Sebastiano Monada
A modo de presentación
Estos seis poemas son cantos del devenir afecto y del devenir poema del afecto. Es en el acontecimiento sensible donde acaecen las transformaciones, convirtiendo las sensaciones en metáforas; las metáforas en pronunciación de palabras, que no funcionan como signos, sino que a pesar de estar escritas y aparecer oralmente como signos, funcionan como metamorfosis de los afectos, de la sensibilidad, de las sensaciones, que, en poesía, crean los mundos, desbordan los mundos, los hacen desaparecer, para conformar otros.
El poemario Subversión afectiva, inicia sus cantos con las figuras de la auto-contemplación engreída, que vendría a ser no exactamente un devenir del afecto, sino, mas bien, una deformación del afecto, una adulteración del afecto, al trastrocar el amor en “amor a sí mismo”. Que no puede ser amor porque el amor es flujo afectivo sin centro, mucho menos un centro que se traga el afecto como agujero negro.
Continúa con las intensidades singulares del acontecimiento, devenidas figuras intensas, que son las que convierten la intuición en magma que atraviesa el lenguaje; figuras intensas que enseñan los sentidos inmanentes de la vida. Sique con la ironía metafórica a las apariencias; ligadas y sostenidas por la institucionalidad, otro imaginario del poder, aunque sostenido por la materialidad jurídica. Después, viene el canto al continente de Abya Yala; continente rebelde. Para seguir con el canto al sentido inmanente, devenido de la intuición subversiva. Termina el poemario con el canto al amor.
Estos poemas pretenden ser parte de la subversión afectiva.
El palacio de los narcisos
Llantas de caucho y carros de metal
Mundanal ajetreo de la ciudad
Trepa, efluvio navegando tumultuoso
Nave espesa y vaporosa, sudor urbano
Calendario entumecido de inquietantes fechas
Manantiales cristalinos, llanto de peces dorados
Como suplicantes números condenados
A morir sin pena ni gloria martirizados
Por trámites interminables como olvidos
Conciertan serpenteantes filas azoradas
Por la espera sin esperanza acostumbrada
Canción festiva de luna plateada
Desnudándose enervada deja desparramadas
Como charcos de verano sus prendas
Suaves encajes de seda blanca
Vendrán colores volando encendidos
Animando atronador vehemente coro solar
Cantando seducido al mirar voluptuosa danza
Lluvia copiosa corriendo con pies descalzos
Luminosa jornada diferida fortuitamente mojada
A la venerante contemplación pasmada
Atónita ternura de la montaña mágica
Relegando la infinita concavidad del firmamento
Calendario desvaneciéndose como reloj de arena
Urbe atormentada por el bullicio de sus ferias
Y el tumulto ensangrentado de sus tráficos
Mientras las bocinas sin ritmo acallan
La sinfonía musical de los pájaros aprisionados
Oficinas atiborradas de funcionarios adormecidos
Y de usuarios temerosos aguardando en los pasillos
Respirando denso aire, burocrática corriente vespertina
Decoración tenue gráfica en paredes desoladas
Escritorios mudos acicalando archivos desdeñados
Hojas de otoño eterno como alfombra crujiente
Y ruidosamente coro de quejidos crepitantes
Como gemido esférico de ramas incendiadas
Precepto limpio como hielo de cumbre
Y silencio quieto como cementerio
Asediado por profuso desorden desaliñado
Descuido acumulado de filiaciones dactilógrafas
Tamizaron deponiendo en el aire acento jubilado
Habiendo escrutado minuciosos los papeles
En dictámenes flemáticos como gansos en suelo
Y fatales consumaciones en depósitos clausurados
Los funcionarios en su letargo rutinario
Tienen, por eso no se inmutan
De cascajo pulido el corazón
En la erosión indiferente de las reglas
Pronunciación reverberante no cumplida
Plasmando en mármol las normas calaveras
Quimeras de pomposa niebla turbada
Por el murmullo penetrante del frio
Invierno entumecido en la memoria añeja
De olvidados tiempos fosilizados
Ofuscado inerte espíritu aterido
En el musgo extendido de las frustraciones
Atizando fogatas de pequeñas venganzas
En el cuerpo acribillado de inermes usuarios
Mientras los jefes orgullosos ostentan
Voz de mando como capitanes de barcos fantasmas
Dirigiendo la nave perdida en la tormenta
Se consideran elegidos por el horóscopo
Oráculo improvisado de periódicos
Sosiego de costumbres sedimentadas
Autoridades metálicas de la máquina gobernante
Fabulosa como gigantesca herencia babilónica
Convertida en farolero artilugio moderno
Aislados como penitentes en claustro
Sonríen a veces para las fotografías
Dejando sus rasgos descifrables en diarios
Son los electos dignatarios nominados
En la rutina periódica electoral
A nombre del pueblo mandan solemnes
Rigiendo leyes como antiguos cocheros
Látigo en mano torturando a los caballos
Y ordenando clasificados códigos incambiables
Mientras la plebe se encuentra definitivamente ausente
Alejada oportunamente de toda decisión tomada
Se sienten imprescindibles pastores de rebaños
En el ajetreo itinerante del arte de gobernar
Lobos de mar conductores del naufragio
Creyendo avanzar al paraíso prometido
Cuando, en cambio, son empujados al abismo
Engreídos, enamorados de sí mismos
Los narcisos se contemplan en el espejo
Esperando el mismo atisbo insólito
Perpetuo del resto de los mortales
Reconocimiento forzado a su esplendor de pacotilla
En la cabeza tienen una vaga metafísica
Miscelánea de artefactos barrocos
Ansían anhelantes manojos de billetes
Así como un dedicado zoólogo ama
El estallido primaveral de las mariposas
Apetecen el automóvil último modelo
Así como como el astrónomo se emociona
Observar la multitudinaria conmoción gravitatoria
De bandadas de constelaciones viajeras
Adoran las intermitentes concentraciones públicas
Suponen la muchedumbre los alaba
Sin enterarse ser obligada a la congregación
Cuando discursan como curas en el púlpito
O los entrevistan para las noticias oficiosas
Hablan como seniles profetas aturdidos
Pronunciando arduamente magnas verdades
Entonando la elocuencia de agoreros callejeros
No esconden trilladas frases invariablemente usadas
Recurrentes monótonas oraciones repetidas
Por la rancia estirpe de la decadencia política
Costumbre acicateada hasta el aburrimiento
En el fondo emiten la ególatra demanda
Reconóceme soy del otoño el patriarca
El misericordioso, el que viene a curar tus heridas
El vespertino caudillo insomne
Esperado como a un crepuscular mesías
Soy el consolador de tus angustias y tus dolores
Cuando a protestas se enfrentan
Desatadas nuevamente por las faltas
De las máscaras mutantes repetidas
Cuando interpelaciones escuchan
Emergidas del desencanto devenido
Al descubrir nada cambia en el periodo
Salvo los guiones reescritos sin imaginación
Y los perdurables actores consagrados
Cuando son acusados de no cumplir
Con las promesas efectuadas en campañas
Y con la manoseada cenicienta Constitución
