Fenómeno, vivencia e intencionalidad

05.08.2016 20:31

Fenómeno, vivencia e intencionalidad

 

Raúl Prada Alcoreza

 

 

Fenómeno, vivencia e intencionalidad.pdf

 

 

 

En el capítulo La consciencia como vivencia intencional, Edmundo Husserl expone el cuerpo teóricos de la fenomenología; presenta, para decirlo directamente, el funcionamiento de este conjunto de procesos entrelazados, que hacen al fenómeno. Fenómeno que es vivido por el cuerpo; lo decimos, aunque no lo diga de esta manera Husserl.  Es en la vivencia que el fenómeno adquiere objetividad o, mejor dicho, se vuelve objeto; es decir, adquiere contenido, significación, sentido, expresión y representación.  Esto ocurre, sobre todo, por la puesta en escena, para decirlo de este modo, figurativamente, de una multiplicidad de actos. Los actos hacen al objeto, establecen contenidos; los contenidos empíricos se convierten en contenidos de la percepción. También los contenidos son los que dan significación a la representación; entonces, la representación, también, a su vez, tiene contenidos. Los contenidos adquieren connotación en el lenguaje, en las formas de los discursos. Las expresiones pueden variar, dependiendo de la forma de decirlo o, si se quiere, de la cualidad lograda por los actos, que no es lo mismo que la cualidad captada por la percepción, empíricamente.  La cualidad de la que hablamos tiene que ver, mas bien, con los contenidos. Contenidos que pueden distinguirse por la intencionalidad.

 

Este es el meollo del capítulo, la intencionalidad. La intencionalidad es consciente, interviene intencionalmente en la relación con el objeto. Le da cabida, por así decirlo, seleccionando de su composición compleja, compuesta o simple, lo que busca la intención consciente. Intención activa, que comprende un conjunto de actos, que hacen al fenómeno vivido como experiencia compleja; que, sin embargo, no aparece en toda su complejidad, sino que, la intención no solamente efectúa selecciones, también configura un contenido apropiado a la intención; otorgándole una unidad a la complejidad misma. La intención entonces interviene configurando las representaciones, conformando los objetos, haciendo variar las expresiones y los significados.

 

Lo que llama Husserl consciencia viene a ser vivencia intencional. No es que la consciencia se da porque la vivencia intencional la ha hecho nacer; sino que, es menester comprender que se trata de la consciencia fenomenológica; es decir, de la consciencia como condición de posibilidad pura, que condiciona la vivencia del fenómeno; vivencia que, a su vez, configura y conforma la consciencia fenomenológica; consciencia que vive el fenómeno según la intencionalidad puesta en juego.

 

Algunas diferencias entre la psicología y la fenomenología

 

Ahora bien, Husserl se encarga de mostrar constantemente la complejidad del fenómeno, en los distintitos niveles de los procesos conjugados, mostrar las diferencias, que, a su vez se asocian, se componen, se coaligan, dando lugar a unidades configuradas; ya sea como contenidos o como significaciones, ya sea como sentido o expresión, ya sea como objetos. También, deja claro, que no se puede concebir el fenómeno desde una analítica que aísla, como si los momentos, es más, como si los componentes de las ligazones, pudieran funcionar y aparecer de esa manera, aislada. De ninguna manera; se complementan, se dan en relación al componente o los componentes con los que concierta una unidad.

                                         

En el apartado de Fijación de nuestra terminología, Husserl, después de demarcar las diferencias con Franz Clemens Honoratus Hermann Brentano, se da a la tarea de definir su terminología en uso; dice:

 

Evitaremos, pues, por completo la expresión de “fenómeno psíquico” y hablaremos de vivencias intencionales siempre que sea necesaria la exactitud. “Vivencia” deberá tomarse en el sentido fenomenológico fijado. El adjetivo calificativo intencional indica el carácter esencial común a la clase de vivencias que se trata de definir, la propiedad de la intención, el referirse a algo objetivo en el modo de la representación o en cualquier modo análogo. Como expresión más breve usaremos la palabra acto, definiendo a los hábitos idiomáticos ajenos y propios[1].

