Raúl Prada Alcoreza
La ecología, en la versión del pensamiento complejo[1], es la ciencia de las interacciones combinatorias/organizadoras entre cada uno y todos los componentes físicos y vivientes del ecosistema[2]. De acuerdo a la definición que da Edgar Morin en El método II; La vida de la vida. Para Morin el ecosistema es una máquina viviente; vale decir, constituye una organización. El investigador y teórico del pensamiento complejo define el ecosistema como el conjunto de las interacciones, en el seno de una unidad geofísica determinable, continente de diversas poblaciones vivientes, que constituye una Unidad compleja de carácter organizador o sistema[3]. En el ecosistema se da lugar a una gran complementariedad; el autor citado dice que las interacciones, dadas en la biocenosis, son de carácter complementario, también concurrencial, así mismo antagónico[4]. En el ecosistema también se da el gran pluribucle; vale decir, la complejidad de múltiples remolinos creativos integrados, que hacen a la vida como totalidad sincronizada. Como ilustración de las connotaciones del gran pluribucle, da el ejemplo de la integración de la organización biológica en el orden cósmico; la radiación del sol le aporta energía a la vida. La gravitación que ejerce sobre el planeta Tierra, y en consecuencia el circuito de la tierra alrededor del astro y su rotación sobre sí misma, crean un orden cíclico que el mundo viviente incorpora como orden organizacional[5]. Un ejemplo de la sincronización compleja es cuando el orden del sistema solar no sólo manda los grandes ciclos de la biosfera. Los ciclos cosmofísicos se encuentran de manera inherente en cada individuo vivo[6].
Todo ocurre, pues, como si el gran reloj cósmico desencadenara y controlara, sea directamente (luz), sea indirectamente (temperatura), todas las operaciones vitales de cada vegetal, pero sincronizándose con los relojes biológicos internos que funcionan en tal vegetal[7]. Lo mismo pasa con el universo animal; que se halla bajo el gobierno conjugado del gran reloj geocósmico. Las sociedades humanas no escapan a este condicionamiento; constituyen su orden temporal sobre el orden cósmico y los grandes ciclos ecológicos[8].
Morin también concibe al ecosistema como eco-desorganización/reorganización permanente. Dice que una reorganización perenne garantiza no solo a la desorganización perseverante, sino que los procesos de reorganización se encuentran en los procesos de desorganización mismos[9]. Recalca que a despecho y a través de estos procesos de desorganización, la reorganización produce un ecosistema que se regula por sí mismo en un estado estacionario llamado clímax[10]. Anota que por su amplía apertura y su acentuada sensibilidad, los ecosistemas son considerablemente vulnerables a los agentes desorganizadores. En compensación, la fragilidad conforma el vigor. Los ecosistemas están expeditos los unos a los otros, de tal manera que, en el caso de catástrofes, se entre-organizan y se entre-alimentan. Su abultada sensibilidad es intrínseca de su ponderada flexibilidad, lo que les permite reorganizarse de nuevo, transformarse y evolucionar[11].
La cualidad eco-organizadora más destacable no es mantenerse sin cambiar, en las mismas condiciones, el estadio estacionario del clímax; es, mas bien, ser capaz también de ocasionar nuevas reorganizaciones a partir de transformaciones irreversibles, que sobreviven el en biotopo o la biocenosis[12]. Morin considera una evolución compleja, una co-evolución, que hace conjunción con la evolución de las especies, en toda su diversidad, y las transformaciones de los ciclos vitales, climáticos y territoriales. Todo esto considerado en la evolución de los ecosistemas; se trata de una eco-evolución. Por lo tanto, no son solamente los individuos y las especies los que son seleccionados, sino también las retroacciones, los bucles que, auto-estabilizándose a expensas de otras posibilidades, se convierten en seleccionantes respecto de los individuos y las especies[13].
El ecosistema también supone una eco-comunicación. Dice que las interacciones miopes, que se engranan y se embuclan en retroacciones y regulaciones organizadoras, son al mismo tiempo comunicaciones miopes, medio sordas, inciertas, que se encadenan en una polirred comunicacional donde hacen extraños ruidos, enredos y fading. Y la maravilla es que todo función inteligentemente, sin aparto central, precisamente como un todo organizador viviente cuya carne fuera al mismo tiempo el cerebro[14].
Por último, el ecosistema supone la eco-espontaneidad. En otras palabras, el ecosistema se auto-produce, se auto-regenera, se auto-regula de manera asombrosamente compleja, sin contar necesariamente con una memoria propia, un “programa” ecológico, un dispositivo genético, un centro organizador. La eco-organización nos demuestra concretamente lo que por otra parte nos demuestra abstractamente el razonamiento matemático[15]: un sistema acentrado puede ser más potente lógica, computacional, heurísticamente (problema solving) que un sistema que disponga de un centro control/mandato[16].
