Bajo el dominio del capital financiero

Raúl Prada Alcoreza

Bajo el dominio del capital financiero.pdf

El Ministro de Economía y Finanzas de Bolivia es el más entusiasta propagandista del dominio del capital financiero, en la economía boliviana y en el mundo. La dominancia del capitalismo financiero marca la etapa decadente del ciclo largo del capitalismo vigente. Es el ministro elogiado y puesto de ejemplo por el Fondo Financiero Internacional. Ya ha hecho gala de esta relación de subordinación a la forma especulativa del capitalismo financiero, que es la venta de bonos. La anterior vez por 500 millones de dólares, ahora lo hace con el doble. Lo que le parece hábiles maniobras. Dice:

Hasta el año pasado hemos estado con cerca del 20% y 21% de la relación deuda externa y PIB y con esto estaremos cerca del 22%, entonces no es un gran efecto sobre el peso de la deuda externa para el país, son sólo dos o tres puntos[1].

La deuda externa de Bolivia subió a $us 8.236 millones. Las reservas internacionales bajaron a la mitad; lo que eran alrededor de 18 mil millones de dólares, son solo ahora aproximadamente 9 mil millones de dólares. Una economía extractivista, dependiente de la exportación de materias primas, principalmente de hidrocarburos y minerales, ahora, que el precio de las materias primas ha bajado notablemente, es peligrosamente vulnerable. Sin embargo, el ministro, fiel aplicador de las reglas del Sistema Financiero Internacional, y conspicuo jugador de los bonos, se muestra, sin embargo, sonriente. Calma a la opinión publica diciendo que la deuda externa corresponde al 22% del PIB.   

Compara la situación de Bolivia con la de Brasil; el ejemplo es que la deuda de la potencia emergente corresponde al 66% de su PIB; en cambio la de Bolivia solo ocupa la tercera parte de esta proporción. Este tipo de aritmética no va más lejos de comparar porcentajes, sin entender que las estructuras cualitativas de las economías son bastante diferentes.

Dice que los “bonos soberanos” son  amortizables en  un plazo promedio de una década; tienen una tasa de 4,5% anual, en mercados de capital internacional. Lo que no dice es que esto amarra al país a los bancos internacionales, que al tener en sus manos los bonos, los pueden revender a los famosos “bancos buitres”. Ha puesto al país en subasta, en lo que respecta a una economía extractivista a la deriva, sometida al vaivén del mercado de las materias primas; convirtiendo esta economía en una vitrina para la especulación  financiera, en estos mercados especulativos, que juegan las burbujas financieras.

A esto se llama manejo “responsable” de la economía; claro que lo dicen el sistema más especulativo y buitre del sistema-mundo capitalista; el sistema financiero. También lo dicen, no era de esperar otra cosa, los “gobernantes progresistas”.

El ministro informó que el objetivo de esta emisión es el cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo, que establece la inversión de  1.700 millones de dólares  en la construcción de 11 hospitales.  O sea que, este juego bursátil se explica y excusa con esta inversión en la infraestructura de salud. Se hace depender, la salud de los bolivianos, de los juegos de la bolsa, de los manejos especulativos financieros. Con esto se ha llegado muy lejos. ¿Qué se ha hecho con la mitad de las reservas internacionales? ¿Qué se han hecho con los montos de semejante deuda externa del país? ¿Qué se ha hecho cuando había buenos ingresos, por los altos precios de las materias primas? No hay respuesta a estas preguntas. Solo diatribas, repetidas hasta el cansancio, como si se tratara de preguntas genéticamente condenadas por su pertenencia a un código conspirativo de “derecha”. Y no a preguntas que responden a la lógica económica. El otro estilo de no responder es como lo hace el Ministro de Economía y Finanzas; presentar una semi-narrativa o narrativa inconclusa, bastante delirante, sobre los grandes beneficios que presta el Sistema Financiero Internacional, nada más ni nada menos que a los países periféricos de la geopolítica del sistema-mundo capitalista.

Estos dos rasgos de la economía boliviana; el carácter estructural del modelo extractivista colonial del capitalismo dependiente y el carácter aleatorio de prestarse el juego especulativo financiero; muestran palmariamente lo que es la política económica del “gobierno progresista”.  Se trata de una política económica apegada a la herencia de la dependencia, en la dramática historia económica de Bolivia; política económica que incursiona en la seducción del juego bursátil de la bolsa, de la especulación desenfrenada del Sistema Financiero Internacional.  Esta práctica económica, extractivista y especulativa, se encubre apenas con una demagogia populista desgastada, que no convence a nadie, salvo a los ya convencidos, partidarios de la forma de gubernamentalidad clientelar.

La situación de la economía boliviana es grave; es dependiente, más dependiente todavía que antes, del modelo extractivista; es presa fácil de capitalismo especulativo y buitre. La gravedad sube de tono cuando la deuda externa sobrepasa los 8 mil millones de dólares; las reservas han bajado a la mitad; no hay horizonte bonancible hacia adelante. Sobre todo, la gravedad se acentúa cuando el gobierno de la promesa no ha cumplido ninguna y se ha alejado sistemáticamente del cumplimiento de la Constitución.

Son responsables de esta situación los gobernantes, el partido gobernante, los aparatos de Estado, cooptados por el partido y el ejecutivo, la masa elocuente de llunk’us, los medios de comunicación, que no realizan su tarea de informar, mucho menos de poner en mesa la situación, de una manera descriptiva. Es también responsable el pueblo, que no atina a poner coto a este despliegue de la irresponsabilidad política y económica, sin lograr ocultarse por una demagogia desbordante, cada vez más fofa.