Raúl Prada Alcoreza
¿Qué significa y qué implica que se haya conformado una burguesía que extrae, explota, industrializa, comercializa y especula con la energía fósil? La teoría marxista basa su explicación del capitalismo en la apropiación del excedente, vale decir, en la apropiación de la plusvalía; que supone tiempo socialmente necesario no pagado a la fuerza de trabajo. Sin embargo, ya Karl Marx se vio en dificultades al explicar la renta; no solamente de la tierra, sino la renta relativa a la explotación de los recursos naturales, principalmente las que se convierten en materias primas para la industria. En este caso, ¿de qué se apropia la burguesía, que controla las reservas de recursos naturales, los yacimientos de estos recursos; que los explota, pagando una renta; que incorpora esta materia prima a las cadenas productivas y de industrialización, a escala mundial? La respuesta ortodoxa marxista está lejos de satisfacer una respuesta; la apropiación de la burguesía petrolera no se explica solo por la plusvalía, derivada, de la suma de tiempos socialmente necesario no pagados a la fuerza de trabajo. Si bien es cierto, que esta perspectiva restringida, relativa a la teoría de la acumulación de capital ha sido corregida por Horkheimer y Adorno, cuando plantean que el capitalismo no solo se explica por la explotación de la fuerza de trabajo, sino también por la explotación de la naturaleza, falta todavía explicar de qué se apropia la burguesía edificada sobre la extracción y explotación de la energía fósil.
La tesis de la teoría de la dependencia consistía en que la geopolítica del sistema-mundo, basándose en la diferenciación de centros dominantes y periferias dominadas, se apropia del excedente producido mundialmente, aprovechando la disposición dominante de los centros, en detrimento de la situación subalterna de las periferias. La teoría mencionada explicaba la acumulación originaria y ampliada, la concentración de capital, en los centros, a través de la dialéctica del desarrollo; es decir, desarrollo que crea el subdesarrollo en las periferias; subdesarrollo que crea desarrollo en los centros.
Las tesis de la teoría de la dependencia ya no eran explicaciones meramente cuantitativas, basadas en una diferencia cualitativa, la de la propiedad de los medios de producción, sino que introducían la paradoja del desarrollo como dinámica histórica-económica-política-social generadora de las desigualdades, sociales, nacionales, regionales, mundiales. Lo que el marxismo clásico, por decirlo de ese modo, llama acumulación, los marxistas de la teoría de la dependencia señalaban como dominación geopolítica.
Se puede decir, como lo hemos dicho antes, que la teoría de la dependencia no solo produce desplazamientos epistemológicos, sino rupturas epistemológicas. Es diferente concebir la acumulación de capital como apropiación de plusvalía que pensarla como despliegue de la dominación geopolítica. En consecuencia, la teoría de la dependencia no solamente construye el concepto de sistema-mundo, corrigiendo y yendo más lejos de los alcances del concepto de modo de producción capitalista - algo que lo dijimos en Acontecimiento político -, sino que se sale de la representación cuantitativa de la acumulación de capital para pensar, mas bien, el despliegue de la dominación geopolítica mundial.
Desde esta perspectiva, se puede decir que de lo que se apropia la burguesía mundial es de reservas de recursos naturales, de estos recursos extraídos, haciéndoles ingresar en las cadenas de producción y en los procesos de industrialización. Lo que se llama sistema-mundo capitalista se apropia de estas sedimentaciones geológicas, sacándolas a la superficie, donde ingresan a los procesos de transformación material, que corresponden a la producción industrial. La cuantificación económica, aquello que viene a ser el referente del concepto de acumulación, no es más que contabilidad abstracta, por medio de procedimientos aritméticos. Hablar de acumulación, entonces, no es decir mucho, ni explicar mucho; solo es una suma de las cantidades integradas al proceso de valorización dineraria. El concepto de acumulación es como la sombra que se proyecta cuando se dan los efectivos procesos de apropiación, que son materiales, en pleno sentido de la palabra. El marxismo ha dado muchas vueltas tratando de encontrar en el concepto de acumulación la luz que ilumine los secretos del capitalismo. Se ha perdido en una especulación aritmética.
