancha improvisada
La arquitectura comunitaria adecuada
A la meditación insomne del Altiplano
Al perfil raso de los cerros, Apus vigilantes de la puna
Recuerdo su dirigencia tenaz
Su compromiso temerario
Después de la masacre del Valle
Consumando un bloqueo de caminos en Lahuachaca
Apoyando a los jilatas y a las qullacas quechuas del valle
Lo hostigaron por esta proeza
Cuando se quebrantaba el cordón umbilical
Instituido patrimonialmente
De los hombres y mujeres del campo
Aymaras, quechuas, urus, chipayas, guaraníes,
moxeños, guarayos, chácobos
Con el subalterno Estado boliviano
Anulando en la sublevación el forzado pacto militar-campesino
Anulando en la irradiación el pacto nacionalista
Desde la reforma agraria
Anulando históricamente la paradoja señorial
Fundaron el movimiento originario rebelde
Llevando el nombre del héroe descuartizado
En las planicies de Peñas
Pronunciamiento nativo descolonizador
Materializando la consigna de Tupac Katari
Volveré y seré millones
Se concentraron en la cuna de Julian Apaza
Pueblo de Ayo Ayo
Comprometiéndose en la reiteración obstinada
En la continuidad vinculante
De la antigua guerra inconclusa anti-colonial
Hombres y mujeres rudas, de ponchos y polleras territoriales
De chullus y sombreros de ala ancha
Anacrónica perennidad de la década de los veinte
Mujeres alegóricas reiterando la transgresión de Bartolina Sisa
De inmensas trenzas largas como las noches
Atiborradas de constelaciones
Hombres y mujeres cobrizos mineral de los socavones
Pómulos salientes alumbrando el entorno agitado
Pututus de guerra y wipalas enarboladas como flameantes arcoíris
Emplazados por la memoria larga
Convocados por las voces pasmadas de los legendarios muertos
Declarando la guerra renovada al vetusto Estado
Continuación colonial de la conquista
Félix solía hablar pausadamente
Amar la quinua real sembrada en Culli Culli
Caminar con sus invulnerables piernas de hombre fornido
Reír suavemente en las conversaciones despreocupadas
Desvelado por el destino de los jóvenes
A quienes le dedicaba su tiempo y sus charlas
De mirada firme y convicciones labradas
Dedicó su vida a la dirigencia sindical
A la promoción escrupulosa de paladines iniciados
A la siembra, al cultivo, a la cosecha de los tubérculos de la tierra
A querer a sus hijos, a amar tácitamente a su mujer
A almorzar entrañablemente con los suyos
A celebrar cordialmente con los amigos
A contemplar la vida con ojos generosos
Alegrándose un poco por sus hazañas
Entristeciéndose otro poco por el menoscabo de corolarios
En fin, tasando la biografía de manera optimista
Lo dejó en la penumbra la expiración de la pareja
Mama t’alla de toda la vida
Cuando se llega a la edad de la razón
Quedamos yermos escoltados por nuestros fantasmas
La melancolía viene custodiada por la desdicha
Los achaques rebosan proliferan como insectos porfiados
Uno de ellos se convierte en el padecimiento excavador del organismo
Destruyendo toda vitalidad
Es ese, el más testarudo, el ángel sombrío
Encomendado de remolcarte al viaje inescrutable sin regreso
Félix Santos, después de haber vivido tanto
Después de haber luchado otro tanto
Después de haber mirado tantas veces las alboradas anaranjadas
Tantas veces los crepúsculos ensangrentados
Después de haber visto a tantos gobiernos en su diversidad repentina
Después de haber comprobado
Todos terminan pareciéndose
Pues son engranajes del mismo poder
A pesar de sus matices y diferencias
Después de haber amado tanto
Tener amigos entre los conocidos
Deja su inscripción en el hálito del tiempo
En la atmósfera pura del Altiplano inmenso
Deja su huella indeleble
Como estela lumbrera
Dibujando artísticamente caminos