 

 

 

Dejar el concepto de fenómeno psíquico, de Franz Brentano, y optar por el concepto de vivencia intencional, marca no solamente la diferencia conceptual, sino sobre todo epistemológica. Según Husserl, el circunscribir el fenómeno a lo psíquico es separar el fenómeno de la experiencia, así como quitarle la complejidad inherente. Aunque se puede decir que Brentano ya adelanta dos ideas importantes para la fenomenología, el acto y la intencionalidad, éstas también terminaban sujetadas a la mente, si bien se le atribuye un papel activo; perdiendo, el acontecimiento vivencial para explicar la conexión primordial con la realidad; ámbito de la totalidad de los fenómenos, haciendo paráfrasis al Tratado lógico filosófico de Ludwig Wittgenstein, cuando dice que el mundo es la totalidad de los hechos. Es cierto que para Brentano la mente no está conectada casualmente a la realidad, sino que es el actor principal, en la captación activa la realidad.  Sin embargo, precisamente, este enunciado deja suelta la interpretación psíquica, pues no se llega a explicar ella misma, la consciencia, como fenómeno psíquico, su situación. Se llega muy rápido a las conclusiones o, si se quiere, al fenómeno psíquico ya conformado, sin dar cuenta de los procesos que la constituyen.   La diferencia epistemológica tiene que ver con el desplazamiento de la fenomenología; ésta se abre el fenómeno en su integridad vivida como complejidad de actos; de ninguna manera reducida a lo mental o psíquico, como lo hace Brentano.

 

 

Esta diferencia, entre la connotación del concepto fenómeno psíquico y la connotación del concepto vivencia intencional, no es la única; hay otras de importancia crucial. La fenomenología no piensa de la misma manera que la psicología de Brentano, a pesar de compartir problemas parecidos; los relativos al acto, a la intencionalidad y al conocimiento. Podemos decir, que la fenomenología ya piensa la complejidad y se exige, a sí misma, lograr un pensamiento adecuado a la complejidad. Aunque no lo haga desde la episteme compleja, como pensamiento complejo, la fenomenología ya se encuentra en los límites de la episteme moderna y en los umbrales de la episteme compleja. Brentano propone una teoría sugerente de la actividad psíquica,   pensada en una episteme marcadamente dualista; lo psíquico diferenciado de lo no- psíquico, si se quiere, lo real. A pesar del leguaje filosófico, heredado de la filosofía trascendental, acompañado por la crítica de las teorías psicológicas, de los conceptos de la psicología, sin embargo, paradójicamente, influido por las pesquisas de la psicología, Husserl no deja de tener en cuenta el fenómeno dado en su material, captado por los sentidos; por lo menos, como referencia inicial. Este enfoque, que no deja del todo lo empírico, que, mas bien, parte de la experiencia, no solamente se abre a la comprensión del fenómeno como dado, independientemente de los actos que lo perciben, sino que lo dado es el referente, que se convierte en el objeto percibido; empero, al ser percibido, deja de ser independiente como fenómeno vivido.

 

 

En otras palabras, las nuestras, la fenomenología devuelve a la vida al proceso formativo del sentido, de las expresiones, de las representaciones, de las unidades ideales del conocimiento. Lo que le faltó a Husserl, en comparación con Merleau Ponty, que lo sigue y lo transforma, que desplaza la fenomenología de la consciencia hacia la fenomenología del cuerpo, es comprender que la condición de posibilidad efectiva es el cuerpo, no los a priori, que hereda de la filosofía trascendental

 

 

Husserl dice que el concepto de intención se adecúa muy bien a la comprensión del papel de los múltiples actos intervinientes en la percepción. Además de distinguir distintas cualidades de la intención; desde las que simplemente buscan enfocar el objeto hasta las que persiguen conocerlo. Se puede decir, interpretando, que la intención no es solo deseo, aunque este deseo se haga consciente, no es solo querer, que ya es consciente, sino llega ser voluntad, con todas las gradaciones que podamos encontrar en la voluntad. Ahora bien, ahora podemos entender por qué la intención no es o no se reduce al fenómeno psíquico

 

 

No tenemos que aclarar que no se trata, aquí, de una ampliación de la tesis de Brentano, que dice que la mente es la actividad psíquica clave para captar la realidad, proyectando, ahora, la tesis de que la voluntad es clave al darle forma y unidad al conjunto de actos que captan la realidad, en su complejidad. Husserl sabe que la intención actúa sin dejar de tener en cuenta los condicionamientos ineludibles de la realidad. Para ilustrar mejor, hay como dos polos del fenómeno; uno, que tiene que ver con la realidad del entorno, empíricamente captada; otro, que tiene que ver con el cuerpo, según nuestra interpretación.  El cuerpo percibe la complejidad de la realidad; la intencionalidad inherente al cuerpo aparece en distintas modalidades, desde informarse sobre el entorno, hasta conocer el entorno; si se quiere, yendo más allá, desde adaptarse y adecuarse al entorno hasta transformarlo. El fenómeno vivencial o el fenómeno vivido no serían posible sin la existencia del entorno. Entonces el fenómeno adquiere una configuración mayor, que desborda, para decirlo rápidamente, al mundo de las representaciones. Por otra parte, esta vez, adentrándonos en las tesis fenomenológicas de Husserl, el fenómeno vivido adquiere su propia complejidad en los procesos vivenciales, dados en el cuerpo, aunque no use Husserl esta perspectiva corporal; de todas maneras, ayuda a entender lo que queremos decir. Siguiendo a Husserl, el fenómeno es fenómeno cuando se lo vive.