De lo que se trata es de explicarse el sistema-mundo, no a través de las sombras proyectadas, por más medidas aritméticamente que estén, sino a través de las dinámicas materiales y corpóreas que proyectan las sombras. Lo que decimos puede parecerse a la metáfora de la caverna de Platón; si, claro. Lo que pasa que es ilustrativa para pasar de la crítica de la economía política a la crítica de la crítica de la economía política. En los anteriores escritos hemos incursionado en los bocetos de respuestas a la pregunta de cómo funciona el sistema-mundo capitalista, visualizando la complejidad mecánica de sus maquinarias; ahora, intentaremos incursionar en lo que abre la pegunta de qué, en realidad, se apropia el sistema-mundo capitalista. Habíamos dicho algo, al respecto, decíamos que se apropia de la vida; por lo menos, de partes capturadas de la vida. Bueno, vamos a partir de esta premisa, para llamarla así, en lenguaje lógico, buscando las rutas de sus posibles itinerarios.
Los pies sobre la tierra
Para comenzar, no puede haber acumulación de capital, es decir, valorización dineraria, si no hay producción; hasta ahí la crítica de la economía política marxista. Pero, tampoco podría haber producción sin las materias primas, es decir, la extracción de los recursos naturales; así como no podría haber producción si no se controla la tecnología en uso para tales efectos y las aplicaciones implementadas en la producción industrial. En otras palabras, el control de las reservas de recursos naturales, el control del circuito de las materias primas, es decir, el control del mercado mundial de las materias primas, y el control de la tecnología implementada en el extracción de los recursos naturales y en la producción industrial, son condiciones indispensables para que se dé lo que denomina el marxismo acumulación de capital. El problema es que la crítica de la economía política marxista subsume conceptualmente tanto a los recursos naturales, convertidos en materias primas, a la logística de la producción, de la distribución y el consumo, a la abstracción cuantitativa de la acumulación de capital. Cuando es, mas bien, al revés, para decirlo de ese modo, que es ilustrativo; la representación abstracta de la acumulación de capital se sostiene en el referente dinámico de no solo de procesos de producción, sino de lo que son efectivamente, materialmente, estos procesos de producción. En otras palabras, se sostiene en el referente de los desplazamientos de fuerzas, no en el sentido metafórico, usado como concepto por el marxismo, que tiene como referente de la metáfora al concepto de fuerza físico, de la física newtoniana, sino en el sentido complejo, que le atribuye la física relativista y cuántica. Fuerzas fundamentales que crean la materia, que transforman la energía en materia, que se desenvuelven como en constante devenir, transformando la energía y la materia. Entonces, se trata, en el planeta, de la complejidad dinámica de las fuerzas fundamentales, transformadas en formas de vida y formas de existencia.
Una de las formas de vida, la humana, correspondiente a las sociedades humanas, ha construido instrumentos, como prolongación de su cuerpo; que al prolongar su cuerpo, paradójicamente, pareciera que lo han separado del Oikos, del planeta, de las ciclos vitales integrados, que hacen a la vida. Sin embargo, hay que aclarar, no es la prolongación heurística, en sí, la que ha separado a las sociedades humanas de su Oikos, sino, mas bien, es un modo de instrumentalidad o lo que llamaban racionalidad instrumental Horkheimer y Adorno lo que ha separado a las sociedades humanas de las ecologías del planeta. La prolongación misma, que los griegos de la antigüedad denominaban techné y nombramos como tecnología, aunque sin la connotación griega de arte, es parte de la potencia de la vida, de la invención creativa de la vida. El problema radica en el uso de esta tecnología para separar a las sociedades humanas de sus entornos, de sus ecosistemas, de su Oikos; por lo tanto, de sus condiciones de posibilidad de existencia y de vida. Además, también paradójicamente, se usa esta instrumentalidad para separar al ser humano de sí mismo, de su cuerpo, de su potencia. ¿Cuál es el núcleo del problema? ¿Cómo se ha llegado a usar la instrumentalidad, la heurística, la tecnología, para separar a las sociedades humanas de su Oikos y separar al ser humano de sí mismo, de su cuerpo?
Karl Marx planteó el tema de la siguiente manera: las relaciones de producción se cristalizan en los medios de producción, las relaciones sociales de producción capitalistas se cristalizan en los medios de producción capitalistas. Es decir, se puede interpretar como que las relaciones sociales se concretizan como tecnología empleada. Este puede ser un buen punto de partida o de hipótesis teórica inicial. En todo caso, hay que atender a las dinámicas propias de la tecnología, de la generación de tecnología. Si bien se puede suponer que las relaciones sociales de producción se realizan y materializan en la tecnología empleada, esta materialización no explica los procesos tecnológicos; hay ciertamente más factores intervinientes, para decirlo de esa manera. Lo más conocido es el papel de las ciencias; estos corpus de conocimiento intervienen en la generación de tecnología; es más, las ciencias corresponden precisamente el conocimiento que se realiza y materializa en tecnología. Se puede decir que, bajo ciertas condiciones y circunstancias, la ciencia es usada, bajo determinados moldes, en la generación tecnológica. Estos moldes corresponden a estructuras sociales, a estructuras institucionales, a estructuras de control. Estas estructuras sociales, institucionales y de control pueden usar las ciencias de acuerdo a los condicionamientos estructurales; entonces, viabilizar un tipo de desarrollo tecnológico, inhibiendo otras posibilidades.