Todos van al mismo lugar
Enunciado hierático de la experiencia
Lo importante es vivir manteniendo el fulgor ardiente
De la esperanza en las comunidades ancestrales
Viajeras de la memoria
Afincándose en el espesor del presente
Expectación, a pesar de todo
Tú, quien todavía tiene confianza
A pesar de todo
Quien no quiere creer en el desmoronamiento de los mitos
En el crepúsculo de los caudillos
En la fatalidad inscrita en el poder
Quien considera los episodios se han transformado
A pesar de todo
Certeza contemporánea cuando registras el alejamiento
En relación a los lapsos cuando se adjudicaba todo
A los inverosímiles consorcios imperiales
Al fetiche del equivalente indeterminado
Adorado como dios por aquellos gobernantes de entonces
Certeza vigente ante la acometida del disturbio de los obrados
Exhibiéndote el sarcasmo de la órbita lujuriosa de las analogías
Aberraciones brotadas de hábitos frecuentados
Farándulas burocráticas, premuras afanosas
Egos reveladores, vanidad contemplativa dibujada en el espejo
De las pantallas oficiosas
Certeza cándida, piadosa
De hombre y de mujer de pueblo
Quimera candorosa en la ratificación de tu gozo
Haber granjeado con tu osadía valerosa estos cambios soñados
En la guarida de tu morada, en los climas inexorables del taller
Donde trabajas esperando dar pan y mejor vida para tus hijos
En conversaciones amistosas con compinches como tú
De trenzas largas como tus melancolías
De polleras abultadas como las de tu madre
De pantalones desusados como los de tus hermanos
De cabellera peinada como la de tu padre
Esta expectativa es admirable como el advenimiento de la primavera
Como el develamiento de las flores de la papa
Pregonando la rauda cosecha del tubérculo
En esta certidumbre manifiestas tu entereza
Encarnada en tus palpitaciones amorosas
Tambores y quenas percutiendo en las faldas de la cordillera
Por eso tú mujer y hombre del pueblo
Eres el armazón corpóreo del país soñado
Horizonte presente en tus madrugadas
Horizonte presente en tus vísperas nocturnas
Nadie debe aprovecharse de tu entusiasmo colosal
De tu convicción política, de tu confianza ciega
Nadie debe abusar de tu franqueza llana
Nadie debe usarte para salvaguardar su jerarquía
Nadie debe herir tu espíritu puro
Vivimos un mundo de discordancias, de incongruencias
Un mundo mordaz, encantado, habitado por fantasmas
Acechadores de mandos, de gobernantes
Quienes creen en su pliego adjudicado
Considerándose rapsodas de un drama ya escrito
Coreando los rictus catalogados en el paraje ocupado
Convergiendo compulsivamente en los desenlaces almacenados
Sentencia fidedigna cuando no se demuele la fortaleza estatal
Ataño subyugante
Siendo la morfología pasional de los territorios
Espesores donde imaginamos el tejido de procedencias
Awayu cobijo de la pluralidad de naciones
Matria y patria anhelada
Musculatura labradora de esperanzas
Lucidez creativa de nuestros saberes, nuestras canciones
Nuestras danzas
Siendo chuyma de las pulsaciones rítmicas de los circuitos
Caudales consumidos, de los minerales enajenados
Siendo la conjetura emotiva del presente
Es menester tomes en tus manos colectivas
La destrucción del patriarcal alcázar absoluto
La construcción de un auditórium para todos
Donde el lenguaje plural de las multitudes
Hable por sí misma
Logrando consensos
Hilvanando itinerarios concertados
Armonizando el estallido misceláneo, heterogéneo
De las cooperaciones singulares
NOSTALGIAS DE MIRAFLORES
¿Dónde estarás?
Alguna vez tus ojos aguijonearon mi apertura
Avispas incandescentes, fuegos de San Juan
Ternura escolar, piel fértil
Origen de las preguntas
¿Te amé o solo era mi afirmación de macho?
