Raúl Prada Alcoreza
Las cordilleras son cadenas de montañas y los ríos redes de flujos de aguas. Entre ambos movimientos se da lugar a composiciones de frecuencias lentas y de frecuencias veloces, la de las cadenas y la de los flujos. Estas composiciones coordinan ambos movimientos sólidos, el de las montañas rocosas y terrosas, el de los ríos fluidos y acuáticos. Los recorridos de las montañas y los recorridos de los ríos conforman tejidos ecológicos, tramas y urdimbres de ecosistemas; así como nudos de nichos ecológicos. Los elevamientos tectónicos de las cordilleras corresponden a acoplamientos dados de las placas; una vez consolidados en los largos ciclos geológicos, su conformación orográfica participa en las dinámicas de los ciclos climáticos y de los ciclos vitales. Las fuentes de agua nacen en las cumbres, en los nevados, también fluyen de las rocas horadadas; sus flujos se dejan llevar por el campo gravitatorio. Al principio, en sus nacimientos, los ríos aparecen febriles, caen rápidamente desde las alturas. Al llegar a las quebradas o cabeceras de valle, bañadas por sus aguas, apaciguan sus flujos; adquieren como una calma. También se ensanchan; esto es como indicador de acumulación en el propio movimiento de los flujos, que aminoran sus velocidades. Sin dejar de moverse. Conforman cuencas. Los valles son bañados por las corrientes de los ríos, que han adquirido mayor caudal. La floresta es más tupida y aparecen poblaciones de árboles. Este es uno de los lugares donde las sociedades humanas cultivan, desarrollan sus agriculturas. Cuando el valle es amplio, adquiere la forma de llanura; una gran depresión geográfica entre dos vertientes montañosas.
Cuando observamos lo que se viene en llamar un relieve joven, prevalecen los valles en forma de V, característico de los valles fluviales; se trata de vertientes, poco modeladas por la erosión, convergen en un fondo muy estrecho. En contraste, cuando observamos un relieve maduro, avanzado de la erosión, se da lugar a la conformación de valles aluviales, de fondo plano y amplio, constituidos por depósitos aluviales, entre los cuales puede merodear el curso de agua. Los valles en U, característicos de los valles glaciales, tienen sus paredes muy abruptas y el fondo cóncavo. En ciertos casos, al retroceder un antiguo glaciar, el lecho de uno de sus afluentes queda a mucha altura por encima del de aquél, desemboca en su vertiente, a menudo, formando saltos de agua. Cuando observamos un relieve más avanzado de valles, la forma que adquieren es de la configuración de cuna; estos valles son amplios, de suave pendiente y superficiales. Otras situaciones se dan cuando un río es capturado por otro, también cuando su lecho es cerrado por morrenas u otro tipo de depósitos; queda más abajo un valle muerto, denominado también río decapitado, que ya no tiene un curso de agua. En otras situaciones, cuando un valle no tiene salida natural, por cerrarlo un contrapendiente, las aguas que por él discurren penetran en el suelo y prosigue su curso por una red subterránea. Esos valles ciegos son propios de los terrenos cársicos. Por otra parte, en muchas regiones áridas, los ríos no pueden salir de su cuenca hidrográfica, discurriendo por valles endorreicos. El valle puede haber sido íntegramente excavado en un terreno sedimentario por su curso de agua; éste se abre paso por depresiones de origen tectónico. De acuerdo con variadas características, se tiene un valle de fractura, de fosa, de ángulo de falla. Un valle longitudinal está orientado paralelamente a los pliegues de una cordillera, en tanto que un valle transversal es perpendicular a ellos[1].
Las cadenas montañosas abandonan a los ríos cuando los flujos acuáticos llegan a los llanos; geografía sin desniveles y sin irregularidades geográficas notorias. Usando metáforas, podríamos decir que las montañas dejaran de cuidar a los ríos, a los que los acompañaron desde sus nacimientos, hasta cuando adquirieron acumulación requerida de flujos, disminuyendo sus velocidades, dando como señal que están en capacidad de independizarse. Los ríos continúan sus cursos sin las cordilleras, a las que dejan a espaldas del pie de monte.