 

 

 

 

 

 

En el primer tomo de Investigaciones lógicas[2] asistimos a la demarcación respecto a la psicología, también concurrimos a la crítica de la psicología y del psicologismo, sustentado en el empirismo. La crítica de Edmund Husserl es teóricamente consistente, debido a una mirada más abarcadora y más compleja; lo que abre un horizonte mayor que el definido por la psicología; comparando, sobre todo, con la psicología cognitiva. Sin embargo, hicimos notar que, si bien, la ventaja de la crítica, desde la lógica pura, convertida en epistemología, es teórica; su debilidad y desventaja, respecto a la psicología, es que no cuenta con investigaciones empíricas, donde sostener su elucubraciones. Fuera de las observaciones críticas que dilucidamos respecto a las pretensiones de esta epistemología, derivada de la lógica pura. Ahora, nos interesa distinguir la fenomenología de la psicología de Franz Brentano; que juega paradójicamente dos situaciones contrapuestas en relación a la fenomenología. Por una parte, Husserl se inspira en la psicología de Brentano, particularmente, por su análisis novedoso de las representaciones, del conocimiento y de la consciencia, a partir de la función de la intencionalidad, basándose en los actos. Hasta aquí, todo parece análogo con la fenomenología; sin embargo, la diferencia es epistemológica. Esta diferencia se puede apreciar en la distinción de la enunciación psicológica, que tiene como núcleo al fenómeno psíquico, en el caso de Brentano, respecto a la enunciación fenomenológica, que tiene como substrato a la vivencia del fenómeno

 

En primer lugar, la diferencia radica en las características de los campos teóricos; uno, define su ámbito en lo psíquico; otro, define su ámbito en las vivencias. El campo fenomenológico es más amplio que el campo psicológico. A esto hay que añadirle que el campo fenomenológico contrae una complejidad mayor que el campo psicológico.

 

En segundo lugar, el acto psíquico o mental se mueve en actividades más circunscritas en lo psíquico, a diferencia de los actos vivenciales, que se abren a varios ámbitos, que componen el fenómeno, a los espesores y planos de intensidad del fenómeno. Los actos vivenciales, a diferencia del acto psíquico, que convierte a la mente en la instancia fundamental en la captación de la realidad, se desenvuelven en toda la complexión del fenómeno; abarcando los procesos inherentes al fenómeno; procesos entrelazados, vinculados a los múltiples actos, que hacen a la percepción. Actos que configuran composiciones, simples o compuestas, concordando unidades, hasta llegar a la unidad integral de la percepción.

 

En tercer lugar, el fenómeno psíquico, todavía se mueve en el esquematismo dualista de la episteme moderna, que, en este caso, separa mente de realidad, de manera concreta, mente de cuerpo; en consecuencia, mente de experiencia. El fenómeno vivencial ya se encuentra en los límites de la episteme moderna y en los umbrales de la episteme compleja, relativa al pensamiento complejo. En la interpretación de Husserl, la vivencia está ligada a la experiencia; la experiencia desata las posibilidades encerradas en las condiciones a priori. Para nosotros, esto no es otra cosa que reincorporar la percepción al cuerpo. Además, teniendo como referente al mundo efectivo de los hechos; aunque se tome en cuenta solo el fenómeno vivido, no el fenómeno sentido.

 

En cuarto lugar, considerando la diferencia epistemológica entre Investigaciones lógicas I e Investigaciones lógicas II, entre una lógica ampliada, convertida en epistemología, que se traza la imposible tarea de la ciencia de la verdad, y una fenomenología, que se abre a la complejidad, sinónimo de realidad; en este caso, a la complejidad del fenómeno dado, así como del fenómeno vivido.

