Metáfora de la potencia

30.07.2016 21:12

Metáfora de la potencia

Crítica desde el pensamiento complejo a las interpretaciones de la nada

Hipótesis especulativas sobre un problema no resuelto: la nada

 

 

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Introducción

 

La nada es una figura que no tiene figura; sin embargo, tiene significado; en tanto tal, su sentido se abre a una polisemia; por lo tanto, el concepto de nada tiene connotaciones variadas, aunque se puede llegar a dibujar un mapa conceptual con definiciones más abstractas, incluso más especulativas, que otras. En tanto, que, también, se encuentran definiciones operativas, como las dadas en la matemáticas. La filosofía ha elaborado tanto definiciones absolutas de la nada, así como definiciones determinadas, mas bien, circunscritas. En los sentidos comunes, se emplean, en el uso práctico de los lenguajes, distintas figuras de nadas concretas.   La ciencia también tiene distintos referentes de la nada, dependiendo del paradigma. La física cuántica ha avanzado a definiciones más apropiadas cuando define y encuentra, en sus investigaciones de laboratorio, nadas observables o deducibles, matemáticamente, también físicamente, en partículas infinitesimales intermitentes, que contienen apenas energía, que se aproxima a cero. Las teorías relativistas y las teorías cuánticas de la física contemporánea llevan a la conclusión de que, en realidad, no hay nada, sino, mas bien, siempre condiciones de posibilidad cósmicas de creación de universos.

 

Estamos más cerca de esta tesis cuántica y relativista, de que no hay nada, pues parece la más coherente, dados los conocimientos brindados por la física cuántica y la física relativista. Llamaremos, hipotéticamente a estas condiciones de posibilidad cósmicas de la creación del universo, potencia en estado latente; llamaremos a la realización de estas condiciones de posibilidad cósmicas, la creación del universo, potencia en estado activo.

 

No pretendemos ninguna verdad en este ensayo, ni mucho menos, ninguna pretensión científica. Tan solo buscamos reflexionar sobre un problema no resuelto ni por la filosofía, ni por las ciencias, el problema de la nada.

 

 

 

 

Metáforas de la nada

 

Devenido desde el fondo, por así decirlo, como metáfora recurrente, desde antes de la energía, de las cuerdas, de las partículas, anterior a las fuerzas fundamentales, el acontecimiento de la creación del universo se anuncia, con intensidad infinita, en la premura de la nada. Un ímpetu fabuloso y sublime empuja, buscando quebrar el cascaron de la nada, para nacer deslumbrante, un estallido minúsculo; empero, atronador, con una potencia infinita, que emerge de la nada.

 

Es una nada que contiene el todo, por así decirlo, metafóricamente, también figura ilustrativa. Una nada que retiene la totalidad de todas las posibilidades. Una nada que no lo es, sino en tanto inmanencia absoluta, inmersión total en las profundidades insondables de la nada. Profundidades no visibles ni espaciales, sin distancias ni dimensiones. Profundidades sin espacio ni tiempo. Profundidades inimaginables, pues no forman parte de experiencia alguna. Profundidades, entonces, sin espacio ni dimensión. Profundidades enquistadas en ningún lugar.

 

¿Cómo el todo puede estar contenido en esta nada? Parece un sinsentido o contrasentido esto; pero, ya que, metafóricamente, hemos partido de la nada creadora, de la nada que contiene la posibilidad de todo, la que crea el universo, también el pluriverso, siguiendo con esta ilustración figurativa, esta nada, necesariamente, tiene que contener la posibilidad de la creación del pluriverso. Para que ocurra esto, es menester que la nada tenga una composición muy propia de ella; obviamente sin materia; por lo tanto, sin partículas infinitesimales, sin asociación de partículas infinitesimales, sin fuerzas fundamentales, hasta quizás sin cuerdas y membranas. Una composición completamente distinta; algo así como una no-materia, compuesta por no-partículas y asociación de partículas; por ejemplo, como átomos; algo así como no-fuerzas fundamentales; una ausencia de ellas[1].