Mandan a poner orden en el caos
Al monopolio de la violencia uniformada
Para recordar a quienes se rebelan
Quién manda indiscutiblemente sobre todo
Y no tolera irremediablemente nada
Semejante osadía ingratas masas sublevadas
E inclemente temeraria afrenta movilizada
Al símbolo desolado del dominio
Sus cofradías compactas como plegaria de monjes
Sus cortes aduladoras como afligidos bufones
Se componen de lealtades sobornables
Clientelas enceguecidas por la fidelidad comprada
Hasta convertir los equívocos desbordantes
E incorregibles errores vernaculares
En los más agudos ardides de la sabiduría
Abalorio de juegos ramplones
De abatidos estrategas comediantes
Hasta convertir las más grandes sandeces
En las pretendidas más brillantes astucias
De audaces prestidigitadores de ajados naipes
Así caminan juntos reyes y arlequines
Como desfile de carnaval a la sepultura
Figuras intensas
Se agitan las ramas de los árboles
El viento conmueve sus pensamientos de madera
Coronados de hojas donde resbalan las lágrimas
Últimas de la pródiga lluvia ausente
Se agitan sus sentimientos inquietos
Como barcos movidos por las olas
Intranquilas como preocupaciones de gaviotas
Cuando no encuentran a los peces que se comen
No hay respuestas para las preguntas honestas
Pues solo se puede responder sinceramente
No se puede inventar verdades como revelaciones
De un Dios preocupado por el pueblo descarriado
Hay otras preguntas como viajes de aventura
Y conjeturas aladas mirando desde lejos
Los paisajes inmensos de los cuadros cambiantes
Conectando los bordes de territorios cortados
La costumbre de buscar el sosiego
La tranquilidad calmosa refugio provisorio
Desarma al caminante debilitando su atención
No lo salva de ninguna amenaza
Tampoco del desafío exigiendo comprensión
Del maravilloso mundo que lo inventa
La inclinación pretensiosa de poseer el saber
Plenitud añorada por maestros que enseñan
Y ya no aprenden ni se asombran de nada
De las constantes sorpresas que depara la vida
Estanca en los límites del prejuicio y el miedo
La ilusión de haberse realizado en el dominio
Y en la fortuna amasada en cantidades apreciables
Le oculta la riqueza que escapa de sus manos
Riqueza que no se mide en sumas monetarias
Ni en sumas de obediencias dóciles
Sino en la alegría de compartir la vida
La felicidad de ser parte del universo creado
Es autoengaño el asumir la pírrica victoria
En estas acumulaciones crecientes
Contadas en series numéricas
Como si fuesen cadenas aisladas
De métricas lineales de perfiles vaciados
Por eso no encuentran paz ni sosiego
Ni la alegría vital de los seres
Y sus fértiles ciclos creativos
No dejan de sufrir nunca
Angustiados por cumplir las metas trazadas
El incremento infinito de la acumulación
El dominio absoluto conservando el poder
Cuando mueren no se llevan nada
Sin haber entendido el devenir
Permanente de la hacedora vida
Solo los que quedan igual que ellos
Seguirán sus pasos como sus herederos
Harán lo mismo continuando la huella
Dibujando la condena del circulo de lo mismo
No haber comprendido las conexiones ineludibles
Que nos vinculan con todos los seres del universo
Los lazos inmediatos hilando los tejidos
Que nos hacen lo que somos
Entramados mezclados de ciclos complementarios
Sostienen el autoengaño empleando violencias
Contra los otros y en contra sí mismos
Renunciando al deleite de las sensaciones
Al placer de los aprendizajes venideros
Sin embargo persisten en esta tortura
Atrincherados en instituciones anacrónicas
Que olvidaron para qué nacieron
En el coyuntural servicio necesario
Y su provisionalidad útil en el momento
Pretendiendo eternidad de esas arquitecturas desfasadas
Ruinas arqueológicas de un pasado revivido
En la artificialidad de las transfusiones
¿Podrán los y las jóvenes escapar de este drama
Reiterado del círculo autocomplaciente de la nada?
Círculo condenado cercenador del humano
Mutilando sus capacidades creativas
Reduciéndolo a la mecánica ceremonia
De hacer lo mismo que las generaciones
Anteriores como programa invariable
Detenido en la simpleza de la odisea abstracta
Del viaje del retorno a la amada que espera
Sumisa entregada a tejer y destejer
Alargando la espera soñada del patrón.
Las cosas no son lo que parecen
Las cosas no son lo que parecen
Presentan una envoltura cualquiera
Mimetismo seductor o armadura cultural
Como disfraz de camaleón o escudo de guerra
Como para ocultar su composición mineral
Aun sin pretender hacerlo
Las cosas no son lo que parecen
Porque al mirarlas los ojos se quedan en las fachadas
Inventando patentemente su deducida presencia
Los ojos son mariposas capturadas
Por las redes sutiles de las formas
Quedan encerradas en las estrechas
Distancias de las jaulas fascinantes
Si no son para siempre clavadas y fijadas
Meditando su vuelo en una reflexión inmóvil
Del eterno eco de la nada
Ilusión detenida en un pasado no recordado
Cuando apenas es una interpretación congelada
En las alturas no escalables de la cordillera
Las cosas no son lo que parecen
Pues ni son cosas ni son las grafías
Que la visión alada dibuja
En el versátil aire espoleado
Forman parte de fecundos entramados
Como apasionadas entregas enamoradas
Conectando los bosques tropicales
Abigarrados en sus mezclas botánicas
Y los cuerpos sensibles entregados al roce
De la materia esparcida en la atmosfera de afectos
Que las notas de la composición musical desprenden
Cobijando mutantes sensaciones hermenéuticas
Como prodigio de antiguos magos y adivinos
E imaginaciones estéticas desbordadas en estampida
Como corrientes pictóricas vanguardistas
De tejidos cómplices de otros tejidos
Comparando sus colores y sus hilos navegantes
De otros olvidados ciclos orbitales
Y otros vitales procesos aleatorios
Juegan a los dados tirados al cielo
Que caen en la tierra por la necesidad
Donde se afirma el azar como dice Mallarme
De síntesis en el número como cualidad geométrica
En la silueta consumada como si fuese única
Las cosas no son lo que parecen
Porque si fueron un momento esos garbos
Ocurrió por azar en alianza con la necesidad
Como si se viajara al mismo lejano puerto
Por distintas rutas innovadas en la premura
De llegar sin brújula ni rosa sustituta
Sin contar con la estrella polar ni la del sur
Son lo que son en una coyuntura inusitada
Y no lo son en el siguiente momento incierto
Mutan, cambian y se transfiguran sus escenarios
Donde cabe la trama de Homero y la novela de Proust
Se reescriben como variaciones ingeniosas
De la misma estructura imaginaria
En distintos desenlaces conmovedores
Sus narraciones contadas en voz ronca
Como danzas de palabras pronunciadas
Una noche alrededor de la fogata
Escuchando las estrofas donde las estrellas
Aposentan placenteramente sus luces rutilantes
Las cosas no son lo que parecen
No es el epigrama dando cuenta de ellas