Me gustaría estar contigo nuevamente
Amar el tiempo en tus sensaciones experimentadas
Desconocer el caprichoso invento masculino
Ser sólo una inscripción en las líneas de tus manos
Primer amor
Todos los tiempos en el ahora
Mezclados como el matorral, floresta tejida
Abigarramiento portentoso de las resonancias
Recuerdo tus ojos celestes, incandescentes órbitas
Prendidas de tu semblante mancebo
Tus cabellos claros envueltos en una cola
Dejando tu frente descubierta, lucidez rozagante
Tus finos cartílagos, tu semblante venerable
Cautivador cuadro, candor y mocedad escolar
Me mostraste tu mano para leer tu hado
En los surcos trazados desde tus ancestros
No supe decirte, tus caminos se encontraban conmigo
En el descubrimiento continental de nuestros cuerpos
Preferí callar
Tímido adolescente ante la posibilidad de la incandescencia
Crepitante de tu ensayo inicial y el mío
Viniste una mañana con tu mandil blanco de paloma
Cuando retorné a la tierra, oikos maternal, cobijo nuestro
Tampoco pude responderte
Creyendo en la importancia de los compromisos legendarios
Errando en la apreciación
No hay nada más importante sino la componenda voluptuosa
De tu piel y la mía develando el secreto del caos y del cosmos
El goce de la entrega y de la desaparición en el otro
Esta es la renuncia de uno mismo
La reivindicación de la alteridad
De tu asombrosa donación pasional
Esta es la base franca de las otras entregas
De las causas colecticas
El amor a la vulnerable condición humana
El amor a la tierra vista al nacer
Como senos absolutos
Amamantando nuestra hambre cosmopolita
Te amo en mis recuerdos
Persiguiéndote perseverante en mi memoria devota
De tus ojos inmaculados, de tu rostro inocente, hechicero
De tus manos suaves surcadas por trayectos hilvanados
Recorridos genealógicos
Señalando un encuentro no acontecido
Te amo en esa noche entregándome en tus manos
El tesoro guardado por ceremonias familiares
Te amo en tu guardapolvo blanco
Blandiendo como bandera tu virtud preservada
Una mañana de mis retornos cíclicos
Ahora vuelvo en la recuperación del tiempo perdido
A encontrarme contigo descifrando la geografía
Itinerario paradisiaco de tus manos
Concediéndote mi cuerpo curtido
Donde tus destrezas puedan posarse como mariposas primaverales
Yaciendo candorosamente en mi piel
Dibujando la cartografía voluptuosa del desvanecimiento
No sé dónde estás ni cómo
Quiero sepas no te he olvidado
No he renunciado a ti
Amaré tus años inscritos
Tu edad madura
La huella de tus arrugas
Algunas canas visibles
Encontrando en el tiempo acumulado
La escolar de aquellos días inocentes
Búsqueda desiderativa
Lo que más me impresiona de ti
¿Tu boca carnosa donde se guarecen miles de besos húmedos?
¿Tu rostro juvenil, resplandeciente como el cielo de invierno sin nubes?
¿El perfil peninsular repitiendo el candor de tu madre?
¿Tu cabellera brillante cayendo como cascada de luz sobre tus hombros delgados?
¿Tus grandes ojos locuaces, haciendo de ti una mirada repentina y pronunciada?
¿Tu perfil de hembra total, conjugando la gramática de las curvas
Con la apacible figura selenita
Pintando en las aguas
El recorrido soñado de tu premura femenina?
¿El suspenso agravado, la dilatada espera, la imposibilidad misma de entregarnos?
Apenas la fantasía de otro mundo donde podamos dedicarnos
A cultivar canciones itinerantes
En la superficie fértil de nuestros cuerpos
En el umbral de todo
Cuando veo tus ojos pardos mirarme
En un avizorar disipado
Mirar viajero
Cuando te abandonas dejándote llevar por vientos invisibles
A lejanos e ignotos territorios olvidados
Cuando estas frente a mi garbosa mozuela
Risueña de labios pulposos exuberantes
Cabellos luminosos brillando solarmente
Cuerpo sensual, canción cantada por trovadores
En las noches de serenata
Pienso en la vida
En sus tejidos indescifrables
Hilados por antiguas manos virtuosas
De pitonisas mujeres clarividentes
Vieron como se desvanecían uno a uno los horizontes
Atravesados por fuerzas desatadas
Por el lóbrego mamífero que se peina
Somos eso
Cuerpos consagrados a abolir umbrales, diseminar horizontes
Vigores recorridos por fluidos pródigos
Deseos, manadas veloces de jamelgos míticos