Sincronización ecológica
La ecología compleja, en versión del pensamiento complejo, expuesto por Edgar Morin, hace visible la integración dinámica de la complejidad diversa del ecosistema. La pluralidad abigarrada genera una eco-organización. Ocurre como cuando el azar se afirma en la necesidad[17]. ¿Cómo ocurre esto? Hay que comprender que estamos ante la sincronización dinámica planetaria en la sincronización dinámica cósmica o del multiverso. Estas sincronizaciones inciden en las múltiples escalas del planeta y del cosmos. Es como decir que la sincronización integral del multiverso afecta o se encuentra en todo acontecimiento singular, en las distintas escalas; a su vez, cada acontecimiento singular incide en la sincronización integral en forma de re-sincronizaciones[18].
Pregunta: ¿Qué es lo que se sincroniza? Retomando las interpretaciones de Más acá y más allá de la mirada humana, podemos decir, hipotéticamente, que lo que primordialmente se sincronizan son las fuerzas fundamentales del universo, mejor dicho, los campos de fuerzas fundamentales del universo. Ahora bien, ¿Qué estos campos de fuerzas fundamentales se encuentren o reencuentren no solo en la dimensión, por así decirlo, infinitesimal, sino en la dimensión atómica, así como en la dimensión molecular, también en la dimensión molar, depende de las composiciones y combinaciones de composiciones de los campos de fuerzas fundamentales, o depende de la irradiación del big-bang y la expansión del universo? De todas maneras, la expansión del universo no puede desentenderse de las combinaciones de composiciones de los campos de fuerzas fundamentales.
Colocándonos en la complejidad de El método 1, La naturaleza de la naturaleza, de Edgar Morin[19], donde concibe los bucles y torbellinos como generadores de la circulación de energía, por lo tanto, ya retención de la energía, escapando de la entropía; podemos conjeturar combinaciones de campos de fuerzas fundamentales, en distintos niveles de sincronización; el infinitesimal, el atómico, el molecular y el molar. Estas combinaciones adquieren distintas formas de realización en los diferentes niveles. Las sincronizaciones en los distintos niveles adquieren, si se quiere, el carácter de acondicionamientos diferentes. Es como decir que la mecánica cuántica es diferente a la mecánica atómica – aunque aquí cometamos una torpeza -; ambas mecánicas son diferentes a la mecánica molecular; estas tres mecánicas son diferentes a la mecánica molar.
Colocándonos en la complejidad de El método 2, La vida de la vida, Edgar Morin concibe no solamente el gran pluribucle organizacional, sino que se trataría como de bucles en segunda potencia; algo así como bucles de bucles. Retomando otra vez Más acá y más allá de la mirada humana, que concibe la vida en sentido amplio y la vida en sentido restringido; en sentido amplio corresponde a la existencia misma, siendo la materia vida, en este sentido; en sentido restringido, corresponde a la vida en sentido biológico. Serían las macromoléculas las generadoras de la vida, en sentido biológico, al crear la neguentropía en los términos de la memoria sensible. A lo que vamos es a la siguiente hipótesis especulativa: las combinaciones de los campos de fuerzas fundamentales adquieren, en lo que respecta a la vida, en sentido biológico, otro tipo de acondicionamientos o de sincronizaciones, dando lugar a la sincronización integral del Oikos, del planeta. La vida, como dice Morin, no corresponde solamente al individuo de la especie, tampoco a la especie, sino al ecosistema; más aún, a la integración dinámica ecológica del planeta.
En consecuencia, parece que lo que hay que estudiar son las formas de las combinaciones de los campos de fuerza fundamentales en la ecología integral del planeta. ¿Cuál es la singularidad de esta combinación en las formas de vida, en los ciclos vitales, en los ecosistemas de la biodiversidad planetaria?
La respuesta a la pregunta, implícita, que se hace Morin, sobre cómo ocurre la maravillosa eco-organización, que supone el juego de organización-desorganización-reorganización, a pesar de la pluralidad interviniente, dándose la eco-espontaneidad, no parece encontrarse en el azar, sino en la paradoja de azar y necesidad; que dicho a la manera físico cuántica y relativista, tiene que ver con las sincronizaciones de los campos de fuerzas fundamentales en la complejidad de la biodiversidad.