Pues agasaja la trama aparejada
Semejando perfiles y sombras descoloridas
Por innumerables analogías figuradas
El cuadro pintado con pinceles renacentistas
Y colores mezclados de acuerdo a la emoción
Por las afinidades y parecidos familiares
La elucidación de la conmoción del mundo
Cuando no es sino una inquieta glosa
Cercana al deseo esperado con ansiedad
Alejado de la anecdótica realidad
Las cosas no son lo que parecen
Pues nada está aislado ni separado
Ni por el espacio ni por el tiempo
Como si fuese el solitario galeón
Perdido en el océano ágrafo
La herida abierta en el universo de la nada
Ninguna figura se desentiende del tegumento
De la composición artesanal de los alfareros
Que cuecen el barro tiernamente amasado
Espesado se convulsiona vigorosamente avivado
Y al metamorfosearse crisálida se transmuta
Trocando sus texturas y filamentos indescifrables
Atributos moleculares sembrados en la materia de los hilos
Bordando nostalgias lejanas e inexpresables
Hay que volver a meditar sobre lo ocurrido
E interpretarlo a partir de sus caprichosas anécdotas
No de las formales exégesis acuñadas
Como símbolos inscritos en el madero
Labrado de las puertas de las casas
Como si el mundo actuara según el entendimiento
De acuerdo al destino inscrito en el firmamento
Reinscrito en la circulante sangre padeciendo
Los increíbles dramas de la historia no contada
Destino predecible en los mitos guardados
En alforjas de awayos donde también se guardan
Los coloniales títulos toledanos
De acuerdo al arquetipo memoria del origen
El Oikos al cobijar los cuerpos emotivos
Y los territorios densos de espesores mezclados
Despliega sus delicadas prendas
Como climas efusivos musicales
Armonías sinfónicas de cuerdas vibrantes
Sonando canciones dulces y penetrantes
Motivando danzas concupiscentes en los cuerpos
No sin lógica sino a pesar de ella
Se desenvuelven trabando abundancias
De incumbencias proliferantes inesperadas
Plurales combinaciones biodiversas asociadas
Ocasionando efectos vitales sorprendentes
Hay que volver sobre los pasos dados
Retornar por el largo camino recorrido
Develando en lo pasado lo escondido
Lo ocultó a hurtadillas a la vista acongojada
Debido a la obsesión de encontrar lo esperado
Es menester desarmar la narración obrada
La disquisición asumida en sus circunstancias
Para develar otras ilustraciones encubiertas
Sobre todo aquellas manifiestamente paradójicas
El mundo es otra cosa distinta a su simulacro
No es la representación tenida a mano
El mundo se halla en el afecto de los cuerpos
Enraizado en los territorios sembrados
Por rudas manos labradoras
Y sabias técnicas eficaces
Apareciendo en su originalidad inaugural
Haciendo pluralmente a cada quien distinto
Y al conjunto heterogéneo como constelación bullente
Atizada por la abrumadora diversidad de la materia
Plenitud del voluntario esfuerzo infinitesimal
Como advenimiento enigmático creador
Del juego hacedor de fuerzas primordiales
Revelando nuestra participación en la existencia
Plena de la algarabía de partículas y ondas
Alegres en sus vibraciones musicales
Indispensable experiencia en milenios acumulada
Replicada en su semiótico desciframiento analítico
Cuando somos capaces de aprender
Intrascendente cuando pretendemos poseer
El misterio descubierto por la razón fantasma
O la autenticidad de la complexión del cosmos
Y lanzamos paradigmas como continentes intangibles
Cuando lo único certero es la pretensión orgullosa
Del conocimiento evocativo traduciendo en palabras
Sus enunciaciones lánguidas como erguidos quijotes
Y en el saber conceptual formulando axiomas
Como esqueletos de alondras y lobos de penumbra
Como recita Federico García Lorca
Las disposiciones arraigadas en los escenarios políticos
Son otra cosa distinta a sus banderas enarboladas
Independientemente de las creencias difundidas
De los actores emuladores de tragedias y dramas
Justificando sus actos de una u otra manera
Son resultados del abigarrado juego de fuerzas
Adquieren el sentido otorgado por las pujanzas concurrentes
Enjundia infalible incontrolable en sus convulsos desplazamientos
Por los actores de las odiseas inconclusas
Estén a favor o en contra del retorno
Depende de los inesperados efectos causados
Y del tejido compuesto por las manos ágiles
De las hermosas tejedoras ancestrales
Artesanía impredecible del laberinto recorrido
En las búsquedas interminables de intrépidas salidas
O de liberadoras refulgentes fugas
Parece que todos los caminos conducen al sitio
Como se decía en el refrán respecto a Roma
Se haga una cosa u otra con la baraja
De naipes ajados en su uso innumerable
A pesar de la maraña tupida de las plantas
Que crecen quebrando el asfalto de la calle
De los bosques talados por los tractores
Que avanzan sembrando hogueras
Y de los bosques no talados
Pues resisten la llegada de la civilización cosificada
La experiencia nos muestra la vulnerabilidad
De la insostenible condición humana
La relatividad de los fines y los métodos
De los intereses y las ideologías farsantes
Al final la vida es la orientación inscrita
En la memoria primordial de los cuerpos
La que encauza el ritmo de la danza
Deleitando al aire, a la concavidad celeste
Con los dulces movimientos rítmicos de sus curvas
La que abre horizontes con el esplendor candoroso
De acompasadas armonías de ciclos vitales
Presentando soluciones posibles a los desafíos
De encrucijadas repentinas en el camino
Si se quiere de a de veras sobrevivir
Habrá que satisfacer a los ritmos musicales
En los transcursos entrañables de la materia
En las proliferantes creaciones inéditas de la vida
Pretender imponerle un programa humano
A la abierta existencia de los seres
Cualquiera sea éste diseño dominante
Es como querer enseñarle los simples esquemas
Escolares provisionales a la matriz que nos contiene
Abya Yala continente rebelde
Persistente y fecunda gestación rebelde
Quebrando cascarones para nacer nuevamente
Palpitación intrépida empujando a la acción
Como instinto guerrero contenido en la sangre
Desacuerdo surgido como desmesura alada
Biblioteca de enseñanzas de experiencia acumulada
Ímpetu desbordante como tropel de pegasos anhelantes
Unicornios azules imaginados por dulces niñas
O repentinas esbeltas aladas vicuñas
Diluvios de sueños rebalsando copiosos
Destrozan las represas e inundan las ciudades
Impulso desatado para demoler los muros
Las fortalezas y las torres de la dominación impuesta
Perfil amotinado de consecuente hombre o mujer
Mamíferos erguidos para liberar las manos
Convertirlas en geniales artistas pintoras
Y técnicas transformando las materias al tocarlas
Mamíferos hominizados en permanentes andanzas
Monos gramáticos registrando sus pasos
Situados vertiginosamente en la modernidad barroca
Perfil resplandeciente de muchacho o muchacha
Cachorros de manada comenzando sus peripecias