Queriendo conquistar en el instante la eternidad
En la voluptuosa conflagración somática
De nuestras pasiones sin narrativa
No hay porque responder a preguntas filosóficas
Toda respuesta es posible
Con tal de seguir la estela irradiada por las premisas
Ninguna logra atrapar el devenir
Lo importante es aprender de las exploraciones de la experiencia
De las donaciones sin parsimonia en el soplo del requerimiento
Pasión inscrita en el genoma
Lo importante es entender
No se trata de verdades sino de vivencias
Constituidas como certezas
No se trata de ciencias sino de poiesis
Creación y recreación de la vida
No se trata de consumo sino de plenitud
No se trata de ostentación sino de felicidad
No se trata de satisfacción sino de alegría
No se trata de logros sino de realizaciones
No se trata de economía sino de armonía
No se trata de poder sino de potencia
No se trata de realismo sino de creación
No se trata de conocer sino de amar
Hay un saber profundo nacido del amor
Ahora estando en el dintel
Hablándome como ave mensajera
Anunciando el crepúsculo de los caudillos
Quiero tu bifurcación del umbral
Llegues a mí como ángel seducido
Conquistado por la fugacidad de la finitud
Por la intrepidez de la facticidad
Refugiándote en la lumbre inflamada de mi piel
Cobijándote en la apertura de mi complexión
A tu fulgurante entrega una noche de insomnios
Cundo cruces el umbral
Todo volverá a ser como fue desde un principio
Devolveremos al cuerpo el reconocimiento merecido
Siendo la única certeza posible
Existencia irrefutable
Dadora de sensaciones convertidas en huellas
Huellas convertidas en inscripción perdurable
Escritura anterior convertida en memoria
Cuando cruces la puerta
Te susurrare al delicado cartílago
Sortija encarnada
Caracol donde se esconde la resonancia del mar
Contándote traviesamente mis intensiones
Ciñendo amorosamente tu cuerpo fresco reticente
Descubriendo en ti la sabiduría somática heredada
Por la tradición verbal de las usanzas
Albergada por las mujeres como zafra de verano
Seremos la repetición verosímil de todas las entregas
En una alcoba resguardada por los fantasmas
De los amantes legendarios
Muchacha de tez morena
Muchacha de tez morena
Cabellos nocturnos lacios descendiendo
Corriente clamorosa
Copiosa floresta azabache
Sobre tu espalda manceba
Dulce explanada cobriza donde cabalgan pretensiones
Ardientes como la brasa de los leños de la fogata
Manada de yeguas y caballos alborotados, veloces
Tus ojos juguetones alardean audacias
Brillantes como la concavidad inmensa del firmamento
Joyas demandadas, ornamentos de sacrificios tribales
Rito y ceremonia del nacimiento de los ciclos agrarios
Miran navegando osadamente provocadores
Naves intrépidas cazadoras de vientos
Pescadoras de corrientes marinas
Tu cuerpo lozano, febril en su iniciación
Dibuja unas curvas delicadas, instintivas, candorosas
Comenzando a diseñar el cuerpo de mujer voluptuosa
Piernas esbeltas radiantes en su pronunciación primaveral
Caderas en su devenir insinuante
Pectoral grácil, inocente, pentagrama musical
Metamorfosis pictórica de tu iniciación fecunda
Tu rostro adolescente, imagen de chiquilla
Boceto de mujer, esbozo de fémina convocativa
Te mueves con garbo natural, ligero, vaporoso
Tu risa párvula inquieta el clima de tu entorno
Tus modales traviesos desmontan las reglas y las normas
Desvanecen fronteras, abolen umbrales
Provocando raptos de pasión
Hechizando mi enjundia aguerrida
Inscripción en la piel de mi memoria
Silueta vaporosa trasladando tus intensidades diluidas en la piel
Tu rostro combinando Asia y Occidente, europeo y criollo americano
Tu mirada clara, luz intrépida, escrutadoramente jovial
Te he amado como se ama lo que no se puede perder
Una tarde asoleada liberada frente a tu ventana
Caricia dulce de narraciones no dichas ni escritas
Insinuación de mundos desconocidos, esperando en los bordes de tu habitación
Cuerpo delgado como la pincelada acuarela de un pintor de Montmartre
¿Por qué no tomé el sendero entre los matorrales?
Nacimiento turbulento del río
Agrietando las rocas esculpidas con las corrientes sanguíneas
Mientras caen las cascadas como velos de novia
¿Por qué no me confundí contigo de una vez para siempre?