 

La teoría de las cuerdas unificada dice que las cuerdas son lo último o lo primordial del universo, de la materia del universo; estas cuerdas, que convierten al universo en una sinfonía, con sus vibraciones y ondas, que con sus tonalidades crean la materia, son inmediatamente energía. Si es así, por lo menos, hipotéticamente en esta teoría, se ha resuelto un problema, el de la relación de la materia y energía; no hablamos de la conversión o transformación de la energía en materia y viceversa, como postula la teoría de la relatividad, sino de algo que tampoco estaba resuelto en esta teoría, tampoco en la teoría cuántica. Las partículas infinitesimales, que se aproximan al cero de energía, que aparecen y desaparecen, que saltan de la no existencia a la existencia y viceversa, con qué energía mínima funcionan, o con qué energía se dan existencia. No estaba resuelto el problema de la relación de las partículas y la energía; ¿son lo mismo?, ¿son distintas? En este caso, de dónde proviene la energía, sobre qué base se sustenta[2].

 

Ahora bien, una cosa distinta es decir que la materia es igual a la energía o equivalente a la energía; otra cosa distinta es establecer en qué consiste esta igualdad. Si las cuerdas son inmediatamente energía, el problema aparentemente está resuelto. No se trata de partículas sino de cuerdas, que constituyen a las partículas en determinadas condiciones de vibración y de acoplamiento; en este caso, las cuerdas no solamente son anteriores a las partículas, por así decirlo, sino están conformadas de un modo y de una cualidad distinta. Se trata de una mecánica diferente a la mecánica cuántica de las partículas infinitesimales; hablamos de la mecánica de las cuerdas, dándole un nombre por analogía y por razones de exposición. No responden a las características de las asociaciones de partículas, a sus consecuencias, a la formación de composiciones, cada vez más complejas.  Sino responden a otras características debido al acoplamiento de las cuerdas. Una de las características, que define la teoría de las cuerdas, es la de la ductilidad, flexibilidad, maleabilidad, si se quiere, plasticidad; fuera, claro está, de que su distancia no llega a cero, aunque se aproxime, como ocurre con las partículas; salvando con esto la solución de la ecuación que combina la matemática de la física relativista y la matemática de la física cuántica[3].

 

Esta plasticidad de las cuerdas, que implica modificación de formas, también tiene que implicar modificación de vibraciones, de ondas, de tonalidades. La teoría de las cuerdas sugiere que los distintos acoplamientos de las cuerdas en membranas, crean distintos universos paralelos, denominando a todo este acontecimiento ondulante, multiverso.

 

Ahora bien, lo que es indispensable reflexionar, buscando hipótesis, aunque sean especulativas, a partir de estas proposiciones teóricas, interpretaciones y sugerencias, de la teoría de las cuerdas, cómo pueden resolver el problema de la creación del universo y la nada creativa. ¿Las cuerdas pueden ayudar a sugerir hipótesis prospectivas?

 

La etimología de nada viene de res nata, que significa cosa nacida. Significado completamente distinto al atribuido comúnmente, para decirlo rápidamente, como nada absoluta.

 

La filosofía griega propuso la idea de que la nada es como la negación del ser. En otras palabras, se suponía la conservación del ser, así como se conjetura que no se puede afirmar la nada. Parménides enunció que del no ser, es decir, la nada, no se puede hablar. Epicuro y Lucrecio concluyeron que la materia no se puede crear de la nada, ni destruirla, convertida en nada. Frente a estas concepciones el pensamiento cristiano postuló lo contrario, afirmando la nada, algo tan paradójico como la existencia de la nada. Más tarde, en la modernidad, sobre todo, los empiristas y positivistas, descartaron la concepción y la tesis de la nada, aludiendo que se trata de una confusión lingüística.

 

Es conocida la obsesión de Heidegger por el problema de la nada. Ya aparece esta preocupación y tratamiento en Ser y tiempo, en 1927; sin embargo, de una manera todavía anunciante. Es en el ensayo ¿Qué es metafísica?, en el año 1930, donde se explaya en las interpretaciones filosóficas sobre la nada. En este texto se da la pregunta alusiva: ¿Por qué hay algo y no más bien la nada? La tesis más intrigante de Heidegger es la que dice que sobre la nada reposa o se asienta el ser. Siguiendo este horizonte nihilista, se deriva en una concepción existencialista de la nada.  Sören Kierkegaard concibe una nada dramática, la angustia; se trata de la complexión emotiva primordial de la existencia.