Ensayando derrochantes pioneras aventuras
Egregios rostros indígenas, mestizos y criollos
El abanico abierto de universo heterogéneo
Dibujados por siglos de rebelión trazada
Por intrépidas proyectadas proclamas sediciosas
Y convocatorias impetuosas a la nación oprimida
Por insurrecciones radiantes heroicamente realizadas
Con la elocuencia vibrante de las multitudes insomnes
Continente emplazado entre ambas aguas
Las trémulas del Atlántico y las inquietas del Pacífico
Se ha tallado en tu naturaleza arcillosa
Las memorias de pueblos que surcaron tu suelo
Temperamento terrenal amando los paisajes
Cobijando los sueños que nos cubren el cuerpo
Territorios espesos de sudor vaporoso
Protegidos por encadenamientos serpenteantes
De colosales volcánicas cordilleras
Moviéndose como lerdas olas disolventes del tiempo
Hondas travesías perpetradas por levantamientos
De abrumados empero tenaces pueblos sometidos
Inventando marcados recorridos enmarañados
En el tráfago exuberante de las mezclas
Intrincadas pululantes contexturas culturales
Como amarres voluptuosos de nichos vitales
Y barrocas configuraciones imaginarias
Se ha escrito en las memorias afanosas
Inéditas genealogías locales transmitidas
En los ritmos pululantes de las narraciones colectivas
Compartidas proferidas oralidades grupales y sociales
Como sinfonías de los pájaros de las apiñadas selvas
Narrando las tramas escondidas de pueblos insurrectos
Actualizando postergadas antiguas guerras inconclusas
Dejadas pendientes por las premuras de la historia
Como cuando se deja en el camino arsenales de armas
Y escondidos estratégicos depósitos de alimentos
Para volver a ellos cuando la guerra otra vez recomienza
Reinventando el pasado para mejor comprenderlo
Para ayudar con la memoria a un mejor entendimiento
Del agudo eterno presente fugaz
Arteramente dilatado en el tiempo
Dar firmeza a las intermitentes luchas
De los insomnes pueblos rebeldes
Hay la persistente pasión latiendo como corazón
De precoz platónico enamorado virtuoso
Como pulsación solar donando vida
A los brillantes planetas solitarios
Seducidos en la danza inalterable de sus órbitas
Se mira al mundo desde el continente que lo inventa
Se lo siente como su creación inesperada
Hechura de la emoción esférica de sus lágrimas
Rociando como juguetonas lluvias las tierras tropicales
Y las adormecidas inseparables cómplices montañas
Unidas por su memorable amistad geológica
Mojando benditamente los valles espumosos
Que sirven de espalda rasgada por los surcos
Al prodigio extraordinario de la horticultura
Y abultando los turbados ríos buscando el océano
Recorriendo frondosas regiones hasta llegar al mar
Hechura de tus innumerables brazos sacrificados
Poblaciones concentradas de labradores sin paga
Pongos de latifundios de avasalladores patrones señoriales
Predio tornado en solariega hacienda
Y surcada en prolijos periodos de siembra
Por desvencijados arados egipcios
Poblaciones proletarias excavando subsuelos
Sacando de las entrañas de la montaña mágica
El compulsivamente codiciado tesoro rastreado
El mineral que rige los agitados mercados
El mineral capaz de transmutarse en metal
Y objetos que sirven de utensilios preciosos
Herramientas extendiendo nuestros brazos y piernas
Artilugios que desatan las potencias del cuerpo
Hechura de culturas conglomeradas como ramos de flores
Donde cada flor no pierde su color ni su estirpe
Pero concierta un combinado cuadro ameno
Suministrando febril gracia a la obra
Heterogénea afluencia en el juego de aromas
Floreros cromáticos en sus gamas variadas
Esto pasa fastuosamente en el bosque
Con los incomparables misceláneos árboles
E innumerables plurales clamorosas plantas
Abrazándose alborotadas en la emoción verde
De su arqueológica memoria sensible
Reverberantes culturas ataviadas
Inventando transculturaciones alteradoras del mundo
Hechura de masivos levantamientos indígenas
De subversiones en la praxis constituyendo sujetos
Como remolinos sentimentales engullidos por pasiones
Agujeros negros que se tragan las sensaciones
Labrando estoicamente interioridades efusivas
Y vehementes hábitats sin concluir sus morfologías
Dejando despejada la amalgama de las ignotas
Hechura ruda de proletariados nómadas
Quienes arrancan el manto que oculta al capital
Masa ruidosa monetaria de flujos contables
Y stocks de depósitos resguardados celosamente
Acompasando quietos el movimiento circulante
De las melindrosas monedas de oro y de plata
Maquinaria industrial productora de abundancias
Saturando abrumadoramente al mercado
Sin cubrir las imperiosas necesidades de la gente
Esperando en vano se resuelvan sus problemas
Que horadan la vitalidad de sus cuerpos
Hábito de disgregación en la metáfora misma de su fruto
Bien destinado a la venta y al consumo
De disociación en la efigie misma de las instituciones
Artefactos que atrapan las energías de los pueblos
Separan su heredada ilusión tomada como real
De su soporte concreto desechado como inesencial
Separan el Estado quimera del dominio
De la sociedad constructora de símbolos y andamios
Insuflando dinámica a esta alegoría palaciega
Encarnada en la figura del cuerpo del déspota
Que sufre en carne propia la ficción del poder
Continente trasfigurado hasta el desconocimiento
En la contingencia proliferante de tus avatares
Y a la vez repetido en tus inquietas cavilaciones
Trocado por tus antiguas guerras inconclusas
Por tus temerarias independencias inacabadas
Constructoras de repúblicas vasallas
Debido a tus atronadoras revoluciones abandonadas
A la caída en opacas restauraciones recurrentes
En los talantes demagógicos de elocuencias arronjadas
Debido a encontrarse fondeadas en el embrión extractivo
De la redundante subordinada economía colonial
Continente abarcando afablemente al mundo
En su profusa y destructiva diseminación
Así como en tu vigoroso ímpetu fogoso
De creativa eterna rebelión
Es este palpitante impulso vital
El que acopla a los múltiples pueblos
El que enlaza los tupidos territorios
La ondulación apacible de los climas circulantes
La impresión alucinante dejada de lado
Por los delirantes atiborrados imaginarios
El gusto sabroso de las ansias de mudar
La concavidad vibrante ocupada del nicho ecológico
Por enjambres de aspiraciones buscando transformar
En la coyuntura provisional del acontecimiento
Cuando por el contrario constantemente cambia
Continente rebelde como naciente de rio
Desbrozando las rocas como tallador fluvial
Estas en las miradas soñadoras que viajan
De las tiernas muchachas que interpelan al aire
Precursoras escrutan los extendidos paisajes
Donde escrupulosamente buscan los mensajes
Miran encendidas curiosamente a los cuerpos
Con evidenciado gusto de cándido asombro
Estas en las palabras sonoras como nocturna brisa
Que acaricia los cabellos sueltos como livianas ramas