Ahora bien, estas sincronizaciones, en distintos niveles, incluyendo a la complejidad de la vida, se dan como dentro, por así decirlo, de la sincronización integral y dinámica del cosmos, del universo o del multiverso, como quiera llamárselo. En este sentido, es sugerente la metáfora de la sincronización relojera, en distintos niveles, que da Morin; sin embargo, esta metáfora supone el tiempo; es decir, la sucesión lineal. Lo que desde nuestro punto de vista está descartado, pues no hay tiempo absoluto ni espacio absoluto, sino tejido del espacio-tiempo; en consecuencia, simultaneidad dinámica.
Colusiones
El Oikos es vida
1. La vida, en sentido biológico, es planetaria; es el planeta mismo, comprendiendo toda su biodiversidad.
2. Ninguna vida singular puede ser tal sin la pertenencia y participación en la vida planetaria.
3. Toda forma de vida participa de la sincronización planetaria, en las armonizaciones y equilibraciones ecológicas.
4. Las sociedades humanas forman parte de los ecosistemas donde están insertas y se encuentran cobijadas. Comparte con otras sociedades orgíacas los ecosistemas; se encuentra entrelazadas con estas otras poblaciones y sus ciclos vitales, además, de que todas comparten con los ciclos vitales del agua, del aire, de los subsuelos, de los bosques.
5. Las sociedades humanas, así como todas las sociedades orgánicas, conforman nichos ecológicos, forman parte de estos nichos, enmarañados, entrelazados e integrados.
6. Se puede decir que las sociedades humanas, así como todas las sociedades orgánicas, tienen comprometidos sus ciclos vitales entre sí; tienen codependencias complementarias.
7. Atentar contra estas codependencias, como lo hacen las sociedades modernas, es atentar contra los propios ciclos vitales de las sociedades humanas. Vale decir, un suicidio colectivo, aunque se dé éste de manera diferida.
[1] Ver de Edgar Morin El método 2. https://ciroespinoza.files.wordpress.com/2011/11/el-metodo-2-la-vida-de-la-vida.pdf.
[2] Ibídem. Pág. 34.
[3] Ibídem. Pág. 36.
[4] Ibídem. Pág. 38.
[5] Ibídem. Pág. 42.
[6] Ibídem. Pág. 43.
[7] Ibídem. Pág. 44.
[8] Ibídem. Pág. 44.
[9] Ibídem. Pág. 47.
[10] Ibídem. Pág. 49.
[11] Ibídem. Pág. 49.
[12] Ibídem. Pág. 52.
[13] Ibídem. Pág. 53.
[14] Ibídem. Pág. 57.
[15] Rosensthiehl, Petiot, 1974.
[16] Ibídem. Pág. 63.
[17] Ver Más acá y más allá de la mirada humana. https://voluntaddepotencia.wordpress.com/mas-aca-y-mas-alla-de-la-mirada-humana/.
[18] Ver Re-sincronización planetaria. https://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/re-sincronizacion-planetaria1/.
[19] Ver de Edgar Morin El método 1; La naturaleza de la naturaleza. https://ciroespinoza.files.wordpress.com/2011/11/el-metodo-1-la-naturaleza-de-la-naturaleza.pdf.
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Umbrales y limites de la episteme moderna, apertura al horizonte nómada de la episteme compleja.
Cursos virtuales, participación virtual en el debate, acceso a la biblioteca virtual, conexión virtual colectiva. Control de lecturas a través de ensayos temáticos. Apoyo sistemático a la investigación monográfica. Presentación de un borrador a la finalización del curso. Corrección del borrador y presentación final; esta vez, mediante una exposición presencial.
Contenidos:
Modulo I
Perfiles de la episteme moderna
1.- Esquematismos dualistas
2.- Nacimientos de del esquematismo-dualista
3.- Del paradigma regigioso al paradigma cientifico
4.- Esquematismo ideológico
Modulo II
Perfiles de la episteme compleja
1.- Teórias de sistemas
2.- Sistemas autopoieticos
3.- Teorías nómadas
4.- Versiones de la teoria de la complejidad
Modulo III
Perspectivas e interpretaciones desde la complejidad
1.- Contra-poderes y contragenealogias
2.- Composiciones complejas singulares
3.- Simultaneidad dinámica integral
4.- Acontecimiento complejo
Modulo IV
Singularidades eco-sociales
1.- Devenir de mallas institucionales concretas
2.- Flujos sociales y espesores institucionales
3.- Voluntad de nada y decadencia
4.- Subversión de la potencia social
Temporalidad: Cuatro meses.
Desde el Inicio del programa hasta la Finalización del programa.
Finalizaciones reiterativas: cada cuatro meses, a partir del nuevo inicio.
Defensa de la Monografía. Defensas intermitentes de Monografías: Una semana después de cada finalización.
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Inscripciones: A través de la dirección:
Pluriversidad Oikologías
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