 

Jean Paul Sartre en El ser y la nada, en 1944, siguiendo el curso filosófico de Heidegger, se adentrará aún más en esta temática. La conclusión de El ser y la nada, propone que la experiencia de la nada en el mundo es ocasionada por la existencia del hombre.

 

La física clásica, en un principio, sobre todo, en tiempos de Newton, confundió el vacío con la nada; considerando que se trataba de un ámbito uniforme, desprovisto de masa, denominado espacio, de geometría euclidiana. La concepción del vacío como espacio, donde las partículas materiales se movían, se vio contrastada por la teoría del éter; definido como un ámbito tenuemente material, donde se propagaban las ondas luminosas en el vacío. A partir de su teoría física, Newton enunció que la luz se encuentra conformada por corpúsculos; sin embargo, las investigaciones, basadas en la experimentación de la doble rendija, condujeron a la tesis de que los fenómenos relacionados con la luz podían explicarse con la teoría ondulatoria. Más tarde, con el impacto del sisma de la física, es decir, la revolución epistemológica de la física relativista y la física cuántica, considerando el principio de indeterminación de Werner Heisenberg, así  como la teoría cuántica de campos, se propuso que el vacío no podía ser la nada. La física cuántica concibe, más bien, un espacio-tiempo conteniendo partículas virtuales, creadoras de partículas más complejas, al asociarse; responsables de las fuerzas fundamentales del universo, producentes de pares partícula-antipartícula, las que se destruyen al chocarse. Situación que se dio en un lapso de la formación del universo; cuando, en el balance, se sobrepusieron las partículas a las antipartículas, se da lugar el universo conocido[4].

 

Como se puede ver, estamos ante, no solamente la polisemia del concepto de la nada, que más se parece, en algunos casos, a la figura simbólica del mito, sino ante un problema no resuelto. En todo caso, en el debate, parece más coherente la interpretación empirista y positivista, que encuentra una confusión lingüística en el uso del término nada, confundiendo los significados metafóricos con los significados conceptuales. También, más tarde, parece una interpretación clara, coherente, sólida y sostenible, la hecha por la física cuántica y la física relativista, que concluyen que no hay nada, sino una pluralidad de virtualidades, que intermitentemente saltan de la inexistencia a la existencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Hipótesis especulativas sobre la nada

 

1.   Las cuerdas, suponiendo las propiedades y características sugeridas por la teoría de las cuerdas, pueden, a su vez, suponer unas arque-cuerdas o archi-cuerdas, que, son la matriz misma de las cuerdas.

 

2.   Estas arque-cuerdas se encuentran como en la inexistencia, vale decir, en la nada.

 

 

3.   Las arque-cuerdas no vibrarían, no ondean, ni dan tonalidades, pues, en este caso, estarían del otro lado de la nada, por así decirlo, usando una metáfora esquemática dualista no apropiada. Sino, ni vibran, ni ondean, ni dan tonalidades; más bien, parece que se sumergen en la nada, en un silencio absoluto, en una invisibilidad absoluta.

 

4.   La pregunta: ¿Hay o no energía, alguna clase de energía, en la nada? Solo así podríamos explicar la creación del universo, si se quiere, el big bang. Si no fuese así, sería válido el enunciado de que de la nada no emerge sino nada; lo que quiere decir que la nada no puede crear. Incluso, considerando, perentoriamente, la tesis de Dios creador; Dios no es nada. Dios no crea de la nada, sino de su potencia infinita.

 

 

5.   Ahora bien, si se mantiene la conjetura de la nada creadora, entonces ésta contiene energía, una forma de energía primordial, se puede sugerir que es arque-energía; una energía no-energía, sino como potencialidad y posibilidad de energía.

 

6.   Otra pregunta: ¿Cómo se transforma la arque-cuerda y la arque-energía en cuerda y energía? Si tenemos como punto de referencia, como singularidad inicial al big-bang, si bien no tiene sentido, como dice Stephan Hawking, preguntarse acerca de la anterioridad al big bang, lo importante es tener esta referencia como el momento cuando de la potencia latente se pasa a la potencia activa.