De aposentados sabios sauces llorones
Contemplando el correr de las cristalinas aguas
Y el remanso del viento divagando en la sombra
Los enrollados pensamientos en bucles corolarios
Palabras pronunciadas llanamente atrevidas
Desafiando formalidades fijadas por las costumbres
Estas en las metáforas adoptadas en expresión estética
El sentido inmanente de tus cosmovisiones
Estas en las acciones desbordantes como tropel
De jinetes desvelados que arrasan la pradera
Palabras entonadas como si fuesen búhos
Que levantan el vuelo en el crepúsculo encendido
Sigilosos depredadores dueños de la noche
Atrapando sus presas en silenciosa acrobacia
Palabras que desatan asiduamente los jóvenes
Como si fuesen nudos gordianos postergados
También estas en las proverbiales fiestas de antaño
El perpetuo retorno del origen de todo
Así como en las primorosas canciones navegantes
Que tocan las guitarras rasgadas con pasiones
Y en las letras danzantes que dibujan poemas
Nostálgicos como celajes despidiéndose tristes
En el umbral impávido de la noche de luna llena
Y románticos ideales como dramas de amores
Narrados en las inaugurales novelas de antihéroes
Rumor de palabras como quejidos de viento
O murmullo tumultuoso de rio embravecido
Como rencor acuático emergiendo de lo profundo
También intérpretes de códigos olvidados
Abya Yala continente soñado por chamanes y brujas
Tú inventaste el mundo que hoy padecemos
Lo inventaste sin intención ninguna
Sin querer sea así el resultado imprevisto
Pues fue la ramificación de tu intempestiva conquista
Y tu diferida y pronunciada colonización
Fue la dilatada emanación de tu despojamiento
Arrancando tus vetas y tus yacimientos dormidos
Y el devastador desenlace de tu desposesión
Destruyendo tus lenguas y saberes remotos
Por haberte esclavizado en el comercio de cuerpos
Capturados por mortales mercaderes de vidas
Transportados por enmohecidos galeones
De las abanicadas monarquías absolutas
Y haberte subordinado como pájaro enjaulado
Por las aparatosas dominaciones instauradas
Por haberte proletarizado empujándote al trabajo obligado
Sin embargo, encontraste siempre tu potencia rebelde
En la animación corporal circulando como latencia
Del porvenir gestado en el propio presente
En tus manos está el liberar al mundo preso
De este condenado embrujo que enajena
Ocasionado incautamente en ese periodo aciago
De descomunales proliferantes violencias desmedidas
Descargando implacables sus látigos y sus normas
En los cuerpos nativos de bronceada piel
Y en cuerpos africanos de nocturna epidermis
Vendrán después los cuerpos mestizos
Heredando el bronceado nocturno en diurna corteza
Cuerpos apasionados en su vital concupiscencia
Del contiene escondido a los ojos de Europa
Continente rebelde hasta en tus gestos cotidianos
Como carácter indomable parapetado en los barrios
En las relaciones constantes del diario vivir
Y en tus hábitos locales evocando identidades
En tus conductas lugareñas actualizando tradiciones
Continente rebelde como raíz de queñua
Aferrada a la pronunciada rocosa montaña
Has tenido de todo en tus genealogías cambiantes
Pueblos nómadas en praderas inmensas
Como monótonas meditaciones interminables
Sociedades sedentarias constructoras de ciudades de piedra
Arquitectas de piramidales torres ceremoniales
Cuando se buscaba seducir a los dioses mediante sacrificios
Y envolventes majestuosas danzas rituales
Carabelas como nueces tragadas por el mar
Y conquistadores como quijotes convertidos en sanchos
Que confundieron el quinto continente con Asía
Dejándose llevar por las corrientes y los vientos
Orientados por el mapa rutilante de las estrellas
Acarreados de la mano al continente desconocido
Monjes católicos portadores de la escritura del desierto
Parroquias dosificadas en los territorios conquistados
Como ilustres aparatos eclesiásticos evangelizadores
Definiendo cartografías espirituales en territorios paganos
Virreyes nobles representando al rey lejano
Fantasma preso por el emperador francés
Creyente de la modernidad y del progreso
Naciente burguesía criolla en el espaciado comercio
Y en los estrechos agitados puertos
Revueltas indígenas y mestizas en la meseta andina
Y en la las exuberantes tierras de Nueva Granada
Guerras de independencia movilizando campesinos
Y citadinos convertidos en soldados
Llaneros lanceros precipitándose como estampida al combate
Guerra anticolonial dirigida por criollos
Repúblicas reducidas a la letra de la Constitución
Republicas jurídicas que ocultan despotismos
De castas herederas de la colonización
Revoluciones campesinas luchando por la tierra
Humus y espesor fértil para la alimentación
Convirtiendo la repúblicas jurídicas en republicas políticas
Conformando en el acuerdo de las fuerzas encontradas
La normada regularidad de la democracia institucional
Gobiernos nacionalistas constructores de soberanías
Recuperando las vetas y los yacimientos arrebatados
Como necesarias materias políticas del Estado
Después se aposentaron a nombre de la revolución nacional
Los que volvieron a entregar la soberanía y los recursos recuperados
Tuviste dictaduras militares obedientes al imperio
Verdugos implacables de los pueblos
Saqueadores de erarios y riquezas de la nación oprimida
Después aparecieron los técnicos dogmáticos creyentes
De que había que deshacerse de todo
Y entregarse cuerpo en entero a los vaivenes del mercado
Emergieron resistencias populares al invariable saqueo
Estallaron estruendosamente revueltas e insurrecciones
Movilizaciones multitudinarias como estallidos primaverales
De florestas multicolores alegrando el paisaje
Y constelaciones de mariposas soñadoras
Que expulsaron a estos técnicos del despojo
Abriendo un nuevo ciclo histórico de gobiernos populares
Empero, como condena legendaria se repite lo mismo
Las revoluciones quedan irremediablemente inconclusas
Se prefiere las instituciones heredadas a crear nuevas
Regresando temerosos el corto recorrido liberador
Vuelven al comportamiento dominante de los amos
Entregando a medias los recursos
Salvando a medias las soberanías
Continente rebelde como vuelo de cóndores
Que desde las alturas de monumentales cumbres
Avizoran detalles delatando a sus presas
Inventando paisajes de movimientos combinados
Que el orgulloso ojo humano no ve
En tus manos está el empezar a liberar la potencia
Del mundo que inventaste sin haberlo querido
Es menester desandar el camino recorrido
Desarmando los engranajes de la maquina armada
Desmantelando las instituciones afincadas
En la yerta tierra desolada
Inscrita en la tersa piel de los humanos
Hendida en la carne del ántropos atormentado
Deconstruir los mitos del poder propagados
Liberarse de gobiernos y estados
Que en conjunto conforman la maquina imperial
El sentido inmanente
¿Dónde está el sentido inmanente expresando
Lo percibido como vivencia?