La tesis sobre la cristalización de las relaciones sociales de producción es útil en la crítica de la economía política, sobre todo, cuando esta crítica, después de definir el campo objeto de la crítica como ideología, se desplaza a la explicación del capitalismo a partir de lo concreto como síntesis de múltiples determinaciones. Es cuando la totalidad concreta es configurada como modo de producción capitalista. En consecuencia, es indispensable no solo interpretar los procesos inherentes al modo de producción, a partir de la contradicción fundamental entre fuerzas productivas y relaciones de producción, sino dar cuenta de los medios de producción en tanto instrumentos, es decir, medios técnicos. Hasta ahí la interpretación dialéctica del modo de producción capitalista. Empero, cuando se comprende que la economía política no se restringe solo al plano de intensidad económico, sino se abre a múltiples planos de intensidad que se integran, conformando el substrato dinámico complejo de la civilización moderna, cuna y continente histórico del sistema-mundo capitalista, esta explicación restringida de la crítica de la economía política queda corta. Sobre todo, muestra sus falencias para explicar el acontecimiento tecnológico y sus transformaciones.
Desde la perspectiva de la complejidad es menester comprender el plano de intensidad tecnológico como articulación especifica del conjunto de los planos de intensidad imbricados; no solo en lo que respecta a los planos y espesores de intensidad que, articulados e integrados, conforman el sistema-mundo capitalista, sino más allá. Hablamos de plurales planos y espesores de intensidades, articulados e integrados, que hacen al devenir social; que no solo abarca a la sociedad institucionalizada, sino sobre todo, a la sociedad alterativa, que es el substrato mismo social. Así mismo, más acá y más allá, comprender el plano y espesor de intensidad tecnológico como articulación integrada de los planos y espesores de intensidad, de los ciclos vitales y ecológicos, de los ecosistemas, de las biodiversidades, integradas, que hacen a las dinámicas y sincronización planetaria. Dicho de otra manera, se trata de comprender y entender las dinámicas complejas del desarrollo tecnológico.
En esta perspectiva, definiremos dos ámbitos problemáticos; uno, más circunscrito a las inhibiciones impuestas a las ciencias y tecnologías por parte de las lógicas inherentes al sistema-mundo capitalista; otro, mas bien, abierto a la complejidad de donde emergen las sociedades humanas, la complejidad ecológica planetaria. Por el momento tocaremos el primer ámbito.
Vamos a tocar el tema a partir de contexto definido como el ámbito uno; circunscrito a las inhibiciones impuestas a las ciencias y tecnologías por parte de las lógicas inherentes al sistema-mundo capitalista. Lo vamos a hacer considerando problemáticas evidenciadas en la contemporaneidad de la civilización moderna y en la actualidad del sistema-mundo capitalista. La problemática que nos interesa abordar es la relacionada a la extracción y explotación, su subsecuente industrialización, comercialización y especulación, de la energía fósil; es decir, los hidrocarburos, el petróleo y el gas. Nos interesa, pues aquí radica el desafío, salir de la civilización de la energía fósil, la más depredadora y contaminante del planeta y de la historia del capitalismo. Aquí también se ha conformado una hiper-burguesía, que controla los yacimientos, las reservas, los mercados, la tecnología, los circuitos financieros y las cadenas productivas, vinculadas al petróleo y al gas. Esta hiper-burguesía es, por cierto, mundial; además controla y dispone de grandes corporaciones petroleras; las empresas trasnacionales del petróleo, que deciden qué energía debe usar el mundo, dejando de lado energías limpias, incluso menos contaminantes, si no son limpias. Se trata de una hiper-burguesía emergida o, en su caso, asociada, como conglomerado accionista, a la extracción y explotación de la energía fósil. Es la burguesía del llamado “oro negro”.