 

 

7.   La tercera pregunta: ¿Cómo de la potencia latente se llega a la potencia activa y creadora? Suponiendo nuestras figuras de la hipótesis especulativas, de la arque-cuerda y la arque-energía, ¿qué ocurre para que la composición de la potencia latente, constituida por arque-cuerdas y arque-energía, explosione, dando lugar al big-bang? ¿Se da un desequilibrio en la composición de la potencia latente, llevando a la explosión inaugural? ¿Hay una especie de arque-historia, usando este término harto discutible, de manera ilustrativa, anterior a la historia del tiempo, título que brinda Hawking para referirse a la conformación del universo, que desconocemos? Como se puede ver, solo tenemos preguntas.

 

 

 



[1] Ver Imaginación e imaginario radicales en devenir y dinámicas moleculares. https://pradaraul.wordpress.com/2016/04/17/imaginacion-e-imaginario-radicales-en-devenir-y-dinamicas-moleculares/.

 

[4] Referencias: [1] Mario Bunge, Diccionario de filosofía, México, Siglo XXI, 1999, p. 148. [2] José Ferrater Mora, “Nada”, en Diccionario de filosofía, 5ª ed., Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 1964, p. 248, tomo II. [3] Mario Bunge, Treatise on basic philosophy. Volume 3. Ontology I: The furniture of the world, Dordrecht, D. Reidel Publishing Company, 1977. [4] Pregunta ya formulada en la Edad Moderna por Francisco Suárez y, sobre todo, por Leibniz. La respuesta a esta pregunta da lugar, en la Edad Moderna, a la cuestión de la existencia de un Necesario y la cuestión de las verdades de razón. [5] Martin Heidegger, "¿Qué es la metafísica?", en ¿Qué es Metafísica?: Ser, Verdad y Fundamentos, trad. de Xavier Zubiri, Buenos Aires, Siglo XX, 1974, p. 75-112. [6] Jean-Paul Sartre, El Ser y la Nada, Buenos Aires, Losada, 1998.  Bibliografía: Genz, Henning Die Entdeckung des Nichts, Rowohlt, 1999, ISBN 3-499-60729-8. Bild der Wissenschaft 10/2006, “Nichts” (S. 40-59). The Book of Nothing, John D Barrow. The Nothing That Is, Robert Kaplan. In Search of a Cyclops, Fredrick Schermer. Zero, Charles Seife. The Hole in the Universe K. C. Kole • Church Dogmatics III/3, pp. 389-368, Karl Barth. Ver Wikipedia: Enciclopedia Libre: https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Especial:Libro&bookcmd=download&collection_id=e410165e34fc89def1ab0aaea1e8b36b3dfb471a&writer=rdf2latex&return_to=Nada

 

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Objetivo del programa:

Umbrales y limites de la episteme moderna, apertura al horizonte nómada de la episteme compleja.

 

Metodología:

Cursos virtuales, participación virtual en el debate, acceso a la biblioteca virtual, conexión virtual  colectiva. Control de lecturas a través de ensayos temáticos. Apoyo sistemático a la investigación monográfica. Presentación de un borrador a la finalización del curso. Corrección del borrador y presentación final; esta vez, mediante una exposición presencial.

 

Contenidos:

 

Modulo I

Perfiles de la episteme moderna

 

1.- Esquematismos dualistas

2.- Nacimientos de del esquematismo-dualista

3.- Del paradigma regigioso al paradigma cientifico 

4.- Esquematismo ideológico

 

Modulo II

Perfiles de la episteme compleja

 

1.- Teórias de sistemas

2.- Sistemas autopoieticos 

3.- Teorías nómadas

4.- Versiones de la teoria de la complejidad

 

Modulo III

Perspectivas e interpretaciones desde la complejidad

 

1.- Contra-poderes y contragenealogias 

2.- Composiciones complejas singulares

3.- Simultaneidad dinámica integral

4.- Acontecimiento complejo

 

Modulo IV

Singularidades eco-sociales 

 

1.- Devenir de mallas institucionales concretas

2.- Flujos sociales y espesores institucionales

3.- Voluntad de nada y decadencia

4.- Subversión de la potencia social

 

 

Temporalidad: Cuatro meses.

Desde el Inicio del programa hasta la Finalización del programa.

Finalizaciones reiterativas: cada cuatro meses, a partir del nuevo inicio.

Defensa de la Monografía. Defensas intermitentes de Monografías: Una semana después de cada finalización.



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