 

 

A propósito de los conceptos

 

Como se puede ver el concepto de acto es clave en la fenomenología. Como el mismo Husserl dice; no acto derivado de actus; aunque se comparte la connotación en tanto actividad, sino como actos, entendidos más cerca del concepto pragmático de actos del lenguaje. Husserl le otorga al acto una connotación más amplia; refiriéndose a la pluralidad de actos que intervienen en la percepción del fenómeno.  Entonces, se trata de una multiplicidad de actos, con distintas funciones, por así decirlo, que efectúan, en conjunto, el proceso complejo de la percepción, así como logran la unificación de la percepción. Por otra parte, se define al fenómeno como actividad, como conformado por procesos compuestos y simples de actos. El fenómeno es actividad.

Una de las distinciones, que pone en juego la fenomenología es entre el objeto de la percepción y el acto de la percepción. Husserl dice que hay que distinguir el sonido oído - el objeto de la percepción - y el oír el sonido - el acto de la percepción -. Esta distinción permite comprender de qué fenómeno se trata o se ocupa la fenomenología; se ocupa del acto de la percepción; es decir, del fenómeno configurado, conformado y construido por el acto de la percepción. El fenómeno como objeto de la percepción, en el caso del ejemplo dado, el sonido oído, queda como hecho empírico, que, si se quiere, corresponde a la física, así como a las ciencias naturales. Empero, sin llegar a concebir el fenómeno restringido a solos los procesos relativos a la percepción, sin olvidar que el fenómeno referencial forma parte del mundo efectivo, define el campo de las reflexiones en el fenómeno percibido.

 

 

Insistiendo sobre la interpretación de la diferencia entre objeto de la percepción y acto de la percepción, Husserl escribe:

 

 

La percepción es para nosotros un plus que consiste en la vivencia misma, en su contenido descriptivo frente a la existencia bruta de sensación; es el carácter de acto que anima la sensación, por decirlo así, y que hace por esencia que percibamos este o aquel objeto, por ejemplo, que veamos este árbol, oigamos aquel campanillazo, aspiremos el aroma de las flores, etc. Las sensaciones, e igualmente los actos que las “aperciben”, son vividos, pero no aparecen objetivamente; no son vistos, ni oídos, ni percibidos con ningún “sentido”. Los objetos, por otra parte, aparecen; son percibidos, pero no son vividos. Es claro que excluimos el caso de la percepción adecuada[3].

 

  

Los objetos son percibidos, pero no vividos; las sensaciones y los actos que las aperciben son vividos, empero, no se muestran objetivamente; el excedente consiste en la vivencia; en su contenido descriptivo de la existencia de las sensaciones. La vivencia es el carácter que anima las sensaciones. Diríamos, el conjunto de actos intervinientes otorgan significación y sentido a las sensaciones. En otras palabras, la fenomenología no se ocupa del objeto percibido, sino del objeto sentido.

 

 

Contenidos y actos

 

Edmundo Husserl, remarcando la distinción entre objeto percibido y objeto sentido, situando el campo de reflexión y análisis de la fenomenología, distingue contenidos y actos; escribe:

 

No se puede encontrar nada más evidente que la distinción entre contenidos y actos, distinción que se pone de relieve aquí; y más especialmente, la distinción entre contenidos de la percepción, en el sentido de las sensaciones expositivas, y actos de percepción, en el sentido de la intención apercipiente, provista también de otros varios caracteres superpuestos; intención que constituye, en unidad con la sensación apercibida, el pleno acto concreto de la percepción[4].

 

 

Desde la perspectiva que compartimos, la de la complejidad, teniendo en cuenta que una de las vertientes reconocidas, en lo conformación y configuración del pensamiento complejo, es la fenomenología; contando entre estas vertientes a la arqueología de las teorías de sistemas, a la arqueología de las teorías nómadas y a la arqueología del marxismo crítico y la crítica del marxismo; nos interesa enfocar el tratamiento fenomenológico, en lo que respecta a contenidos y actos, entendiendo que los contenidos corresponden al objeto percibido, en tanto que los actos corresponden al objeto sentido. Esta distinción, hecha por la fenomenología, es como el movimiento estratégico para su constitución como campo del saber de los fenómenos; pero, también, es la señal de que la fenomenología se retiene en los umbrales de la episteme compleja, jaloneada por la herencia de la episteme moderna.

 

Cuando se dice que el objeto sentido es el fenómeno, que atiende la fenomenología, dejando para las ciencias el estudio del objeto percibido, es una taxativa renuncia a la complejidad, sinónimo de realidad efectiva. Como decíamos antes, si no se puede dejar suelta y aislada a la mente, en el análisis de sus dinámicas, pues quedarían sin sustento, como si fuesen entidades sin mundo; tampoco se puede acortar la apertura a la vida,  abreviadas solo a las vivencias humanas; más aún, cuando el referente es solo el individuo, no la sociedad. La experiencia humana no puede comprenderse sino en la ecología, en la biodiversidad, en el mundo efectivo donde la vida crea y se recrea.