¿En las memorias del cuerpo?
¿En el afuera, en el entorno de la piel en tanto mundo?
¿En el entramado carnal de múltiples organismos de la naturaleza?
¿En el momento de la percepción, en el preciso presente?
¿O en las figuras virtuales siendo ilusión de la imaginación?
¿Por qué queda la huella como intuición hendida?
El recuerdo de sensaciones e interpretaciones anidadas
Como registro concéntrico del tronco de los árboles
El sabor de algún fruto asociado al acaecimiento
Como gusto impregnado en las nostalgias de la lengua
El olor del vaho rodeando los espesores vitales
Como bruma aposentada del alba
El aroma penetrante amarrando su atmósfera
Como hálito dejado por los naranjos de la granja
El sonido acompasando los episodios de entonces
Como melancolía de violines diluyendo sus penas
Las memorias del cuerpo son momentos guardados
En los serpenteantes socavones de los sentidos
Como laberintos oscuros enmarañados en el abismo
Cayendo como angustia minera al centro de la tierra
Y las fibras de órganos donde emana la imaginación
Como encantadoras flores entonando sus colores
En melodiosas canciones seductoras del sol
Son coyunturas actuales perpetuadas en la materia
Ahuecada por el silencio nocturno
Ocupando los poros y los intersticios
Compartiendo promiscuamente un sin-tiempo
Nos convierten repentinamente en habitantes del pasado
Y del indestructible aterido presente
En viajeros intrépidos del esperado futuro
Las memorias ya saben que pasado, presente y futuro no existen
Son las figuras sucesivas que la razón construye
¿Qué es entonces esa enseñanza primordial?
¿Esa remembranza inmediata hundiéndose en el fondo?
Esos saberes inaugurales sosteniendo otros saberes
Saberes brotados de la intuición sideral
¿Es acaso el sentido inmanente aflorando
Como efluvio de alegorías desentrañando el acontecimiento?
No parece apropiado reducir el sentido inmanente
A los sentidos trascendentes que la razón construye
Como escalinatas de vapor diseminando conceptos
Como el agua disgrega la sangre coagulada
Las distancias son enormes entre ambos sentidos
Como abismos infranqueables del cosmos fracturado
El sentido inmanente es el advenimiento
De la invención ardiente de la partículas infinitesimales
Dilucidado como totalidad deshecha en su afecto inmolado
Los sentidos trascendentes, los conceptos, son entelequias
Como golondrinas desaparecidas cuyos trinos siguen todavía
Son dispersos fragmentos intangibles
Como luces viajeras continuando sus cursos
Cuando sus fuentes explosivas se extinguieron
Descifrando las agotadas parcelas cercenadas
Los sentidos trascendentes son antiguos retratos
Descargados de todo espesor tangible
De toda rítmica alegoría simbólica
De todo barroco acoplamiento imaginario
Los conceptos son eso, sueños de fantasmas
Que a su vez son sueños de humanos dormidos
Preguntar por el sentido inmanente
Es preguntar por la matriz vital
De todo comienzo creativo
Por el bordado de tejidos que trenzan
Y deshilan para volver a tejer de nuevo
Es preguntar ansiosamente por la vida
Por lo que es esta memoria sensible
Por el acaecimiento creativo que es la existencia
Por la creación y recreación en constante devenir
Es colocarse en las miradas de plurales
Constelación de curiosos ojos horadando distancias
Que acechan desde distintas graduaciones
De desemejantes dicotómicas escalas
Como envolventes invasiones nómadas
A ciudades sedentarias ancladas en el mercado
Desde las infinitesimales hasta las molares
Desde las pequeñas nadas hasta las pretensiones totales
Es integrar estas miradas en la simultaneidad dinámica
Es vivir plenamente entregado al placer de la existencia
Cuando en las sociedades atrapadas por estados
Vemos juzgar a los actos humanos
Como imperdonables pecados
Como abominables males
Como atentatorios delitos
Como peligrosas enfermedades y locuras
Como enervantes perversiones
Se evidencia la futilidad de estos juicios
Legitimados por las instituciones apolilladas
Bautizados como graves por las formalidades
Rígidas y obligatorias del Estado
Se cotejan las desventuras de estos juicios y castigos
Como balance inútil de los sacrificios hechos
Se exhibe el miedo a lo desconocido
Como mascara que cubre el terror escondido
Por eso se aferran a los tablones del naufragio
Se agarran a unas infortunadas verdades
Que ilusionan vanamente al hombre
Como esperanza de madres al retorno del hijo muerto
El haber encontrado tierra firme
Cuando lo que encontró son otros mares
Atiborrados de otras olas
Más lentas y casi pétreas
Que lerdamente ondulan
Cambiando los paisajes en periodos discretos
Este hombre moderno cosmopolita y virtual
Refugiado en la iluminación titilante de sus ciencias
En la encomiable irrupción de sus tecnologías
Circunscritas al dominio utilitario y también anodino
Imitando a las composiciones físicas del universo
Enredado en sus pretensiosas doctrinas alucinantes
En su inútil orgullo inmenso
De su aborrecible ego prolongado
No comprende o no quiere entender
Como terquedad ingenua de espera caprichosa
Que su semejante mundo figurado
No es más que una sombra extendida en el suelo
De una danza embriagante de cofradías embrolladas
En ondulantes ciclos entrabados
No goza de la maravillosa certeza sensible
De los exuberantes cuerpos armoniosos
No concibe que sus ciencias y tecnologías
Son parte de los aparejos de sobrevivencia
Como es el triste bastón o el estridente automóvil
Que auxilian cuando son útiles
Dejando de ayudar cuando dejan de serlo
No son esencias ni verdades eternas
No entiende, no son fines sino medios
Como la canoa en el río amazónico
Adecuados a las propensiones que la vida conlleva
Inadecuados y peligrosos cuando no responden
A los demandados requerimientos
Convertidas en designios de una civilización banal
Se juzga a lo que no son los hombres corrientes
Se juzga a las mujeres que tampoco parecen estándares
Se juzga a las mujeres que se sienten hombres
Y a los hombres que se sienten mujeres
¿Quién sabe acaso lo que la vida compone
En sus múltiples formas y perfiles logrados?