En Bolivia, la región de los Llanos se extiende por más de la mitad de la geografía política y las geografías espaciadas en el territorio nacional. La región de los Llanos se encuentra comprendida por la región amazónica, platense y del Gran Chaco, con una altura de menos de 400msnm. Se ubica al norte y este de la cordillera Oriental o Real; se extiende desde el pie de los Andes hacia el río Paraguay, el lugar a menor altura del país. Se caracteriza por ser una tierra de llanuras y bajas mesetas, cubierta por extensas selvas, grandes lagos y ríos caudalosos, que bajan de la región andina como el río Mamoré, el río Beni y los lagos Rogaguado y Rogoaguado. Registra una temperatura media anual de 22 a 25 grados centígrados. En esta región se aposenta la mayor parte de la biodiversidad del país, así como las tierras cultivables más provechosas. En esta región convergen los ríos de las cuencas Amazónica y la del Río de la Plata. La región se extiende desde el Departamento de Pando pasando por el norte de La Paz, Beni, Tarija, Santa Cruz, parte de Cochabamba y Chuquisaca. La región cuenta con un relieve horizontal con ligeras irregularidades. Constituye un terreno aluvial al ser depósito de ríos; y otros son fondos de antiguos lagos o mares. Está cubierta totalmente por zonas boscosas y selváticas de tipo amazónico[2].
En los llanos, que se hacen inmensos en su intensidad extensiva, cuando los ríos son ampliamente copiosos y recorren lentamente en forma de meandros los territorios exuberantes, extensas poblaciones de bosques espesos, hasta enmarañados, convirtiéndose en selvas, configuran inmensos paisajes amazónicos. Volviendo a la metáfora, si antes las cadenas de montañas cuidaban a los cursos de los ríos, en ese ahora geográfico, por así decirlo, son los caudalosos ríos, que van creciendo, alimentados por redes de caudales de afluentes, los que cuidan al entrelazado tejido de bosques y selvas amazónicas.
El ciclo del agua vuelve a la atmósfera por evapotranspiración, fenómeno cíclico relativo a la cantidad de agua del suelo que vuelve a la atmósfera como consecuencia de la evaporación y de la transpiración de las plantas. La evapotranspiración se define como la pérdida de humedad de una superficie por evaporación directa, acompañada con la pérdida de agua por transpiración de la vegetación. Se expresa en milímetros por unidad de tiempo. Comprendiendo la compensación constante de agua entre los océanos, los continentes y la atmósfera, la evaporación es el mecanismo por el cual el agua es devuelta a la atmósfera en forma de vapor; en su sentido más amplio, involucra también la evaporación de carácter biológico, que es realizada por los vegetales, conocida como transpiración, que constituye, de acuerdo a investigaciones, la principal fracción de la evaporación total. Aunque los dos mecanismos son diferentes, se dan lugar de manera distinta, no es posible separarlos, pues concurren simultáneamente. Esta es la razón por que se enuncia el concepto más amplio de evapotranspiración, que los integra. La evapotranspiración constituye un importante componente del ciclo del agua. Se estima que un 70% del total de agua recibida por una zona, denominada precipitación, es devuelta a la atmósfera a través del proceso, mientras que el 30% restante constituye la escorrentía superficial y subterránea. Además de ser un componente del ciclo hidrológico, la evapotranspiración interviene en el balance calorífico y en la redistribución de energía mediante los traspasos, que de ella se producen con los cambios de estado del agua; proporcionando así un equilibrio entre la energía recibida y la perdida. Los saberes sobre las dinámicas de las aguas, comprendiendo sus procesos inherentes, permite tener un acercamiento a las disponibilidades del recurso; consiguientemente puede realizarse una mejor distribución y manejo del mismo[3].
Las cordilleras, que fueron como madres de los ríos, siguiendo con la metáfora, reciben, en el ahora ecológico, el baño de las lluvias de los flujos líquidos que cobijaron. Aunque esta licuefacción de la condición gaseosa del agua se da en todo el orbe del planeta, salvo algunas zonas donde casi nunca llueve. La evapotranspiración es parte de las dinámicas sincronizadas de los ciclos vitales planetarios. La geografía y geología de las cordilleras es parte de las dinámicas sincronizadas de los ciclos vitales del Oikos. Podríamos decir que cordilleras y ríos se complementan; sin embargo, se trata, mas bien, de la complejidad dinámica sincronizada del Oikos. Es el conjunto de ciclos vitales lo que se sincroniza conformando armonizaciones dinámicas.