El dominio y control de esta hiper-burguesía se asienta sobre el manejo, conducción, asociación y alianzas de una gama de aparatos, que operan en la extracción, explotación, industrialización, comercialización, financiamiento y especulación del petróleo y el gas. No se trata solo de saber lo que son las propias empresas trasnacionales, que operan en el mundo, sino también saber sobre las vinculaciones con los aparatos de Estado, con el sistema financiero internacional, con los emporios de los grandes medios de comunicación, que controlan la información y las campañas de imágenes. No se trata pues del clásico concepto de burguesía, sobre todo, estructurado por el marxismo, sino de una clase social mundial, que no solamente es propietaria de los medios de producción, sino controla geologías, yacimientos, en su condición de reservas, precisamente a través de los dispositivos estatales, conectados a las actividades mundiales de esta hiper-burguesía. Controla los mercados del petróleo, incide en la determinación de los precios de las materias primas; controla los circuitos financieros, por lo tanto, la inversión de capitales; además de controlar la tecnología empleada en la extracción, explotación e industrialización de la energía fósil.
Como se puede ver, el concepto de burguesía queda chico para poder figurar y configurar, así como conceptualizar, a este sujeto social, actor, protagonista y gestor de las dominaciones congruentes con la explotación capitalista de la energía fósil. Un sujeto social, dominante mundialmente, que controla desde las reservas de recursos naturales hasta la especulación financiera de la energía fósil, recurriendo al conglomerado de organizaciones, aparatos, engranajes, dispositivos, medios, además de acciones financieras, escapa a la definición de burguesía como propietaria de los medios de producción; convirtiéndose en una clase que controla geologías, mercados, cadenas productivas, circuitos financieros y hasta gobiernos. Este sujeto social no es exactamente una burguesía, por lo menos, en el sentido clásico de la palabra. Para decirlo de una manera exagerada, pero ilustrativa, esta hiper-burguesía de la energía fósil es propietaria del mundo institucionalizado.
Esta es una de las razones por la que podemos comenzar a explicarnos el fenómeno inaudito de la prolongación caprichosa de la utilización de la energía fósil; utilización destructiva del planeta. Esgrimiendo conceptos conocidos o tibiamente modificados, sin todavía proponer conceptos complejos, adecuados para configurar y entender a esta clase mundial dominante; diremos que esta hiper-burguesía prefiere preservar una maquinaria destructiva, depredadora y contaminante, la que garantiza super-ganancias, permitidas no solo por la apropiación de plusvalía, sino por el manejo y manipulación de los controles y dominaciones ejercidas en el mundo. En la mentalidad de esta hiper-burguesía no entra, para nada, la consideración de la crisis ecológica y de la amenaza a la sobrevivencia humana y de las especies vulnerables de la biodiversidad. La única realidad que considera como tal es la que proyectan sus ganancias, si se quiere, su acumulación ampliada dineraria; convirtiendo al mundo, con esta iluminación banal, en objeto de extracciones y manipulaciones financieras. Se podría decir que se trata de una hiper-burguesía sin consciencia histórica, tampoco con perspectiva y proyección en el porvenir. El futuro se agota en el ahora compulsivo, consumista, hedonista y suicida. La elocuencia estridente y anacrónica de sus discursos, machistas, patriarcales, autoritarios, despóticos, muestra patentemente los perfiles miserables de esta clase dominante del mundo.
Ciertamente no es la única burguesía conformada; hay otras. Por ejemplo, la que caracterizó la “época dorada”, para decirlo metafóricamente, de la burguesía; hablamos de la burguesía industrial. Ésta está subordinada al dominancia del capitalismo financiero y especulativo. En términos populares, se encuentra ninguneada por la prepotencia de la burguesía vinculada a la explotación de la energía fósil, de la burguesía financiera y especulativa, además, de la burguesía vinculada al lado oscuro de la economía y del poder. Todas estas últimas están coaligadas y comprometidas, casi son aliadas; aunque sí, de seguro, son cómplices de la apropiación del excedente mundial y de la destrucción del planeta.
Hay también como una nueva composición social, hablamos de lo que podemos nombrar, provisionalmente, neo-burguesía reciente, para decirlo de ese modo, que emerge de las redes cibernéticas e informáticas; incluso de incursiones en las energías que podemos llamar limpias. Es como un núcleo de la susodicha neo-burguesía, todavía minoritaria, que se constituye en los nuevos ámbitos relacionales, abiertos por la tecnología de punta. No solo cibernética sino también del manejo de otras formas de energía, como la eólica y la solar. Sorprendentemente se trata de una burguesía que ha emergido y se ha consolidado vertiginosamente, aprovechando los efectos masivos y de irradiación casi inmediata de las redes cibernéticas e informáticas; además de aprovechar de los beneficios que arrojan las energías limpias. En términos comparativos, es una burguesía más ágil, más versátil, más dinámica, incluso es inventiva, además de más inteligente, que la hiper-burguesía de la energía fósil; la que patentiza sus anacronismos conservadores y densos, que se han convertido en obstáculos del mismo desarrollo capitalista, en lo que respecta a resolver sus problemas orgánicos y salir de la crisis estructural que lo embarga.