Fundidos por el fuego, aleación voluptuosa
Hoy, te recuerdo, fragancia delicada del sol naciente
Y del desembarco bárbaro conquistador de ciudades doradas
Hoy, te vuelvo a amar como aquella tarde incendiada
Fugacidad, olvido atrapado en las fisuras del tiempo
Hoy, quisiera quedarme, detenido en la premura
Ansiedad blanda en los bordes de tu piel canela
Explanada ritual donde se da la batalla
Entre corceles salvajes y domadores nativos
¿Dónde estarás ahora que viajas en mi memoria?
Estas en mí como partícula de los recuerdos
Recorriendo los flujos intensos de mi cuerpo
También en otra parte, en algún lugar, cobijándote
Como cobija la caricia del nicho el sueño de una virgen
Donde estés, aquí me tienes, entregado a la disolución del suceso
Golpeando las puertas del crepúsculo, donde se hunde el espectador
Para encontrarme contigo en los socavones de una antigüedad obstinada
Oscuridad sin recinto ni ocasión
Negándose a desvanecerse como huella en el desierto
Páramo inhabitado, dominio de la quimera
Una tarde ardiente
Una tarde ardiente
Estuviste enhebrando tus inquietudes
Me acerque a ti para amorrar tu fonética
Beso inesperado, felino, depredador
Sentí tu lengua huidiza, tu inocencia sorprendida
Tu boca acuosa, nacimiento de los ríos
Manjar del paraíso
Me deleite tenerte así entre mis manos
Hospedarte cohabitada por mi aliento enardecido
No atinabas a nada, asombrada ante el acontecimiento
No te defendiste, tan solo dejaste deslizarse el lance
Te amé en tu pureza arrebatada
En la humedad de tu boca
En tu lengua manceba
En tus senos castos
En tu percepción fúlgida
Dilema de rechazo y de aceptación
Te ame cuando me volviste a besar
Obligadme a quedarme contigo
Fue una aglomeración de besos fogosos
Suplicantes
Me quedé residiendo en tu piel
En tu cuerpo escurridizo
Tu adolescencia en la alborada de todo
Me quede con tus aprendizajes sensuales
Amé tu cuerpo suave, tu piel lisa
Tus piernas delgadas aceitunadas
Tu respiración agitada como las tempestades
Ame tus entregas donantes
Cuando podíamos ensayar la renovada conquista
Amo tus encantos llanos
Tu manera de amar sigilosamente
Tu manera de ser mujer
Fémina de nuestras comarcas rebeldes
Guerrera celta
Guerrera celta
Devenida de tribus fundidoras del hierro
De sabiduría druida politeísta
Conocedoras del estallido de la complejidad
Anidada en cada hálito, en cada partícula, en cada pulsación
Del estruendo inicial repetido eternamente en cada instante
En cada rasgo de tu complexión espigada
En cada resonancia de tu voz anticipada
En cada búsqueda de la gramática anterior a todo
Inscrita en los corpúsculos ínfimos nacientes de la nada
Guerrera de la vigilia centelleante y lunar
Invisible a los soldados del imperio romano
Llevas en tus manos el arco certero
La flecha fulminante
Armas guiadas por tu mirada náutica
Profundidad marítima matriz de la vida
Tu cabellera solar recuerda a los pueblos de la edad del hierro
Amantes del fuego y de la tenacidad mineral devenida en metal
El tiempo no ha pasado por tu piel y tus expresiones
Vital juventud afincada en la anatomía bélica de tu estética
Armonía diseñada más allá de las columnas de Hércules
De acuerdo a Heródoto
Poema ancestral retenido en la memoria tallada
En ideogramas de una lengua desvanecida
No sabía se podía franquear los puentes de los mundos
Como en la chacana andina
Cuando el titi los atraviesa efectuando la metamorfosis de la materia
En el lago sagrado de los Andes
En la transvaloración de la pronunciación viajera de los recorridos
Más allá del tiempo y del espacio
Más allá del bien y el mal
Más allá de la reminiscencia
Sedimento geológico del olvido
Por eso nostalgia de antes del tiempo
Cuando comenzaba todo a ser
Hechizado estoy por este develamiento cósmico
Mensaje de otros universos
Narrativa primordial estampada en tu morfología
Bosquejada en las efigies entonadas por tus meditaciones
En los enunciados plásticos de tus pesquisas
En tus insólitas tesis anti-históricas
Destructoras de dos mil años de penurias
A partir de la era cristiana
Temporalidad institucionalizada por las religiones del desierto
Rastreadoras de la tierra prometida