Las sociedades humanas modernas tienen intervenciones recortadas en el conjunto integrado de los ciclos vitales del planeta, responden a las rejillas estructuradas de representaciones, conformadas en los paradigmas de la episteme moderna, muy lejos de comprender la sincronización integral del planeta. Han perdido la cosmovisión holista de las civilizaciones hidráulicas, que lograron administrar las corrientes y flujos acuáticos desde las fuentes hasta sus desembocaduras, desarrollando modos de producción agrícolas de altísima productividad. Esta administración hidráulica supone el entendimiento de las dinámicas inherentes a los flujos acuáticos y a los ciclos del agua. Comprensión, entendimiento y techné que perdió la civilización moderna. Esta pérdida o esta caída en la amnesia ha ocasionado proliferantes intervenciones recortadas del sistema-mundo capitalista en la sincronía y armonía integradas del planeta, ocasionando perturbaciones contaminantes, depredadoras y destructivas, que derivaron en la crisis ecológica, que el discurso ambientalista, llama eufemísticamente “cambio climático”.
Considerando un ejemplo, el de las represas e hidroeléctricas, si bien, logran generar energía para el consumo de las ciudades y de la industria, a escalas cuantitativas sobresalientes, participando en la revolución industrial permanente, convertida en revolución científica y tecnológica, responde a conocimientos y saberes, además de técnicas, circunscritas y restringidas, que solo administran y controlan algunos planos de intensidad, un grupo selectivo de variables y factores, de la compleja dinámica de los ciclos del agua. Este momentáneo y provisional logro, además de circunscrito, deriva en mayúsculo fracaso al causar la crisis ecológica de impacto planetario. La ciencia y tecnología modernas evidencian que no controlan ni administran la complejidad de las dinámicas energéticas integradas del Oikos. Fracasan y son desbordadas por las dinámicas de los ciclos vitales, que, al ser afectados por intervenciones fragmentadas modernas, son desarticuladas de las sociedades modernas, generan procesos de re-sincronización planetaria.
Cuerpos, tejidos y narrativas
Comencemos por las narrativas[4], por las expresiones elocuentes, evocativas y escritas; por la evidencia de la pronunciación, enunciación y la escritura. Pues en la narración está manifiesto el sentido elaborado por la formación discursiva, enunciativa y gramática. La pregunta que nos haremos es: ¿por qué narramos? Entonando la pregunta filosóficamente: ¿por qué somos seres narrativos? Las preguntas consecuentes serían: ¿por qué estamos obsesionados por el sentido?, ¿buscamos el sentido de manera obsesiva porque creemos que todo tiene sentido? Entonces: ¿qué es el sentido? Estas preguntas orientan la reflexión sobre las narrativas y su relación inherente con la metáfora de tejido, así como su relación práctica, en la experiencia y en la memoria, con la artesanía de los tejidos. Siguiendo la prospección de la reflexión, debemos inquirir sobre la relación de los tejidos con los cuerpos.
Comencemos con la pregunta ¿qué es el sentido? En primer lugar, debemos anotar que el sentido es como el espesor configurativo y significativo, compuestos por planos de intensidad, donde se mueve la narración, como viajando en sus aguas oceánicas y en sus territorios continentales. Entonces, el sentido es a la vez el supuesto de la narración y también el producto de la narración. ¿Cómo puede darse esta situación paradójica? Sin recurrir a las respuestas fáciles, como las que dicen que al nacer en el lenguaje y en la cultura, ya nos encontramos en atmósferas de sentido, en las que respiramos, convirtiendo los sentidos heredados en input de la creación de nuevos sentidos. Aunque esta respuesta es valiosa por sus connotaciones, al suponer el sentido, no resuelve del todo el problema planteado por la paradójica situación del mismo.
Si las culturas antiguas ya nadaban y se enlodaban con atmósferas y territorios de sentido es porque el sentido es constitutivo de las sociedades humanas, vale decir, del tejido social. Especulando con hipótesis prospectivas, diríamos que no hay tejido social humano sin sentido. En otras palabras, proyectando y hasta generalizando, toda relación social supone sentido o tiene sentido. No hay que confundir el sentido con el fin o las finalidades perseguidas, explicitas o implícitas, que tienen que ver, mas bien, con estrategias y tácticas. El fin o las finalidades tienen sentido o se les atribuye un sentido; sin embargo, ya suponen las fenomenologías del sentido, socialmente dadas[5]. El sentido es compartido socialmente, de una u otra manera, a pesar de la polisemia, de la variación de significados, de las diferencias en las interpretaciones.
Por así decirlo, el sentido es ya la decodificación misma antes de haber sido dado el código. ¿Cómo puede ocurrir esto, cómo puede decodificarse si no hay un código? Retomando las lecciones de la lingüística, así como las lecciones de la gramatología, el código es arbitrario, es un acuerdo técnico; la decodificación o, mejor dicho, la interpretación, comienza antes del acuerdo técnico y lingüístico. Se interpreta la experiencia y en la experiencia social. Se interpretan las huellas hendidas en los cuerpos, en las corporeidades, en las territorialidades, como inscripciones anteriores a la escritura institucionalizada.