Considerando este boceto de la configuración y conceptualización de las clases sociales de la dominación mundial, podemos entrever, para decirlo en lenguaje marxista, no del todo adecuado, pero ilustrativo, las contradicciones inter-burguesas, a nivel mundial. Al respecto, si bien la burguesía liberal, inicial y pionera, podía calificársela de progresista; en cambio, la hiper-burguesía petrolera no goza de esta características. Es, más bien, una burguesía hipertrofiada, conservadora, incluso patentemente decadente; repitiendo perfiles sociales ateridos, relativos a los sujetos de dominaciones despóticas. En este caso, se trata de una hiper-burguesía que abusa de su circunstancial dominancia, correspondiente al control logrado mundialmente, sin proyectar ningún porvenir, salvo el del apocalipsis.
La neo-burguesía, mucho más joven, propone un porvenir, aunque no sea utópico, como las propuestas subversivas y alterativas; el porvenir propuesto por la neo-burguesía es el de continuar el capitalismo por las vías del cambio de paradigma energético; un capitalismo menos agresivo, ralentizado en su marcha destructiva, que pueda adecuarse a las exigencias ineludibles de la crisis ecológica. Se puede llegar a considerar a esta neo-burguesía como “ambientalista”, no ecologista; lo que implica una salida radical del círculo vicioso del poder y requiere una reinserción de las sociedades humanas a los ciclos ecológicos planetarios.
En el contexto de estas contradicciones inter-burguesas, la burguesía industrial ha quedado rezagada, sin capacidad propositiva ante la crisis de sobreproducción, que es el substrato de los efectos, las crisis financieras, que tratan de diferir la crisis de sobreproducción. Tampoco propone un proyecto de porvenir. Simplemente ha quedado subordinada a la dominancia del capitalismo financiero y especulativo, que también es un capitalismo extractivista.
Teniendo en cuenta este panorama, que es un boceto interpretativo, se puede empezar a comprender lo incomprensible, comenzar a entender lo inentendible. Cómo supuestos personajes opuestos desde sus ideologías singulares, desde las historias de los Estado-nación, terminan coaligándose, convirtiéndose en casi aliados; pues tienen demasiadas concomitancias. Para bajar a terreno, un presidente ruso, de pasado militante en el partido comunista, y un presidente de Estados Unidos de Norte América, de estrecha ideología conservadora, patriarcal y machista, elocuentemente nacionalista, terminan coaligados por intereses compartidos: preservar la extracción, explotación e industrialización de la energía fósil.
También se puede comenzar a comprender y empezar a entender la coalición de las burguesías nacionales del petróleo norteamericano y ruso con la monarquía absoluta de Arabia Saudita, en un caso, o con clases políticas de Estado-nación subalternos árabes, en otro caso. Todas estas composiciones de clases nacionales dominantes forman parte del capitalismo petrolero, ya sea por medio del conglomerado de acciones, ya sea por medio del control de corporaciones petroleras, ya sea por medio de dispositivos gubernamentales y estatales, bajo administración sometida. Entonces, estamos ante una conformación barroca de la hiper-burguesía de la energía fósil. Aunque los estratos de esta hiper-burguesía puedan situarse en países concretos, muy distintos, aunque estén vinculados a ideologías singulares diferentes y hasta encontradas, aunque estén vinculadas a formas de Estado-nación dicotómicas; sin embargo, conforman la coalición abigarrada y barroca de la hiper-burguesía del petróleo. En consecuencia, en el periodo tardío de la modernidad y en la fase de dominancia financiera del ciclo del capitalismo vigente, no importan las ideologías, los discursos emitidos, lo que dicen representar y defender; no importa que unos estén vinculados a las expresiones políticas liberales, otros a las expresiones políticas nacionalistas, con resabios de nostalgias del social imperialismo, como definía Mao Zedong a la Unión Soviética de Joseph Stalin; que los terceros sean la expresión anacrónica y perdurable de las tradicionales formas despóticas, la monarquía absoluta en suelos del desierto arábico. Lo que importa es su vínculo, concomitancia y complicidad con la extracción, explotación, industrialización, comercialización y especulación de la energía fósil.