Cuando desprecian la tierra tenida por nosotros
Los humanos y los seres del planeta azul
Compartimos la pasión por el filósofo intempestivo
Friedrich Nietzsche
Crítico de la propensión hacia la muerte, el camino a la nada
De una modernidad banal enamorada de la imagen en el espejo
De su rostro engreído, sarcasmo de un semblante sin contenido
Denunciaste a esta manifestación de abalorios
Hegemonía del ego
Te dije es el poder expropiando nuestra potencia creadora
Si compartimos esta herencia transmitida secretamente
Desde la noche sin tiempo
Desde la luz sin espacio
Quizás sea por tu hermenéutica
La alianza entre la comarca de los dragones
Y la tribu ancestral de los druidas y las guerreras celtas
Momento
El momento es disponibilidad plena
Cuando estamos expuestos a jugarnos
El momento exige de nosotros entrega
Quiere todo el cuerpo, acto heroico
Quiere sus recorridos circulares
Caminos convergentes en la intensidad
De la coyuntura
El instante es impetuoso
Certeza inmediata de la existencia
Exuberancia de todos los órganos activados
En sus desempeños compulsivos
Efluvio efervescente de las sensaciones
Espesores de climas corporales
Instante, intuición de la compleción absoluta
De su diseminación, del caos y de la armonía
Instante, oportunidad suprema
Disfrutar la vida en su abundancia
Sufrir la vida en su desventura
Instante eterno
Cuando comprendemos, esta fugacidad
Es lo único tenido a mano
Espesor de territorios entrelazados
Antes de su desaparición
Momento cuando pienso en ti
En la candorosa grafía de manifestar tu sortilegio
Cuando me sé hechizado por tu enunciación anatómica
Dispuesto estoy a batirme por ti
Contra las contingencias, el azar y la necesidad
Instante cuando te conviertes en el comienzo y telos de todo
Instante desbordante en sus densidades copiosas
Ningún concepto puede atraparlo en sus redes abstractas
Filamentos invisibles encargados de vaciar los espesores
De los cuerpos para encontrar en ellos
El núcleo imposible del ser y la nada
Momento para afirmarnos en la congregación y diseminación
Del espacio-tiempo
Momento, instante de vida en su apremiante plasmación insaciable
No hay tiempo para comprenderte
No hay recursos para detenerte
Sólo dejarte pasar atravesando
La constelación emotiva de mi transición somática
—————
Umbrales y limites de la episteme moderna, apertura al horizonte nómada de la episteme compleja.
Cursos virtuales, participación virtual en el debate, acceso a la biblioteca virtual, conexión virtual colectiva. Control de lecturas a través de ensayos temáticos. Apoyo sistemático a la investigación monográfica. Presentación de un borrador a la finalización del curso. Corrección del borrador y presentación final; esta vez, mediante una exposición presencial.
Contenidos:
Modulo I
Perfiles de la episteme moderna
1.- Esquematismos dualistas
2.- Nacimientos de del esquematismo-dualista
3.- Del paradigma regigioso al paradigma cientifico
4.- Esquematismo ideológico
Modulo II
Perfiles de la episteme compleja
1.- Teórias de sistemas
2.- Sistemas autopoieticos
3.- Teorías nómadas
4.- Versiones de la teoria de la complejidad
Modulo III
Perspectivas e interpretaciones desde la complejidad
1.- Contra-poderes y contragenealogias
2.- Composiciones complejas singulares
3.- Simultaneidad dinámica integral
4.- Acontecimiento complejo
Modulo IV
Singularidades eco-sociales
1.- Devenir de mallas institucionales concretas
2.- Flujos sociales y espesores institucionales
3.- Voluntad de nada y decadencia
4.- Subversión de la potencia social
Temporalidad: Cuatro meses.
Desde el Inicio del programa hasta la Finalización del programa.
Finalizaciones reiterativas: cada cuatro meses, a partir del nuevo inicio.
Defensa de la Monografía. Defensas intermitentes de Monografías: Una semana después de cada finalización.
Leer más: https://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/estudios-del-presente/
Inscripciones: A través de la dirección:
Pluriversidad Oikologías
Avenida Andrés Bello. Cota-Cota. La Paz.
Teléfono: 591-69745300
Costo: 400 U$ (dólares).
Depósito:
BANCO BISA
CUENTA: 681465529
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