Las sociedades iniciales interpretan las inscripciones anteriores a las escrituras, tomadas, por así decirlo, como escrituras no-humanas, sino como escrituras del cosmos, de la Tierra, de los bosques, de las aguas, de las plantas y animales. Pero, sobre todo, interpretan a partir de las huellas inscritas en los propios cuerpos, en las memorias sensibles singulares de sus cuerpos; es decir, de sus sensaciones y percepciones. En estas circunstancias y condiciones de posibilidad, la memoria también es paradójica; se constituye sobre el substrato de las huellas hendidas en el cuerpo y los substratos de las huellas inscritas en el mundo efectivo; así como también supone la memoria anterior a estas interpretaciones, la memoria que retiene la experiencia sensitiva del cuerpo.
En segundo lugar, el sentido es fenomenológico; vale decir, se genera en los procesos inherentes a las fenomenologías perceptuales, es decir fenomenologías corporales, y las fenomenologías sociales. Las fenomenologías transforman las huellas en intuición, mutándolas en significados, a partir de figuraciones, configuraciones y re-figuraciones. El sentido es logrado o producido en el proceso fenomenológico; aparece, por así decirlo, como desenlace del proceso fenomenológico. En consecuencia, en tercer lugar, el sentido es como un desenlace fenomenológico.
Si bien la fenomenología de la percepción supone entramados de procesos corporales e imaginativos, no es una trama, es decir, una narración; en cambio, el sentido, el producto por excelencia fenomenológico, es ya una trama. Entonces, en cuarto lugar, el sentido es una trama; por lo tanto, se manifiesta como narración.
Si las relaciones sociales suponen sentido, como dijimos, entonces las relaciones sociales se encuentran inmediatamente interpretadas a partir de tramas compartidas. Los tejidos sociales se complementan con los tejidos de las tramas narrativas. Podríamos decir, ontológicamente, que narrar es ser socialmente humano. El humano es un ser narrativo.
No hay que olvidar, como lo hace la episteme moderna, que la narrativa no se da en el plano de intensidad de la narración, sea alegórica, mitológica, ritual, literaria, sino que es posible como articulación de múltiples planos y espesores de intensidad de la complejidad dinámica, sinónimo de realidad. El tejido narrativo supone el entramado fenomenológico, los entramados fenomenológicos suponen los tejidos vitales ecológicos del planeta.
[1] Referencias: Geomorfología Fluvial. Universidad del Cauca; Colombia. Rosgen, D. (1994) “Applied River Morphology”. Wildland Hydrology. Colorado. Posada, L. (1994) “Transporte de Sedimentos”. Posgrado en Aprovechamiento de los Recursos Hidráulicos. Universidad Nacional de Colombia. Medellín. Simon & Senturk. (1992) “Sediment Transport Technology, Water and Sediment Dynamics”. Water Resourses Publication (en inglés). Ver Valle; Enciclopedia Libre: Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Valle.
[2] Revisar Región de Los Llanos (Bolivia). Enciclopedia Libre: Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Regi%C3%B3n_de_Los_Llanos_(Bolivia).