Por otra parte, esta hiper-burguesía mundial barroca no se detiene ante medios y procedimientos violentos, para lograr los fines perseguidos. Puede recurrir, a través de los servicios de inteligencia, en constante conspiración, especialistas de la conspiración, a organizaciones fundamentalistas para desencadenar supuestas “guerras santas”, que desgarran en guerras intestinas a los estados árabes. Pueden llegar a decir que son partidarios de la “guerra contra el terrorismo”; empero, en el fondo, están involucrados en la gestión y promoción de las organizaciones fundamentalistas, que califican de “terroristas”. Unos pueden encubrir el despliegue logístico de los servicios de inteligencia involucrados en la promoción y abastecimiento de estas organizaciones fundamentalistas, otros pueden estar, mas bien, involucrados en la “defensa” de gobiernos considerados aliados, en la lucha contra estas organizaciones fundamentalistas. Sin embargo, en ambos casos, aprovechan la ocasión para intervenir en las guerras de Medio Oriente; defendiendo y disputando el control efectivo, aunque no sea directo, de las reservas de los yacimientos hidrocarburíferos.
Retomando el concepto marxista de las contradicciones, que para nosotros, es más bien, una metáfora ilustrativa, dejando, por el momento de lado, el análisis paradójico del pensamiento complejo, podemos decir que la contradicción principal - dicho desde la dialéctica de las contradicciones, expuesta por Mao Zedong - no se encuentra en la denominada “guerra contra el terrorismo” - que es más bien una distracción o, si se quiere, una contradicción derivada -, sino en la contradicción entre vida, potencia de la vida, armonía planetaria, y sistema-mundo capitalista. La contradicción secundaria, siguiendo con la metáfora histórico-política, es entre paradigmas energéticos; un paradigma destructivo, contaminante y depredador, como el de la energía fósil, se defiende ante alternativas energéticas, oponiéndose por la fuerza y la violencia, usando todos los aparatos y dispositivos bajo su control, a las opciones viables de otros paradigmas energéticos.
Hablamos de contradicción secundaria, siguiendo la exposición y la lógica dialéctica del texto de Mao Zedong; pues por la alternativa energética al paradigma de la energía fósil, no solamente se encuentra esta neo-burguesía, sino, sobre todo, y antes que ella, el conjunto de colectivos activistas ambientalistas y ecologistas, las naciones y pueblos indígenas, los pueblos afectados por la extracción y explotación minera y de hidrocarburos, estratos de las sociedades modernas, que han tomado consciencia de la amenaza a la sobrevivencia por las consecuencias de la crisis ecológica. Al respecto, no hay ninguna coalición, ningún pacto, mucho menos, ninguna alianza; empero, los distintos sujetos sociales mencionados coinciden, aunque de diferente manera, con el urgente cambio de paradigma energético.
No estamos proponiendo una alianza entre los sujetos sociales mencionados, como algún dogmático desarrollista, de “izquierda” o de “derecha”, pueda interpretar a su antojo. Sino tan solo señalando, desde la estructura teórica de la dialéctica de las contradicciones, ciertas coincidencias, que hay que tomar en cuenta en el análisis. A nosotros nos interesa liberar la potencia social de los pueblos, que se aprenda colectivamente, por la pedagogía política, a autogobernarse y auto-gestionar, salir del círculo vicioso del poder y lograr transiciones hacia la reinserción de las sociedades humanas en los ciclos vitales planetarios. Empero, sabemos, que lo que ocurra no depende de tener la razón, de estar de parte de la justicia, ni de la verdad, sino de la correlación de fuerzas. Por lo tanto, como el mismo Mao Zedong enseñó, en su momento, en otro contexto, es que en la acción política es indispensable tener en cuenta el juego de las contradicciones, la composición contradictoria que se forma entre la contradicción principal y las contradicciones secundarias. Que, además, hay que distinguir la contradicción, que la nombraremos, como fundamental, que es la que mencionamos, y contradicciones secundarias, que se pueden convertir en contradicción principal, dependiendo de la coyuntura.
Lo que acabamos de exponer tiene una motivación ilustrativa, al exponer la interpretación de la coyuntura en sus espesores complejos, buscando transmitir lo que se enuncia. No se trata de volver a Mao Zedong y su guerra prolongada, además de su lucida comprensión de la lucha antiimperialista, sino de usar críticamente estas experiencias como situaciones ilustrativas, que aunque no se parezcan a las problemáticas del presente, tienen ciertas analogías en lo que respecta a los desafíos de situaciones complejas.