 

En los términos de la fenomenología, el objeto sentido no podría darse sin el objeto percibido, incluso dando como ejemplo a la fantasía, a la ficción, a la imaginación. La imaginación produce ficciones y fantasías cuando la experiencia vivida se sedimenta en las estratificaciones de la memoria; es en la genealogía de la memoria de donde la imaginación obtiene la inspiración, las formas de la inspiración de la ficción y fantasía.

 

En consecuencia, no puede comprenderse el fenómeno, sino en su integralidad, abarcando la dinámica compleja y simultanea de la vida, en los desenvolvimientos y despliegues de la potencia vital. No se crea que esta apertura a la complejidad ecológica difumina la comprensión y el entendimiento del fenómeno; el análisis del fenómeno, desde la perspectiva de la complejidad, no se pierde en la inmensidad y pluralidad ecológica; sino que, al enfocar el fenómeno en cuestión, lo visualiza en la articulación compleja y singular de la complejidad simultánea y sincronizada de la totalidad. La característica propia del fenómeno, su singularidad, la singularidad de sus procesos, sus composiciones, sus dinámicas, en este caso, del sentido y del conocimiento, se presenta en la plenitud de su presencia en el mundo.

 



[1] Edmund Husserl: Investigaciones lógicas II. Capítulo 2; La conciencia como vivencia intencional; apartado 13.

https://medicinayarte.com/img/husserl-investigaciones-lc3b3gicas-i.pdf.  https://medicinayarte.com/img/edmund-husserl-investigaciones-logicas-ii.pdf.

[2] Ibídem.

[3] Ibídem.

[4] Edmund Husserl: Investigaciones lógicas II. Capítulo 2; Ob. Cit. 

 

—————

Volver


Contacto

Dinámicas moleculares

Andrés Bello 107
Cota Cota
La Paz-Bolivia


+591.71989419


Comunicado

Pluriversidad Oikologías

Proyecto emancipatorio y libertario de autoformación y autopoiesis

 

 

Diplomado en Pensamiento complejo:

Contrapoder y episteme compleja

 


 

Pluriversidad Libre Oikologías

Proyecto emancipatorio y libertario de autoformación y autopoiesis

 

 

Diplomado en Pensamiento complejo:

Contrapoder y episteme compleja

 

 

Objetivo del programa:

Umbrales y limites de la episteme moderna, apertura al horizonte nómada de la episteme compleja.

 

Metodología:

Cursos virtuales, participación virtual en el debate, acceso a la biblioteca virtual, conexión virtual  colectiva. Control de lecturas a través de ensayos temáticos. Apoyo sistemático a la investigación monográfica. Presentación de un borrador a la finalización del curso. Corrección del borrador y presentación final; esta vez, mediante una exposición presencial.

 

Contenidos:

 

Modulo I

Perfiles de la episteme moderna

 

1.- Esquematismos dualistas

2.- Nacimientos de del esquematismo-dualista

3.- Del paradigma regigioso al paradigma cientifico 

4.- Esquematismo ideológico

 

Modulo II

Perfiles de la episteme compleja

 

1.- Teórias de sistemas

2.- Sistemas autopoieticos 

3.- Teorías nómadas

4.- Versiones de la teoria de la complejidad

 

Modulo III

Perspectivas e interpretaciones desde la complejidad

 

1.- Contra-poderes y contragenealogias 

2.- Composiciones complejas singulares

3.- Simultaneidad dinámica integral

4.- Acontecimiento complejo

 

Modulo IV

Singularidades eco-sociales 

 

1.- Devenir de mallas institucionales concretas

2.- Flujos sociales y espesores institucionales

3.- Voluntad de nada y decadencia

4.- Subversión de la potencia social

 

 

Temporalidad: Cuatro meses.

Desde el Inicio del programa hasta la Finalización del programa.

Finalizaciones reiterativas: cada cuatro meses, a partir del nuevo inicio.

Defensa de la Monografía. Defensas intermitentes de Monografías: Una semana después de cada finalización.



Leer más: https://dinamicas-moleculares.webnode.es/news/estudios-del-presente/
Inscripciones: A través de la dirección: 

raulpradaa@hotmail.com

Pluriversidad Oikologías

Avenida Andrés Bello. Cota-Cota. La Paz.

Teléfono: 591-69745300

Costo: 400 U$ (dólares).

Depósito:

BANCO BISA

CUENTA: 681465529


Leer más: www.pluriversidad-oikologias.es/

 

 

Pluriversidad Oikologías