Acaso sus ciencias han resuelto el enigma de la vida
Acaso sus ciencias explican el comienzo de todo
Menos sus filosofías que son ecos sonoros
De lo que dicen con antelación las culturas
Mucho menos las ideologías pues son balbuceos
De lo que enuncian y mustian los saberes
Sin embargo se encargan de juzgar la rareza supuesta
Que contrasta con el croquis de la costumbre heredada
Los códigos jurídicos sirven de opacos referentes
De burocráticos juicios penales y morales
Secundan como argumentos de castigos y martirios
Asisten como bálsamos para aquietar angustias
La tendencia a ser jueces delata sus carencias y sus miedos
Es la única pericia detentada para lidiar contra fantasmas
Sus propios inmersos entrañables fantasmas
Es el único método largamente agenciando
Para zanjar el conflicto agobiante sufrido
Al creerse la médula espinal del planeta
El núcleo vertebrado del universo ignoto
El fin perseguido de la reverberante vida
Consideran pueden juzgar no solo a los humanos
Sino a los otros seres que pueblan el astro
Se convierten en la medida de todo
No deducen que este comportamiento
Es encuevarse como alimaña en sus miedos
Refugiarse apresuradamente en castillos de naipes
Sin poder proteger enjambres de ilusiones
Deshaciéndose cuando los castillos se derrumban
Ante el soplo del viento o el canto de los gansos
El hábito de juzgar se ha extendido por toda la sociedad
Cada quien juzga a otros quienes también lo juzgan
Cada grupo juzga otro grupo
Cada ideología juzga a otra ideología
Cada amigo juzga a su enemigo
Cada bien juzga a su mal
Cada bueno a su malo
Cada fiel a su infiel
Cada santo a su endemoniado
Cada vanguardia a su reaccionario
Cada conservador a su extremista
Estamos en un mundo habitado por jueces
Que se creen habilitados a decidir sobre la vida
Y muerte de otros infortunados humanos
Los y las que son juzgadas con leyes de penumbra
Solo pueden hacerlo cuando optimistas conjeturan
Que ellos son el encomiable ejemplo
El modelo virtuoso del bien contra el mal
Como cruzadas en conquistas de tierra santa
De lo normal contra lo anormal
Como campaña médica contra una epidemia
Es cuando se desmorona toda su edificación jurídica
Como precipitaciones de montaña en tiempos de tormenta
Y su porte comedido de jueces intranquilos
Como turbados destronados monarcas
Pues no son ni el modelo, ni el prototipo anunciado
Ni el paradigma digno a seguir
Como todos patentizan sus numerosas discordancias
Sus amontonadas languideces y fragilidades cuantiosas
Como alboroto de achaques que terminan quebrando
Al resistente organismo que brega con empeño
Cuando falta la humildad reconociendo las precariedades
Como el sabio o la docta que ha aprendido
Que no se deja de cultivarse nunca
Asimilando de la acumulada experiencia
Las nutridas contingencias y las relatividades
Como copiosa lluvia empapando los surcos del cultivo
El hombre se extravía turbado en un bosque profuso
Como cachorro abandonado por la madre loba
Creyendo que se encuentra en un árido desierto
Poblado de espejismos que él los toma como auténticos
Convierte sus efímeras elucidaciones en magnas verdades
Como el enamorado convierte sus esperanzas en señales
Austeras leídas en la voz y en los gestos de la mujer amada
Se desarma y expone al abreviar tanto los laberintos
El sentido inmanente no es el signo postrado
En el prominente lenguaje usado
No es el concepto por la razón fantasma inventado
No es la verdad institucional en mármol presentada
De academia satisfecha en el claustro de las condescendencias
No es el cuadro estadístico que presume claridad matemática
En las formas numéricas de series de la calamidad cuantificada
No es la teoría que presenta el esqueleto del fenómeno estudiado
Como si contuviera ánimo y autonomía propia
Sino es la subversión afectiva emanada del substrato
De las metamorfosis del cosmos despabilado
La explosión inaugural liberando a las invisibles sensaciones
Desprenderse como fugas vibrantes de ondas musicales
Inventando universos mutantes y mezclados
El sentido inmanente es la intuición subversiva
Que comprende en el instante del acontecimiento
La completa congruencia y armonía del cosmos
Los acompasados ritmos que conjugan sinfonías
Los concomitantes ciclos complementándose en el Oikos
Las paradójicas sociedades que contradictoriamente avanzan
A las mismas armonías de las constelaciones
La intuición subversiva de los movimientos que estallan
Al comprender la crisis que desgarra las sociedades congeladas
Al deshielar la maraña de redes institucionales que capturan
Las fuerzas vitales orientadas a crear e inventar
Intuición subversiva, Prometeo que libera la imaginación radical
Y la energía progenitora del movimiento estelar
Y del movimiento de las cuerdas y partículas infinitesimales
No es el odio sino el amor
No es el odio lo que nos hace fuertes
Como roca cristalizada en las profundidades
Espesuras oscuras insondables de la tierra
Fundida antes por el magma volcánico
No es el odio lo que ayuda a conocer algo
Como instrucción campechana de la experiencia
No es el odio lo que abre las puertas
Del porvenir luminoso como alborada boreal
Como los telones del teatro descubriendo la escena
No es el odio lo que colabora a lograr el alborozo
Como cumbre escalada con esfuerzo por tenaz alpinista
No es el odio lo que nos salva de amenazas
Como enfermedades acechando ocultas en el cuerpo
Lo que resuelve problemas y responde a desafíos
Como invitaciones seductoras de territorios ignotos
No es el odio la prolongación de la lucidez
Como pulsación solar abarcando a su entorno
Tampoco del afecto apasionado y honesto
Emergiendo como manantial del fondo de los peñascos
El odio es justamente todo lo contrario
Es como el ensanche de la falta de agudeza
Dejándonos ciegos y mudos, atrofiando los sentidos
Fuera de ser una exhibición clara de ausencia emotiva
Evidente inhibición de la vitalidad y la alegría
Sustituida por el rencor escarbando las entrañas
Como buitre picoteando insaciablemente
Nuestro expuesto abdomen como el de Prometeo
Y la culpabilidad sorda como pesada carga
Llevada sobre la espalda de aparapita
Como frustración agobiante de verdugos implacables
Sin embargo, frígidos humanos desvalidos
El odio causa más contrariedades desconcertantes
Como los fármacos curando y envenenando
Al mismo tiempo al convaleciente vulnerable
Ocasiona insistentes amenazas contendientes
Nubes borrascosas cargadas de rayos y furores
Nos lleva a callejones de penumbra sin salida
Como encrucijadas abriéndose a los abismos
Convierte a cercanos y lejanos en enemigos
Como perseguidos infieles convertidos en aberraciones