Descripciones del control y la dominación de la hiper-burguesía de la energía fósil
En un reportaje de la BBC-MUNDO se hace una ilustrativa descripción de la jerarquía organizativa y empresarial de lo que hemos denominado la hiper-burguesía de la energía fósil. En el reportaje se dice que, en un mundo económicamente multipolar, las grandes multinacionales estadounidenses del petróleo comparten el control y el dominio con otros consorcios del mundo. La empresa petrolera estatal de Arabia Saudita, Saudí Aramco, es la corporación de mayor capacidad de producción de hidrocarburos. De acuerdo a la información brindada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el monopolio árabe produce cerca de 10 millones de barriles diarios. El segundo lugar en producción petrolera corresponde a la empresa petrolera rusa Gazprom, con 8,38 millones de barriles diarios, sumados en 2016, según la revista Forbes. El tercer lugar corresponde a la corporación petrolera estatal iraní.
De acuerdo al cuadro jerárquico, las mayores empresas petroleras del mundo son - evaluadas teniendo en cuenta la producción de hidrocarburos en 2015 - Saudi Aramco, Gazprom, National Iranian Oil, Exxon-Mobil y Rosneft[2]. Exxon-Mobil, la mayor empresa petrolera estadounidense, ocupa el cuarto lugar en el cuadro jerárquico. La mexicana Pemex, la única latinoamericana entre las primeras diez, se encuentra en el octavo puesto, con 3,6 millones de barriles diarios. Sin embargo, hay que tener en cuenta, que la corporación petrolera saudita Aramco no cotiza en ninguna bolsa de valores. La forma de propiedad es estatal; no aparece en listados, que clasifican a las grandes empresas petroleras, tomando en cuenta su valororación en el mercado bursátil. Es en este mercado donde Exxon-Mobil es mediáticamente presentada como la empresa petrolera más cotizada del mundo. Sin embargo, Arabia Saudita planea vender, en 2018, una proporción del orden del 5% de las acciones de Aramco en las bolsas. De acuerdo a las estimaciones de Simon Jack, editor de negocios de la BBC, se calcula el valor de la empresa en US$2 billones. La corroboración de esta estimación puede darse con la privatización parcial de Aramco; lo que convertiría la empresa petrolera saudita en la corporación empresarial más cotizada del mundo; contando con una valorización cuatro veces mayor que el de la valorización más cercana, correspondiente a Apple.
Las empresas petroleras chinas y rusas son competencias corporativas emergentes; esto se corrobora al considerar la magnitud de producción de petróleo, las ventas totales y la valoración en el mercado e esas empresas. Las rusas Gazprom y Rosneft se encuentran detrás de Saudi Aramco; ya han superado a las empresas estadounidenses y de Europa Occidental. En comparación, más vertiginosa ha sido la promoción impulsiva de las empresas petroleras chinas. De acuerdo a la revista estadounidense Fortune, la firma China National Petroleum es la mayor empresa petrolera en el mundo; esto considerando la magnitud de sus ingresos, que suman a casi US$300.000 millones. China National Petroleum emplea a un millón y medio de personas; sus utilidades llegan a US$7.000 millones.
La pérdida en de la jerarquía de las corporaciones petroleras “occidentales”, no significa que han dejado de ser importantes e incidentes. Empero, es notoria la desesperación por recuperar el puesto de jerarquía. Por ejemplo, esta desesperación se hace evidente en el comportamiento exaltado de Donald Trump, presidente actual de la hiper-potencia miliar-tecnológica-cibernética-comunicacional-económica de los Estados Unidos de Norte América. Sin embargo, más que a las conductas políticas teatrales, hay que atender a la composición de su gobierno. La designación como secretario de Estado del gerente de Exxon-Mobil, Rex Tillerson, devela el juego de poder de la hiper-burguesía del petróleo. Exxon-Mobil no deja de ser un consorcio empresarial monopólico, de gran envergadura. Así mismo, otras empresas petroleras como la británica BP y la angloholandesa Shell, también la estadounidense Chevron, se sostienen como de las empresas más influyentes del mundo.
En la historia reciente, los Estado-nación de la geografía periférica del sistema-mundo capitalista han incursionado en nacionalizaciones y avanzando, por medio de la recuperación de la soberanía, en el control de los recursos naturales; sobre todo, en lo que respecta a los hidrocarburos. Estos desplazamientos de las configuraciones del poder, en su formas singulares de dominación, distribuidas en la geopolítica del sistema-mundo capitalista, modifican los mapas de las correlaciones de fuerza en regiones concretas; empero, no cambian la estructura de poder mundial, el control y la dominación mundial de la hiper-burguesía de la energía fósil[3].