[3] Bibliografía: Jensen, M.E.; Burman, R.D. y Allen, R.G. (Eds.) (2060): Evapotranspiration and Irrigation Water Requirements. Manuals and Reports on Engineering Practice, N.º 70, Committee on Irrigation Water Requirements of the Irrigation and Drainage Division of the American Society of Civil Engineers, ASCE. New York. McKenney, M.S. y Rosenberg, N.J. (99632): Sensitivity of some potential evapotranspiration estimation methods to climate change. Agricultural and Forest Meteorology, vol. 64, págs. 81-110. Manríquez (1971): Novoa Manríquez, Isidoro (1971): Determinación de uso consumo en 6 cultivos, sometidos a diferentes tratamientos de humedad de suelo, para la provincia de Ñuble Tesis para optar al título de Ingeniero Agrónomo. Escuela de Agronomía, Universidad de Concepción. Chillán, Chile. Merlet B., Horacio y Santibáñez Q., Fernando (1989): Evaluación y cartografía de la evapotranspiración potencial en la zona de climas mediterráneos de Chile. Boletín Técnico, Número 48, págs. 27-50. Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales, Universidad de Chile. Millar B., Agustín (1972): Información tabulada para el cálculo de evaporación potencial mediante la ecuación de Penman. Boletín Técnico Número 39. Departamento de Suelos, Universidad de Concepción, Chillán, Chile. Molina T., José Manuel; Luis A. Gurovich R. y Eduardo Varas C. (2003): Modelación y Análisis Probabilístico del Balance Hídrico Superficial de un Sistema de Riego en Chile Central. Ingeniería del Agua 10 (2): 135 –147. Ortega-Farías, S.; Mediavilla A., W.; Fuentes J., S. y Cuenca, R. (1998): Validación de un modelo para estimar la radiación neta de una cubierta vegetal en condiciones de referencia. Ciencia e Investigación Agraria. Volumen 25, Número 2, págs. 103-107. Rojas Cerpa, Nelson Zilay (1994): Determinación de la evapotranspiración de Pinus radiata D. Don en vivero, mediante lisímetro de drenaje. Memoria para optar al título de Ingeniero Agrónomo. Departamento de Producción Vegetal, Facultad de Agronomía, Universidad de Concepción. Chillán, Chile. Rosenberg, N.J.; Blad, B.L. y Verma, S.B. (1983): Microclimate, the Biological Environment. John Wiley & Sons. Second edition. New York. Rovira P., Adriano (1976): Selección de fórmula para estimar evapotranspiración potencial en Chillán-Chile. Notas Geográficas. Número 7, págs. 31-44. Sánchez T., M.I. (1992): Métodos para el Estudio de la Evaporación y Evapotranspiración, Cuadernos Técnicos de la Sociedad Española de Geomorfología. Geoforma Ediciones. Logroño. Tosso T., Juan (1972): Analysis of chilean meteorological data to estimate evapotranspiration and irrigation requirements. Tesis para optar al grado de Master of Science en Agricultural and Irrigation Engineering. Utah State University. Logan, Utah. Salgado Seguel, Luis Gabriel (1966): Métodos para determinar evapotranspiración actual y potencial. Tesis para optar al título de Ingeniero Agrónomo. Facultad de Agronomía, Universidad de Concepción. Chillán, Chile. Vargas Alister, Humberto (1963): Correlación entre la evapotranspiración de alfalfa y trébol rosado y la evaporación de tres tipos diferentes de bandejas de evaporación. Tesis para optar al título de Ingeniero Agrónomo, Facultad de Agronomía, Universidad de Concepción. Chillán, Chile. Enciclopedia Libre: Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Evapotranspiraci%C3%B3n.
[4] Ver Gramatología del acontecimiento. También Paradigma mexicano y acontecimiento Brasil.
https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/gramatolog__a_del_acontecimiento_7ccae05cdb47fe.
https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/paradigma_mexicano_y_acontecimiento.
[5] Ver Devenir fenomenología y devenir complejidad.
https://issuu.com/raulpradaalcoreza/docs/devenir_fenomenolog__a_y_devenir_co.
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Umbrales y limites de la episteme moderna, apertura al horizonte nómada de la episteme compleja.
Cursos virtuales, participación virtual en el debate, acceso a la biblioteca virtual, conexión virtual colectiva. Control de lecturas a través de ensayos temáticos. Apoyo sistemático a la investigación monográfica. Presentación de un borrador a la finalización del curso. Corrección del borrador y presentación final; esta vez, mediante una exposición presencial.
Contenidos:
Modulo I
Perfiles de la episteme moderna
1.- Esquematismos dualistas
2.- Nacimientos de del esquematismo-dualista
3.- Del paradigma regigioso al paradigma cientifico
4.- Esquematismo ideológico
Modulo II
Perfiles de la episteme compleja
1.- Teórias de sistemas
2.- Sistemas autopoieticos
3.- Teorías nómadas
4.- Versiones de la teoria de la complejidad
Modulo III
Perspectivas e interpretaciones desde la complejidad
1.- Contra-poderes y contragenealogias
2.- Composiciones complejas singulares
3.- Simultaneidad dinámica integral
4.- Acontecimiento complejo
Modulo IV
Singularidades eco-sociales
1.- Devenir de mallas institucionales concretas
2.- Flujos sociales y espesores institucionales
3.- Voluntad de nada y decadencia
4.- Subversión de la potencia social
Temporalidad: Cuatro meses.
Desde el Inicio del programa hasta la Finalización del programa.
Finalizaciones reiterativas: cada cuatro meses, a partir del nuevo inicio.
Defensa de la Monografía. Defensas intermitentes de Monografías: Una semana después de cada finalización.
Leer más: https://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/estudios-del-presente/
Inscripciones: A través de la dirección:
Pluriversidad Oikologías
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Teléfono: 591-69745300
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