Nos trueca en celosos vigilantes acechados
Como ciudades sitiadas por ejércitos invasores
Por fantasmas atormentados por sus desvaríos
Como criminales perseguidos por las miradas
Y el recuerdo inolvidable de sus víctimas
Espectros dentro de sus oxidadas armaduras
Visitantes mudos de la noche
Como inesperadas presencias exhibiendo viseras
Ocultando a medias sus rostros
El odio cierra los portones del porvenir
Como telones del teatro clausurando la escena
El odio nos ciega y ya no vemos nada
Sino los íconos delirantes del resentimiento
El odio interrumpe la propagación de la sabiduría
Como los diques de las represas detienen los ríos
Nos vuelve arrogantes hedonistas
Nos convierte en testarudos intolerantes
Repetidores de carencias miserables
Ausencias de prolíficas cogniciones
Agoreros tristes de lo mismo
Es el apego a la voluptuosa vida
Don desbordante de vigorosa energía
Devoción a los minuciosos detalles
Componiendo resplandecientes paisajes
Cariño de traviesas algarabías de especímenes
Inquietos en su festivo conglomerado musical
Franqueza reposada esparcida en el aire
Diseminada en la atmósfera y los suelos
Remontada por el agua de los afluentes
Trabada en las ramas de los árboles
Como brisa aposentada en el refugio de las hojas
Donde se confecciona nidos cobijando sueños
Es el amor el impulso vital del entendimiento
Como corriente o viento empujando las velas
De galeones navegantes en océanos soñados
Puente sentimental transportándonos a la eventualidad
Como arco cruzando de una orilla a la otra
Senderos atravesando los bosques o las montañas
Como rutas escondidas al lóbrego bilioso
Ayudándonos a cruzar los laberintos
Como sagaz periplo despejando el acertijo
Primavera solicitante de la madrugada venturosa
Clima florido emprendiendo el ciclo de las estaciones
Como Vivaldi interpreta en lenguaje de violines
Frecuente rutina regulada del día
Premonición escrupulosamente descifrada
En los jeroglíficos del pergamino conservado
Desenvolviendo una novicia iniciación adolescente
Primavera cuajada en nuestras médulas
Como sedimentos de regocijos hospedados
Después, las flores se van y nos abandonan
Como fragancia de pretéritos amores
Son los sentimientos de gozo y asombro
Enseñando la relatividad de los aprietos
Risueñas encuentran siempre las salidas
Son las sensaciones los empalmes trenzados
Con los recónditos misterios del cosmos
No es el odio sino el amor lo que nos hace humanos
Por lo tanto apacibles animales mutantes
Innovando en la metamorfosis del mundo
Asiste en la comunicativa colmada comprensión
Con el resto de los cuerpos del firmamento
Y de las moléculas grumosas coaligadas
Y los átomos compuestos por órbitas saltonas
Y los núcleos detenidos en pesadas reflexiones
Existiendo nosotros ensamblados con el universo entero
Tejidos hirsutos de sutiles hilos
Desde sus hebras minúsculas hasta sus colosales galaxias
No es el odio sino el amor la energía de los organismos
Como gravitación induciendo a danzar a planetas
Y enmarañadas constelaciones deslumbrantes
Aptitud creativa de nuestras habilidosas manos
Como arte fecundo realizándose en cuadros
Y primorosos poemas recobrados
La corriente sanguina rítmicamente circulando
Por las redes de venas y arterias confluyentes
Flujo de versos melodiosamente pronunciados
Ligazón social congregando mónadas agitadas
Convocatorias sinfónicas cautivando a los oídos
Aglomerando grupos, comunidades y sociedades
Como aglutinan manadas las lagunas de la selva
No es el odio sino el amor diáfano
Coligando los ciclos diversos de vitales elipses
El humano no es el animal racional
Tampoco el animal con lenguaje
Ni siquiera el animal simbólico
Es ante todo, primero el animal afectivo
Animal de imaginación exuberante
Naciendo en el plasma del apego
La ternura y la atracción arcanas
Emergiendo la vida del caldo estelar
Y en la inquietud de la explosión inicial
Como primera nota del concierto total
Intrépida inventora de mundos prodigiosos
Estallido de sensaciones propagadas
Como vuelos vibrantes de ondas
Y estremecimientos melódicos de penetrante copla
Canción primordial anterior a la materia
No es el odio lo que ayuda a luchar y combatir
No es el odio lo que ayuda emancipar y liberar
No es el odio lo que da fibras e ímpetus
Si no es lo que aprisiona en la cárcel
De rejas de angustias y de miedos
Debilitando el cuerpo atosigado por las normas
El odio es el huevo donde se incuba la serpiente
Donde germinan los bisoños despotismos
Aunque se insinúen con palabras aladas
Es el amor y el afecto desenvueltos
Como mariposas redimidas de sus capullos
Emancipando y liberando las profusas formas
De las memorias sensibles de la vida
La potencia creativa de los entrelazados cuerpos
Proliferantes autonomías transversales e impetuosas
Umbrales y limites de la episteme moderna, apertura al horizonte nómada de la episteme compleja.
Cursos virtuales, participación virtual en el debate, acceso a la biblioteca virtual, conexión virtual colectiva. Control de lecturas a través de ensayos temáticos. Apoyo sistemático a la investigación monográfica. Presentación de un borrador a la finalización del curso. Corrección del borrador y presentación final; esta vez, mediante una exposición presencial.
Contenidos:
Modulo I
Perfiles de la episteme moderna
1.- Esquematismos dualistas
2.- Nacimientos de del esquematismo-dualista
3.- Del paradigma regigioso al paradigma cientifico
4.- Esquematismo ideológico
Modulo II
Perfiles de la episteme compleja
1.- Teórias de sistemas
2.- Sistemas autopoieticos
3.- Teorías nómadas
4.- Versiones de la teoria de la complejidad
Modulo III
Perspectivas e interpretaciones desde la complejidad
1.- Contra-poderes y contragenealogias
2.- Composiciones complejas singulares
3.- Simultaneidad dinámica integral
4.- Acontecimiento complejo
Modulo IV
Singularidades eco-sociales
1.- Devenir de mallas institucionales concretas
2.- Flujos sociales y espesores institucionales
3.- Voluntad de nada y decadencia
4.- Subversión de la potencia social
Temporalidad: Cuatro meses.
Desde el Inicio del programa hasta la Finalización del programa.
Finalizaciones reiterativas: cada cuatro meses, a partir del nuevo inicio.
Defensa de la Monografía. Defensas intermitentes de Monografías: Una semana después de cada finalización.
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Inscripciones: A través de la dirección:
Pluriversidad Oikologías
Avenida Andrés Bello. Cota-Cota. La Paz.
Teléfono: 591-69745300
Costo: 400 U$ (dólares).
Depósito:
BANCO BISA
CUENTA: 681465529
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