Conclusiones
1. La interpretación adecuada de la coyuntura mundial no puede hacerse desde paradigmas fosilizados, que corresponden a experiencias sociales de momentos experimentados, retomados por la memoria social; sino que requiere de la actualización de la memoria social y de la memorización actual de los espesores del presente.
2. Para tal efecto, es indispensable reconocer las transformaciones y mutaciones dadas en las estructuras, composiciones y mallas institucionales; sobre todo, de sus dinámicas complejas. Esto significa abordar el presente desde la perspectiva de la simultaneidad dinámica, de las composiciones y combinaciones de los espesores del presente, que hacen única y singular a la coyuntura.
3. Esto implica la constante invención teórica, que conceptualiza la memoria social actualizada, que percibe la experiencia social acumulada.
4. Sobre todo, implica la comprensión de las singularidades del acontecimiento desenvuelto, interpretando el sentido inmanente de las composiciones y combinaciones complejas de su acontecer, plural y múltiple; además, integrando las innumerables singularidades que lo conforman.
5. En lo que respecta a la interpretación de las estructuras de dominación mundial, es necesario comprender la concurrencia de las fuerzas correspondientes a diagramas de poder y cartografías políticas, además de cuadros económicos, que definen el carácter de la dominación mundial.
6. La hipótesis interpretativa es la que concibe, en plena decadencia de la civilización moderna, en plena crisis estructural y orgánica del sistema-mundo capitalista, una forma de dominación violenta; por eso mismo, desesperada, pobre en argumentos. Que recurre a los dispositivos y aparatos bajo su control, para prolongar artificialmente formas de dominación, modo de producción, sobre todo, maneras, estrategias y tácticas desplegadas, especulativas, de apropiación del excedente producido mundialmente.
7. Lo llamativo es que esta estructura de dominación caduca es la que domina y se impone, desplazando no solo las alternativas civilizatorias, sino incluso, las otras posibilidades de la propia civilización moderna y del sistema mundo capitalista inhibidas.
8. La hiper-burguesía del petróleo es como la condensación misma de la decadencia acumulada, la patética corroboración de la misma, haciendo elocuente el desmoronamiento del sistema-mundo y la diseminación de las mallas institucionales que lo componen.
[1] Este ensayo es inspirado en una conversación con Fidel Ortuño y Luz María Sánchez. Fidel hace una lúcida interpretación de la coyuntura mundial y sus formas de dominación en debacle.
[2] Fuente: Forbes.
[3] Leer ¿Cuáles son las empresas petroleras más grandes del mundo y cuánto poder tienen? BBC-MUNDO. https://www.bbc.com/mundo/noticias-39633225.
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Umbrales y limites de la episteme moderna, apertura al horizonte nómada de la episteme compleja.
Cursos virtuales, participación virtual en el debate, acceso a la biblioteca virtual, conexión virtual colectiva. Control de lecturas a través de ensayos temáticos. Apoyo sistemático a la investigación monográfica. Presentación de un borrador a la finalización del curso. Corrección del borrador y presentación final; esta vez, mediante una exposición presencial.
Contenidos:
Modulo I
Perfiles de la episteme moderna
1.- Esquematismos dualistas
2.- Nacimientos de del esquematismo-dualista
3.- Del paradigma regigioso al paradigma cientifico
4.- Esquematismo ideológico
Modulo II
Perfiles de la episteme compleja
1.- Teórias de sistemas
2.- Sistemas autopoieticos
3.- Teorías nómadas
4.- Versiones de la teoria de la complejidad
Modulo III
Perspectivas e interpretaciones desde la complejidad
1.- Contra-poderes y contragenealogias
2.- Composiciones complejas singulares
3.- Simultaneidad dinámica integral
4.- Acontecimiento complejo
Modulo IV
Singularidades eco-sociales
1.- Devenir de mallas institucionales concretas
2.- Flujos sociales y espesores institucionales
3.- Voluntad de nada y decadencia
4.- Subversión de la potencia social
Temporalidad: Cuatro meses.
Desde el Inicio del programa hasta la Finalización del programa.
Finalizaciones reiterativas: cada cuatro meses, a partir del nuevo inicio.
Defensa de la Monografía. Defensas intermitentes de Monografías: Una semana después de cada finalización.
Leer más: https://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/estudios-del-presente/
Inscripciones: A través de la dirección:
Pluriversidad Oikologías
Avenida Andrés Bello. Cota-Cota. La Paz.
Teléfono: 591-69745300
Costo: 400 U$ (dólares).
Depósito:
BANCO BISA
CUENTA: 681465529
Leer más: www.pluriversidad-oikologias.es/